martes, 26 de febrero de 2013


Virtud, Moral, Revolución e Historia

Por: Vidzu Morales Huitzil

Óclesis, Coordinación Académica, Sección Filosofía, 29 de Enero de 2013


Ponencia presentada  durante la Mesa Redonda “Juventud y revolución”, organizada por la Dirección General de Difusión Cultural de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y el Círculo de Estudios y Participación Ciudadana Ing. Luis Rivera Terrazas A.C., dentro del Seminario: La Cultura del Bien Pensar. Ágora Marxista. Auditorio de Espacio Catorce, 29 de enero de 2013. Puebla, Pue., México.


Fuente de imagen:
http://kurioso.es/2011/10/14/revolucion-y-comprom15o/:
Revolución es una palabra derivada del latín revolutionem, derivado del supino de la tercera conjugación, revolvo, revolví, revolutum, revolere, el cual indica una cuestión en el rehacer de un trayecto (en sentido inverso). Deriva del verbo de tercera declinación, volvo, volvi, volutum, volere, que siendo una palabra polisémica nos remite a comprender un movimiento, desarrollar una cuestión o reflexionar sobre está. Unido con el sustantivo de quinta declinación res-rei, que significa objeto, asunto, cosa, forma de gobierno, interés, utilidad. Por tanto, comprendo la revolución como una mejora en la constitución del gobierno interno y externo del hombre, en tanto la virtud. Permitiendo la reflexión que al traducirse en voluntad, comprende un benefició en su persona y en sus pares, Favoreciendo la dignidad humana, y fortaleciendo así una autonomía individual y social.
Hay dos puntos en donde se encuentra, a mi parecer, una revolución, primero en la virtud, propia de la libertad humana, inteligencia, razón y pasión, y la segunda, la moral, no como un tratado de buenas costumbres, sino como una reconciliación con nuestro hogar, nuestra morada. Francis Bacon ya había tratado el tema, del cual considera “que es la ciencia más importante y perfecta, es donde está la vida se transforma en sabiduría” (Beuchot, 2004: 87).
Por ende, ejercer el potencial humano evitará, hasta cierto punto, la impotencia que evocaría el estadio del individuo fragmentado e incapacitado para consolidar  un dialogo externo e interno saludable. Derivando en una mutilación o autoagresión, que en situaciones cíclicas  se prolongaría a diversas capas sociales, disociando así la concordia, eliminando las personalidades y sus respectivas potencias creadoras. Educar en la moral, no está ligado a considerarse en si poseedor de los otros seres humanos, ni en tintes de llenar nuestro ego, es para cincelar nuestro ser en honor de la dignidad, para enfrentar la voracidad que emana de nuestro interior en favor de encontrar algún día la caritas, y pugnar contra la frase de Titus Maccius Plautus, encontrada en su obra Asinaria: “Lupus est homo homini” (El hombre es el lobo del hombre).
La moral no es una ciencia exacta, porque existe la libertad, pero tampoco deberá ser equívoca, porque su meta es ser integradora del bien entre los hombres, no solamente al responder una serie de puntos específicos, delimitados por la legalidad, sino se deberá encausar un morar en el mundo alejándonos del ultra subjetivismo que no vela por nuestros contemporáneos, organizando las facultades del ser humano a favor de un mejoramiento social. Retomaremos el pensamiento de Protágoras para aclarar este punto, del cual consideró que hace permisible los intereses del ser humano, en tanto se encuentre una verdadera dignidad: “hosper protagóras élegen légoon pántoon jreemátoon, métron einai ánzhroopon, hoosára tá prágmata einai, taiauta mén éstin emoí? Hoia dáv soi toiauta de soí”.[1]
La moral deberá responder a potencializar las capacidades humanas, comprender su naturaleza finita en el universo y a su vez proporcionar bases y puntos de referencia para alcanzar la dignidad, revaluando los tabús y siendo permisible la no mutilación de la capacidad ciudadana. Siendo así la morada, en nuestro caso mexicana, un punto de referencia para los actos vivenciales, en tanto permisibles de una pluralidad y sus realidades. He aquí la función de la musa Clío, ya que “el pasado se impone”. Algunas posibilidades ofrecidas a la existencia serán repeticiones de posibilidades anteriores, que son parte de la situación y que, por lo tanto, la existencia auténtica deberá aceptar como consecuencia de su reconocimiento la herencia de su pasado. Se trata de una responsabilidad (en el sentido radical de la “cura”) de esa herencia, que no puede rehuirse sin que la existencia se salga de la autenticidad y abandone su destino (O’Gorman, 1947: 214).
De esta manera se comprenderá que la conformación moral es un proceso histórico, pero a su vez alienta a incentivar la voluntad-capacidad de elección, manteniendo una vigencia en cuestiones cotidianas. Y por lo tanto comprender, que no existe un ascenso moral, sino diversas manifestaciones del buen vivir, para que nuestra sociedad esclarezca y tome conciencia de su postura moral o ética.
          Y así, al considerar la naturaleza del hombre podremos encontrarnos entre la vida y la muerte, como un cuerpo del que emana fuerza y espíritu, rencor o temor, bondad o maldad, partiendo todo desde su morada terrenal. Buscando que la potencia destructora se encauce en favor de la virtud, donde la primera no será erradicada, empero al ser mitigada, brindara la dilucidación de la segunda. Esta identificación de dicho claro/oscuro en los emociones y sentimientos no pueden ser reconocidos al engañarnos creyendo ser otro fuera de nuestra condición.  Por ende, deberemos develar, mediante el diálogo con uno mismo, un retrato lo más fidedigno de nuestro ser, clarificando que la morada humana estará basada en el actuar social e individual en relaciones inter-intra-trans sociales. Rescatando la decencia humana y la de aquellos con los que compartimos espacio- tiempo. Un renacimiento entre la concordia individual y la de la población, tratando de encontrar en la virtud la reconciliación del pertenecer a una morada, ahí donde los deseos y pasiones sean antepuestos en una legitimidad del acto en anhelo de la virtud y no en una legalidad que a veces en su construcción racional dista mucho de la experiencia. Develando la ignorancia del creer conocer lo que se desconoce, siendo todo esto el equivalente a dirigir las potencias en contener el egoísmo que emponzoña nuestra historia.
Para concluir haré mío el pensamiento de Petronio y de Cicerón. Del primero: “Inventat quod quisque velit, non omnibus unum est, quod placeat, hic espinas colligit, ille rosas” [2] (en Salazar Andreu, 2010: 29); del segundo: “Sed creo deos inmortales spansisse animos in corpora humana, ut essent, qui terras tuerentuntur, quique caelestium ordinem contemplantes inmitarentur eum vitae modo atque constantia. Nec me solum ratio ac disputatio impulit, ut ita crederem, sed nobilitas etiam summorum philosophorum et auctoritas”[3] (Cicerón, 1972, 168).     

___________________

BEUCHOT, Mauricio (2004): Manual de Historia de la filosofía medieval. México: Editorial Jus.
O ‘GORMAN, Edmundo (1947): Crisis y porvenir de la ciencia histórica. México: Imprenta Universitaria México.
SALAZAR ANDREU, Juan Pablo (coord.) (2010): Juan Solórzano Pereyra, Consejero de Indias y Magno Jurista del Derecho Indiano (Edición Facsimilar). México: Secretaria de Cultura del Gobierno Constitucional del Estado de Puebla.
CICERÓN (1972): Las leyes. La vejez. La amistad. México: Editora Nacional.



[1] “Tal como refirió Protágoras, diciendo, que el hombre es la plenitud de todas las cosas. Entonces, tal como se manifesté para mí el ser de las cosas, tal modo es para mí, así como se manifieste para ti, tal es para ti” (Traducción de Juvenal Cruz Vega).

[2] “Halle cualquiera aquí lo que quisiere, que no a todos lo mismo agrada, y espinas éste escoge, y aquel rosas”. (Traducción mía)
[3] “Pero creo que los dioses inmortales han dispersado las almas en los cuerpos humanos para que hubiera quienes protegiesen la tierra, y, contemplando el orden de las cosas celestes, lo imitasen por la regularidad y firmeza de la vida. Y no sólo el raciocino y la discusión me han impelido a creer esto, sino también el renombre y autoridad de eminentes filósofos”. (Traducción de José Velasco y García)            

sábado, 23 de febrero de 2013


Centenario del asesinato de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez

Por: Paco Echeverría

Óclesis, Coordinación Académica, Sección Historia de México, 22 de Febrero de 2013


Francisco I. Madero, ocupó la Presidencia de la República el 6 de noviembre de 1911; a los quince meses de su mandato, el día 9 de febrero de 1913, el Gral. Manuel Mondragón se sublevó contra el gobierno, poniendo el libertad a los generales Félix Díaz y Bernardo Reyes; éste último murió en el ataque al Palacio Nacional.
                Mondragón y Díaz, tomaron la Ciudadela, iniciando diez días de infernal tiroteo en las calles del centro de la ciudad que arrojó un saldo de miles de muertos, lo que se conoce como la Decena Trágica.
                Las tropas del gobierno eran mandadas por el Gral. Victoriano Huerta, individuo sin escrúpulos, traicionero y borracho, de aspecto desagradable y taciturno, que al final de cuentas se confabuló con los rebeldes, hizo prisionero a Madero y al vicepresidente, José María Pino Suárez en la consejería del Palacio Nacional. El día 19 fueron obligados por el Gral. Juvencio Robles a firmar sus renuncias bajo la promesa de respetarles la vida y salir del país junto con sus familiares. La dimisión fue aceptada por 123 miembros del Congreso, sólo siete votaron en contra.
                Madero y Pino Suárez continuaron presos. Con el fin de que no continuaran en esa situación ilegal, el Consejo de Gobierno acordó el día 21 consignarlos ante un tribunal competente por el fusilamiento sin formación de causa del Gral. Ruíz. Sin embargo, ya cerca de la media noche del 22 de febrero, apenas unas horas después de que en la embajada norteamericana se había celebrado la conmemoración del natalicio de George Washington, con asistencia de Huerta y los nuevos personajes de su gobierno, inclusive cuando ya el embajador de Cuba, Manuel Márquez Sterling, tenía prevenido en Veracruz al crucero “Cuba” para que condujera a los ex mandatarios al exilio, un grupo de soldados al mando del Francisco Cárdenas, Mayor de las fuerzas rurales y el capitán Rafael Pimienta, sacaron del Palacio Nacional a Madero y Pino Suárez so pretexto de conducirlos a la Penitenciaría para su mayor comodidad: se les separó desde luego y se les obligó a subir en distintos automóviles. Ya cerca del edificio penal, específicamente a espaldas de ésta, uno y otro fueron cobardemente asesinados por los agentes que los custodiaban.
El gobierno de Huerta tranquilamente emitió un comunicado oficial diciendo que la comitiva había sido asaltada por una turba de maderistas que pretendían liberar a los detenidos por la fuerza, entablándose una lucha a tiros entre ellos y los policías que conducían a los prisioneros:

El Señor Presidente de la República ha reunido su Gabinete a las doce y media de la noche para darle cuenta de que los señores Madero y Pino Suárez, que se encontraban detenidos en Palacio, a la disposición de la Secretaría de Guerra fueron conducidos a la Penitenciaria, según estaba acordado, cuyo establecimiento se había puesto bajo la dirección de un jefe del Ejército, para mayores y mutuas garantías; que al llegar a los automóviles en que iban los prisioneros, al tramo final del camino de la Penitenciaría, fueron atacados por un grupo armado, y habiendo bajado la escolta para defenderse, al mismo tiempo que el grupo se aumentaba, pretendiendo huir los prisioneros; que entonces tuvo lugar un tiroteo de que resultaron heridos dos de los agresores y muerto otro de ellos, destrozados los autos y muertos también los dos prisioneros (Márquez Sterling en Castillo 1985: 198-199).

Desde luego, nadie creyó este increíble embuste “frangollado en la estéril imaginación de los criminales” (Mancisidor, 1976: 207), pues no era más que una vulgar versión de la “ley fuga” (Fuentes Mares, 1976: 64); y con indignación contenida o abierta, se fue señalando el responsable: Victoriano Huerta.

El chacal Huerta aconsejado por los EEUU con los mártires a sus pies. Ilustración tomada de Alperóvich y Rudenko (1960)



Los cadáveres de Madero y Pino Suárez fueron inhumados rápidamente pero un día después consintió el gobierno exhumarlos para entregarlos a sus viudas, quienes contemplaron los cadáveres de sus maridos envueltos en la tela numerada que se usa para enterrar a los reclusos castigados en Lecumberri.
Huerta señaló para el entierro la una de la tarde de aquel 24 de febrero. Ambos serían sepultados, entre manifestaciones de duelo de la multitud, Madero en el  Panteón Francés y Pino Suárez en el Panteón Español.
Había urgencia para hacerlo, ya que quienes hicieron el juego a los asesinos afirmaban que al ser atacados los automóviles en las cuales trasladaban a las víctimas, “de improviso y cuando los fugitivos reos habían logrado distanciarse de los autos, a la luz de los fogonazos producidos por los disparos, se vio caer rápida y pesadamente por tierra al ex presidente, mientras Pino Suárez, vacilante, se levaba las manos al cuerpo, para caer en seguida, no muy lejos del cuerpo de Madero” (Hernández Chávez y López Ituarte, s.f.). Pero la mentira se descubriría, con la sola lectura del certificado médico. Los médicos que hicieron la autopsia a los cadáveres de Madero y Pino Suárez declararon lo siguiente:

El médico cirujano del ejército, que suscribe, legalmente autorizado para ejercer su profesión civilmente, certifica: que el ciudadano Francisco I. Madero falleció a consecuencia de dos heridas penetrantes de cráneo, el día 22 de los corrientes, a las 11 de la noche. Notas complementarias serán suministradas por los deudos, y de orden superior extendiendo el presente en México a 23 días del mes de febrero de 1913. El mayor médico cirujano, Virgilio Villanueva.
            El médico cirujano del ejército que suscribe, legalmente autorizado para ejercer su profesión civilmente, certifica: que el ciudadano licenciado José María Pino Suárez falleció a consecuencia de tres heridas penetrantes de cráneo el día 22 de los corrientes, a las 11 de la noche. Notas complementarias serán suministradas por los deudos, y de orden superior extendiendo el presente en México a 23 días del mes de febrero de 1913. El mayor médico cirujano, Virgilio Villanueva (en Castillo 1985: 199).

Todas las heridas de Madero y de Pino Suárez eran en el cráneo. Los regímenes tiránicos, militares como el de Huerta, pretenden siempre imponer sus versiones, pero la versión oficial fue desmentida dos años después porque Cárdenas, que fue quien trasladó a Madero y Pino Suárez a la Penitenciaría, y quien se hacía responsable del asesinato y que fue ascendido por Huerta a coronel después de los hechos, relató, preso en Guatemala a donde había huido, su versión sobre los hechos. Cuenta Márquez Sterling que:

Cárdenas procura repartir la responsabilidad, en dosis iguales, entre Huerta y Félix Díaz, y escuda su propia conciencia en la disciplina militar que le obligaba a obedecer. Cuenta cómo el famoso Ocón de la Ciudadela, reunió un grupo de gendarmes para fingir la conjura y atacar los automóviles en que iban los dos mártires. Los automóviles, agrega, llegaron a la Penitenciaría sin encontrar a Ocón y sus malvados corifeos. Madero se acercó al estribo, serenamente creyendo que había finalizado la jornada, pero Cárdenos lo sujetó, mientras pedía noticias “de la gente” al coronel Ballesteros, también sometido a la disciplina militar. Informando a satisfacción, dispuso Cárdenas que continuara “el convoy” hacia el sur; y tranquilizó al Apóstol con esta oportuna mentira: “Vamos a entrar por la puerta de la espalda”. En eso, divisó a Ocón y a sus gendarmes emboscados, y detuvo la marcha de los dos automóviles. “Baje usted”, dijo al Apóstol; y cuando Madero ponía un pie en tierra le disparó un balazo en la cabeza. El cabo Pimienta hizo idénticos honores a la disciplina militar en la persona de Pino Suárez. Y sobre los cadáveres palpitantes Ocón simuló el ataque (Ibíd: 198).

La realidad revelaba por fin que un grupo de gendarmes al mando de Cecilio Ocón había simulado un ataque a los automóviles, para que en ese momento Cárdenas asesinara a Madero y Pimienta a Pino Suárez, que no eran más que un instrumento de los hacendados, militares y científicos, ¡Y SOBRE TODO!, de los círculos oficiales norteamericanos. Aquel 22 de febrero Huerta cometía la traición más negra que registra la historia de México, que como dice Heberto Castillo en su Historia de la revolución mexicana: “no tenemos sino que recordar 1913, aquél 22 de febrero, aquella parte oficial, para pensar que las cosas no han cambiado mucho” (Ibíd.).
                De esa forma tan artera segaron la vida del Apóstol de la Revolución y de su acompañante. Ese fue el pago de Victoriano Huerta a todas las distinciones que había recibido del presidente Madero. Y lo más importante: se desaparecía a alguien cuyo único pecado había sido pretender, “aunque tímidamente y de manera indecisa, defender los intereses del pueblo mexicano contra los atentados del imperialismo norteamericano” (Alperóvich y Rudenko, 1960: 61).
                Como anécdota del grado de cinismo de que gozaba Huerta ante la dramática muerte de Madero, citaremos el siguiente párrafo:

Dice el refrán popular que para muestra, basta un botón; he aquí el botón: El más grande torero mexicano que ha existido, Rodolfo Gaona, sin saber muy bien lo que hacía y mal aconsejado, un domingo le brindó la muerte de un toro a Victoriano Huerta; éste, en agradecimiento, organizó una comida en el Café Colón y le ordenó a un fotógrafo que le retratara en compañía del General Aureliano Blanquet y… del pobre de Gaona con la siguiente dedicatoria: Un recuerdo en el que aparecemos los tres mejores matadores que ha tenido México (Leyva, 2000: 220).

Como ya sabemos, a partir de este momento, se prendería la llama que habría de incendiar al país en la guerra fratricida más cruenta que registra nuestra historia.

__________________________

ALPERÓVICH, M.S. y B.T. Rudenko (1960): La Revolución Mexicana de 1910-1917 y la política de los Estados Unidos. México: Fondo de Cultura Popular.
CASTILLO, Heberto (1985): Historia de la revolución mexicana. México: Posada.
FUENTES MARES, José (1976): La revolución mexicana. Memorias de un espectador. México: Joaquín Mortiz.
HERNÁNDEZ CHÁVEZ, Salvador y Alfonso López Ituarte (s.f.) La Angustia nacional en 16 meses del gobierno de Don Francisco I, Madero: La decena trágica. Sangre y más sangre. México: Alfonso López.
LEYVA, Daniel (2000): Una piñata llena de memoria. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
MANCISIDOR, José (1976): Historia de la revolución mexicana. México: Editores Mexicanos Unidos.
MUÑOZ, Ignacio (1960): Verdad y mito de la Revolución Mexicana (Relatada por un protagonista), t. I. México: Ediciones Populares.
ROMERO FLORES, Jesús (1985): Síntesis histórica de la Revolución Mexicana. México: Costa-Amic.
SILVA HERZOG, Jesús (1972): Breve historia de la Revolución Mexicana. México: Fondo de Cultura Económica.

domingo, 17 de febrero de 2013


Volver a tomar en serio a Marx, es tomar en serio la Historia

Paco Echeverría
Óclesis


El 1º de octubre de 2012 moría en el Royal Free Hospital de Hampstead, Londres, uno de los personajes fundamentales de la tradición marxista británica: Eric Hobsbawm; y cómo no recordarlo cuando muchos de nosotros nos educamos bajo la lectura de sus amplios libros de historia, mamotretos profundos en los que tomábamos conciencia de aspectos tales como el nacionalismo, el industrialismo, el imperialismo y la globalización.
         Nacido en el 9 de junio de 1917 en Alejandría, entonces sultanato de Egipto y parte del Imperio británico, Hobsbawm quedó huérfano siendo un adolescente. Adoptado por sus tíos, se trasladó a Viena y después a Berlín, donde se matriculó en el Prinz-Heinrich-Gymnasium, dentro de un agitado contexto sociopolítico por lo que significaba el ascenso del nacionalsocialismo. Entonces, teniendo tan sólo 14 años de edad, decidió unirse a la Asociación de Alumnos Socialistas que era el trampolín para afiliarse a la Liga de Juventudes Comunistas. Una decisión política que lo acompañaría toda su vida y le haría objeto de interesantes controversias.
         Cuando los nazis llegan al poder, Hobsbawm logra escapar de Alemania con su familia justo a tiempo, para irse a vivir a Londres, donde logrará doctorarse en el King’s College de Cambridge y afiliarse en 1936 al Partido Comunista Británico.
Fuente de imagen:
http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9036301
Después de participar como voluntario en la Segunda Guerra Mundial, el famoso historiador sufriría los ataques del macartismo por su incondicional apega a la ideología comunista. Sin embargo, logró en 1947 obtener la plaza de profesor de Historia en el Birkbeck College, de la Universidad de Londres, con la que colaboró durante años hasta llegar a ser su presidente.
A pesar de haber visitado varias veces el Kremlin, muy al contrario de otros intelectuales de la época, como György Lukács por ejemplo, el joven Hobsbawm nunca siguió ciegamente la doctrina marxista-leninista y manifestó su disgusto cuando se dieron a conocer los crímenes de Stalin o cuando Nikita Kruschev ordenó a sus tropas invadir con tanques a Budapest.
Hobsbawm escribió extensamente sobre una gran variedad de temas, pero aquellos que han marcado un hito se encuentran contenidos en su trilogía “Three Ages” (Tres Eras), compuesta por: The Age of Revolution (La era de la Revolución), The Age of Capital (La era del capitalismo) y The Age of Empire (La era del imperio). Sin embargo, se puede añadir a esta magna trilogía: The Age of Extremes (La era de los extremos) para conformar finalmente un cuarteto que abarca la historia de Europa desde la Revolución Francesa hasta  el derrumbe de la URSS, que a consideración del historiador Niall Ferguson, conforman: “El mejor punto de partida […] para aquellos que deseen comenzar a estudiar la historia moderna”.
Otro de los intereses de Hobsbawm fue el estudio de “los bandidos sociales”, que plasmó en sus obras: Primitive Rebels (Rebeldes primitivos, 1959) y Captain Swing (El capitán Swing), en las cuales se trata de situar las actividades de los bandoleros rurales como un fenómeno con contexto social e histórico, al contrario de la visión tradicional que los considera simplemente como formas de rebelión espontáneas e impredecibles.
El más grande anhelo de Hobsbawm era la instauración de un mundo más justo y generoso a través del marxismo, en el que los grandes partidos comunistas fungieran como formadores de generaciones y generaciones de jóvenes, pero no sólo en el estudio serio de las ideas, sino también para enseñarles a disfrutar de la vida con radical gusto. Al final de cuentas dicho anhelo no resultaba descabellado, ya que él había vivido el más grande ejemplo durante los tiempos del Frente Popular de la década 1930, cuando la izquierda logró hacer a un lado sus diferencias para crear una unidad que hiciera frente al enemigo fascista.
Gracias a su fuerte fidelidad con los principios marxistas, Hobsbawm fue objeto de fuertes y ácidas críticas, tanto de la izquierda como de la derecha, un caso ilustrativo es el del famoso periodista Neal Ascherson que ha afirmado que: “Hobsbawm convirtió hábilmente su comunismo en una especie de trinchera, desde la cual, se hizo de un fácil acceso hacia el trabajo intelectual. Pero dicha conversión tuvo graves consecuencias, ya que Europa Oriental le tachó de “revisionista” por sus críticas hacia el stalinismo, y Europa Occidental le culpó de aprovechar esta cómoda situación para no sucumbir ante la tentación del compromiso, como cuando el movimiento estudiantil de 1968 lo demandaba así”.
Actualmente es muy difícil no encontrar por lo menos alguna obra de Hobsbawm en las bibliotecas universitarias del mundo entero, pues su gran enseñanza radica en señalar que lo que ha desaparecido ahora es la creencia, compartida por los protagonistas de las grandes revoluciones del siglo XVIII y XIX, de que es posible cambiar el orden social existente y sustituirlo por uno mejor. De ahí tal vez su consigna: “ha llegado la hora de volver a tomar en serio a Marx”, lo que significa también tomar en serio la historia, y rescatarla de manos de aquellos que meramente la utilizan como si se tratara de ir al supermercado y apilar en el carrito datos y datos útiles, capaces de justificar cualquier política que le convenga al sistema neoliberal actual, pese a las dramáticas sacudidas que las crisis de los últimos tiempos han operado sobre sus cimientos.
Sin bien Hobsbawm tuvo una visión radical —y para ello hay que entenderlo en su contexto—, eso no le quita el habernos legado la bastedad de su intelecto, equipamiento lingüístico, autoridad cultural, poder de organización y la gran capacidad de comprender y comunicar las interconexiones existentes entre economía, política y cultura que han conformado los movimientos sociales en la historia humana.













Un acercamiento a Francisco de Vitoria

Por: Rómulo Ramírez Daza y García
Colaboración a la revista Óclesis       


Francisco de Arcaya y Compludo nació en Vitoria en 1492, perteneció a la Orden mendicante de  los Predicadores; tuvo amplios conocimientos en filosofía-teología y derecho. Se dice que para él no había separación entre filosofía y teología; al respecto dice Ferrater Mora que “no había en la mente de Vitoria separación entre ambas disciplinas” (Véase el artículo que dedica a Vitoria en Diccionario de Filosofía) y que remitía cuestiones de dichos campos al propiamente jurídico.

Sabido es que la dirección de su pensamiento sigue la línea tomista, pero no se puede decir que sea un mero repetidor pues, a través de dicha base, sienta sobre ella nuevas problemáticas del momento implicando con ello necesariamente la redimensionalización de las antiguas doctrinas heredadas a su bagaje intelectual.

La originalidad teórica de este filósofo español –y por lo que más se le recuerda- estriba en el tratamiento que hace de los Indios, basándose como es de obviar, en “una ley que debe conciliar lo divino y lo natural y no debe jamás anegarse en la mera arbitrariedad” (íbidem). Así como Sto. Tomás en otro tiempo teoriza al respecto de la ley en sentido material y formal; en cuanto a su permisibilidad y sus debidas y justas aplicaciones, del derecho de guerra y demás cuestiones; y detrás de él una larga tradición (san Isidoro, san Agustín, etc…), así Vitoria toma la palabra e s tiempo.

Fuente de imagen: http://www.yiaos.com/index.php?pagid=scheda_articolo&id_articolo=2037
Antonio Gómez Robledo dice que “discurrió sobre lo aprendido, tanto o más de lo que intuyó lo inexplorado” (Véase Vitoria, comentador de Sto. Tomás en Tomo I, obras completas), de ahí que debamos entenderlo al hilo de la tradición.
Por lo que a esto toca puede verse la influencia que tienen los presupuestos y los hilos temáticos en que enraiza dentro de su propio pensamiento. ¿Qué hubiera sido de Sto. Tomás sin Aristóteles o de Kant sin la edad moderna?, ciertamente hubieran aportado grandezas por la genialidad de su espíritu, mas sin embargo, probablemente no hubieran llegado al nivel al que llegaron por la razón de que en un ciclo vital humano no puede abarcarse la totalidad eidética que a venido almacenando la humanidad en siglos de reflexión y enseñanza.

Se nos dice que la tarea de Vitoria era comentar al santo (como Averroes en otro tiempo lo hiciera con Aristóteles), “y en esto de comentar a Santo Tomás (…) llevó a cabo una revolución de trascendencia incalculable. Fue innovador comentado” (íbidem).

¿A qué se debe el carácter innovador del trabajo, si se piensa que una teoría ya está fundada en la verdad?, pues a la aplicación de la misma y su corrección específica (si lo ha menester) en los matices que sean necesarios para ello; ya que en la época de Vitoria había problemas de urgencia a resolver; y eso no indica que fuesen cuestiones no tratadas implícitamente en lo general por el santo; sino que eran “problemas del mundo moderno que Santo Tomás no alcanzó a sospechar” aunque en su teoría hubieran sido tácitas de algún modo.
Hay veces en que no es visible para los no iniciados la resolución del llevar a cabo las acciones del mejor modo en una situación problemáticamente específica. Esto es que no entiende el puente a la praxis misma, dejando a la fundamentación de lado e inutilizándose para entender que la teoría en cuestión no es utopía irrealizable.
Tenemos como prueba de lo antes dicho el trabajo de los críticos pues “Cuando se han contrapuesto y aquilatado todos los textos, los tomistas y los vitorianos, percíbase con meridiana claridad que la doctrina discriminatoria de los títulos de dominio sobre el continente americano, está contenida in nuce en la Suma Teológica, si bien Vitoria la lleve hasta su última perfección, y la aplique genialmente a las nuevas contingencias históricas” (íbidem. Nota: No representa este estudio una valoración peyorativa en el sentido de poner a Vitoria por debajo del santo; sino más bien una justa valoración de la totalidad de su pensamiento, pues arguye Gómez Robledo que no solo la innovación ideal es la aportación de Vitoria, sino toda la labor de su vida entera que fue, comentar al Angélico; tanto es así que ya en su época la Suma Teológica pasó a ser el texto oficial en los estudios, sin menoscabo del anterior que eran Las Sentencias de Pedro Lombardo.)

Nos parece corta pero suficiente esta reseña, para darnos una idea como primer acercamiento al filósofo español, cabeza de la escuela de Salamanca en sus inicios: Francisco de Vitoria.

domingo, 10 de febrero de 2013


“Rebelión en la Aldea Global”
Microanálisis de la vigencia de George Orwell en sus críticas de sistema de privilegios
Por Víctor Flores Anzaldo.
Óclesis
Fuente de imagen:
http://html.rincondelvago.com/rebelion-en-la-granja_george-orwell_27.html
La trama de Orwell en “Rebelión en la granja” (1943) corresponde a la crítica de sistema de privilegios en el Comunismo de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS). Los cerdos en la trama son la encarnación metafórica del sistema de privilegios que emulaban al Partido Comunista Ruso (PCR), mientras el resto de los animales que trabajaban en la granja representaban al grueso de la población rusa, los perros salvajes al ejército rojo, etc. Cabe aquí la aclaración de que en su tiempo, dicha obra fue censurada en el Reino Unido por motivos diplomáticos, pues era sumamente clara la alusión a la URSS. La actualidad de dicho texto va en el sentido de que Estados Unidos de América (E. U. A) ha conformado el nuevo sistema de privilegios que puede encarnar la metáfora de “los cerdos”. Siendo la Aldea Global “la Granja Animal” y su política el “Animalismo” equiparado a la Globalización, el resto de las naciones (La Periferia de la Aldea Global) “los animales de la granja”; y el ejército norteamericano (OTAN y La Coalición) “los perros salvajes”. La crisis del Comercio Internacional ha dejado al descubierto una concientización de la Aldea Global como regida por los cerdos que se dan una vida hedonista a costa del resto de los animales. Los himnos al Libre Mercado – semejante al himno “Bestias de Inglaterra” en la obra de Orwell- ya se quieren dejar de cantar con orgullo. China , por medio de su Presidente Zhou Xiaochuan, ha propuesto una moneda internacional, ésta divisa sin vínculo a país alguno tiene la pretensión de abandonar el criterio de uso y administración de la reserva global por el Fondo Monetario Internacional, así, se dejarían de ser arrastrados por los altibajos de EUA todos los países del mundo. Mientras no se aprueba su propuesta, Xiochuan ya inició su desvinculación utilizando el renminibi, moneda china, en el comercio bilateral con Indonesia (Cf. www. Llerena.com; Análisis Internacional; 25/III/ 09). Luego del dato duro como lo marca el canon neoliberal (pues la vida humana está por debajo del dinero), el dato antropocentrista lo encontramos encabezado por la Unión Europea, que ha estimado preocupante para Europa del Este la considerable generación de deuda para Occidente a causa de la crisis económica, lo cual ha provocado una migración semejante a la escisión de Yugoslavia en los noventas, cuando el bloque soviético se estaba integrando al Mercado Internacional (Ibídem). Por otro lado, pero en el mismo sentido podemos soslayar el Muro de la Vergüenza (en el sepulcral silencio de Obama) y el espaldarazo de la Suprema Corte de Justicia de su país –negando el cierre a Obama- de la Cárcel Internacional de Tortura de los perros de la Aldea Global, Guantánamo, en cambio, no podemos ignorar la artera manipulación del TLC para México y el resto de la Aldea Global; el bloqueo a Cuba continúa, ya no de forma, pero sí de fondo. El bloqueo en el panel ante la Organización Mundial de Comercio a México por EUA en el caso del atún mexicano, mientras en ese mismo podio obtuvo victoria parcial ante China en el caso de la propiedad intelectual favoreciendo a su monopolio “cultural” de los cerdos y antes, su alacena (en D.P.A.; Ginebra Suiza; 21/III/09). El tema más escabroso tenía que tratarse al final porque siendo delicado, requiere mejor permanencia en nuestra mente. La economía de guerra, que los perros de la Aldea Global han desarrollado como una política de dominio y de reproducción del sistema “cerdil” de la Aldea Global marcha sobre ruedas, todos los monopolios de la construcción (para reconstruir lo destruido luego de las guerras) y de guerra (los laboratorios, fábricas y proveedores de toda la parafernalia técnico-científica de los perros de la Aldea Global usados y experimentados en su periferia y traspatio) están concentrados en unas cuantas familias en el mundo, la Aldea Global es su parapeto, ya no es un secreto y por ende su poder está expuesto a la mirada del resto de los animales de la Aldea Global. Para el poeta, novelista e historiador de la izquierda gringa –como se autodenomina- John Ross, la nueva administración es el viejo canto del Tío Sam “<<El Baracko>>  (…) es también esclavo; un esclavo de Wall Street y General Motors, y el Gran petróleo y el Gran Etanol; esclavo de la maquinaria de guerra y el imperialismo estadounidense e israelí (…) un esclavo del libre mercado, la libre empresa (…) y la globalización corporativa sinsentido.” (En J. Ross; dic. 2008). Lo último lo dice porque incluye a los presidentes que cantan los himnos salvajes a la Globalización, los cerdos privilegian a los líderes tribales de la Aldea, incluye al nuestro junto con Álvaro Uribe como asesinos y no es necesaria una explicación, las amonestaciones de la CNDH son crónicas de la vida en la periferia de la Aldea. El aliento de los cerdos para con otras granjas a que sean rebeldes y sean como ellos –en la trama orwelliana-, es semejante, en la actual Aldea Global a la lucha contra “el narcotráfico”, una ficción de enemigo invisible, como lo es también “el terrorista”, ambos enemigos creaciones de una mente puerca, con perdón de los cerditos, embarga de podredumbre a la clase política (con algunas excepciones) y se atasca en la clase militar (también con sus respectivas y selectas excepciones) porque el sistema criminológico es impensable sin el aparato de reproducción delictivo instaurado en las cepas carcelarias de la Aldea Global. Todos sabemos cómo terminó su obra Orwell, pero ésta la debemos terminar nosotros desde nuestras modestas posturas. Yo creo que si hubiera creado su obra en nuestros días Orwell, nos preguntaría: ¡¿Me oí muy antiyankee?! Tendríamos que aceptar por lo menos que su crítica al sistema de privilegios es actual.

viernes, 8 de febrero de 2013

Muerte e Historia
Vidzu Morales Huitzil
Óclesis

Fuente de imagen:
http://www.glatissant.com/muerte-de-tristan/
Muerte, palabra que proviene de la tercera familia del latín, mors, con declinación en el genitivo mortis. Que en su sentido semántico, expresa la figura de la muerte o  cadáver. Palabra confinada con el verbo intransitivo mori, morior mortus sum, propio del acto al disipar una cuestión o el fenecer. Concretamente, considero importante el estudio de la finalización de actividad vital en el hombre, entendiéndose en sentido biológico, sin embargo, creo conveniente que a este comprensión de la muerte se le agregue lo propio del cadáver, y lo propio del fenecer. Y así hilar la muerte y la Historia, en un sentido del disipar la capacidad para dignificar el tiempo y nuestro entorno. Ya lo había mencionado Giovanni Pico Della Mirandola, en su Oratio de Hominis Dignitate,  donde la muerte no solo es física, sino aquello que es inapropiado al hombre, un estado donde el querer no quiere que se quiera lo apropiado, consumiendo la vitalidad y fugacidad. La muerte es una transición del difunto hacia la pertinencia del acto moral correspondiente, de lo que es, de lo que fue y de lo ya no será, en el sentido propio del sujeto. He aquí, donde la Historia reluce su capacidad de converger con generaciones pasadas, y rescatarlas de la verdadera inexistencia: el olvido. Por ende, la fortaleza ante el socavamiento de la posición humana,  y de la muerte frecuente,  es inherente a una condición del hábito, proveniente de la primera persona singular del presente indicativo del verbo latino, habito, habitare, habitavi, habitatum. Para hacer claro este punto retomare una frase de San Agustín, “Mala tempora, laboriosa tempora dicunt hoc homines, nos sumus tempora, quales sumus, talia sunt tempora. / Malos tiempos, tiempos difíciles, dicen estas cosas los hombres, nosotros somos los tiempos, como somos nosotros, así son los tiempos” (1).  Siendo que la corrupción o muerte, destruye las facultades del ser humano, necesarias para fundamentar en el tiempo la libertad moderada, razón, conciencia, y voluntad.  Develando la descomposición del acto en la Historia Universal. No para comprenderla como una determinante absoluta, sino como propia de las vivencias humanas.
Así, siguiendo el lema ciceroniano Historia est testis temporum, lux veritatis, vita memoriae,  magistra vitae, nuntia vetustatis / La Historia es testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida y mensajera de los sucesos pasados,  concluyo que el orden orgánico del hombre, se erige en el lapso vital, llegando a su declive y fenecimiento, más no en la inmortalidad de los actos loables, los cuales perduraran en el recuerdo de quienes marchan, marcharon y marcharan influidos por la naturalidad del alma y no por la necesidad imperante.  
 _________________
(1) Juvenal Cruz Vega, Oratio de sacerdotis natura, México, 2011, p. 29.

lunes, 4 de febrero de 2013




Miscelánea oclética 1

¿Qué significa hacer películas de manera política?

Dmitry Vilensky

Tomado de Habitar. Cuaderno de Trabajo / Simposio Injerto 2010, pp. 52 - 58




Por: Coordinación Académica Óclesis.
Mtro. Francisco hernández Echeverría



01. VIEJAS CUESTIONES

Todos aquellos que entienden que la estética, la política y la economía forman un nexo vital, creen que el arte puede revelar con particular fuerza los problemas más agudos del desarrollo social. La historia es un enfrentamiento entre distintos grupos que defienden no sólo su derecho de hablar, sino también su visión de futuro. Si queremos continuar con el proyecto político de hoy, primero debemos plantear la vieja pregunta: ¿Quién es el sujeto del desarrollo histórico y del conocimiento?, y después actualizar la simplicidad de la vieja respuesta: “La clase oprimida, y en pie de lucha, en sí misma”, como dijo Benjamin. El arte político contemporáneo se esfuerza por ir acorde con la búsqueda de este sujeto, no con la mítica noción establecida en las revoluciones sociales previas. Como a mediados del siglo XIX, estamos nuevamente obligados a definir lo que será al respecto de este tema. Hoy en día debiésemos hablar de una fidelidad a la vieja respuesta; aunque esto no signifique que cineastas, intelectuales y artistas deban mantener una fe ciega y personal en el actual movimiento anti-capitalista, sino más bien que deberían seguir siendo fieles al espacio de subjetividad que dio lugar a ese movimiento.
            Es en este espacio donde podemos afirmar que hacer películas de manera política significa esmerarse por una representación históricamente concreta de la realidad en su desarrollo revolucionario. El artista-cineasta debería descubrirse a sí mismo en el proceso del devenir proletario; debería también utilizar su trabajo para extender el devenir artístico del proletariado, a través de la participación de las masas en las diferentes formas de creatividad. La cuestión, entonces, sigue siendo la misma; se trata de asumir una posición política como artista: ¿De qué lado estás?


02. LA POSICIÓN DEL SUJETO QUE HABLA

La principal diferencia entre el arte del cine-video y el periodismo progresista es que el artista no puede afirmar, inocentemente, que da voz a alguien más. Es siempre el cineasta quien habla. Así pues, enajenar a la realidad a través de un constante dudar del proceso de producción fílmico en sí miso y de las instituciones de poder subyacentes a la producción y distribución, no es algo externo a la organización formal de la película; es parte íntegra de su estructura, un método para realizarla. Una película política no es una película acerca de la política. Es un film que problematiza el privilegio del sujeto que habla, al revelar sus vínculos sociales y de clase.


03. LA NATURALEZA COLECTIVA DE LA REALIZACIÓN CINEMATOGRÁFICA

Hacer cine implica siempre una tarea colectiva. Esto podría ser eclipsado por la personalidad del director, quien moldea su mensaje autoral a partir de la apropiación de los recursos creativos de profesionales y aficionados. La realización de una película política, sin embargo, puede servir como modelo para el pleno desarrollo de las capacidades creativas del colectivo entero, donde cada uno de los participantes funge de igual manera como co-creador. La película política engendra su propio soviet o consejo artístico, un organismo cuya toma de decisiones colectiva confiere legitimidad al discurso estético. Su tarea es comparable a las enfrentadas por las estructuras a favor de una política de auto-gobierno (soviets), que se supone adoptan decisiones concretas al combinar la representación (durante la realización de una película, una tarea en particular sería delegada al equipo de dirección o al equipo de cámara) con la democracia participativa. La delegación surge tras la exhaustiva discusión en conjunto, articulándose así una posición en común.


04. REALISMO

El cine y el video son manifestaciones que se incluyen en la corriente realista en la historia del arte. Las nuevas formas tecnológicas y mediáticas del documentalismo son los últimos avatares en esta línea. Éstas son herederas de la tradición realista en el arte y no se les puede entender sin analizarlas desde esta perspectiva. Desde sus inicios, el realismo asume la tarea de descubrir el significado de la realidad. Esta empresa, sin embargo, es también una labor política.
            El documentalismo nos ayuda a replantear el problema de la mímesis, mismo que ha plagado las formas de arte tradicionales como el teatro y la pintura (este replanteamiento se inició con el debate entre Brecht y Lukács), y nos permite abordar el problema de la autenticidad a otro nivel. Como Brecht demostró ya Copn total acierto, la autenticidad no tiene nada que ver con la “simple reflexión fotográfica de la realidad”, la autenticidad se sustenta en la construcción de la obra, pues incluso en el más fiel de los documentales “no hay que esté exento de organización”. La autenticidad, cualidad principal de una obra realista, es siempre una construcción formal; nos permite extraer realidad de las interpretaciones subjetivas autoritarias propuestas por una falsa consciencia.


05. EN BUSCA DE LO TÍPICO

El realismo sucede cuando se describe lo típico y no lo concreto y particular —como es el caso en el mainstream del arte contemporáneo, donde las políticas de identidad son hegemónicas en los modos de representación. Como Engels expresa en su célebre cita, la tarea principal del realismo es “la reproducción veraz de personajes típicos, en circunstancias típicas”. El enfoque tipicalista nos permite plasmar y pensar las problemáticas de la sociedad contemporánea como un sistema integral, saturado de contradicciones y urgido de transformación. Esta perspectiva sobre la realidad es esencialmente cartográfica; rechaza el burgués fetichismo de la diferencia, priorizando en su lugar el reflejo de similitudes en situaciones de opresión, exclusión y resistencia.


06. EL PROBLEMA DE LA FORMA

El realismo tradicional se caracteriza por su contenido. Hoy en día, el problema formal se resuelve no mediante el uso de nuevos y deslumbrantes efectos (eso se lo dejamos a Hollywood), sino construyendo la película de un modo sustancialmente diferente. Esta construcción puede basarse en la cuidadosa investigación de una situación que, por su singularidad histórica, reivindique lo típico o lo universal.
            En la actualidad es difícil enumerar los aspectos formales de la película política; sin embargo, podemos definir sus cualidades al negar el lenguaje dominante del arte comercial y el cine. Este lenguaje se basa en la estética de la sensación, la seducción y la intoxicación; es el lenguaje de la fragmentación y el ingenioso montaje que bombardea al espectador con efectos sonoros. Estamos conscientes del atractivo populista de estas estrategias y luchamos, no siempre con éxito, por resistírnosles.
            La película política contemporánea es minimalista no por causa de su bajo presupuesto, sino porque asume de manera consciente una reducción: rechaza el enfoque gastronómico. El lenguaje del cine político contemporáneo es el lenguaje de un ascetismo visual conscientemente adoptado. Una vez más, recordemos la conocida preferencia de Godard por los bajos presupuestos. Esto no significa, sin embargo, que el cine político rechace la participación estética y emocional del observador. Dicho rechazo es a veces una seria deficiencia de muchas de las obras contemporáneas. La tradición del cine político ha desarrollado toda una serie de estrategias para ejercer presión ideo-estética; basta con mencionar el efecto de alienación. El cine político es una composición multi-gradual que combina afecciones emocionales con un análisis intelectual total. Paradójicamente, debemos aprender a tocar el corazón del observador sin entretenerle.


07. ENSEÑANDO/APRENDIENDO

La película política contemporánea es un filme que enseña pero, ¿a quién enseña? Por principio abierto a todo público, este cine se enfoca a aquellos quienes ya se han desarrollado políticamente pero buscan la manera de seguir creciendo.
            La tarea de las películas políticas (¿quién dijo que sólo puede haber una película?) no se reduce a documentar y agitar; esta tarea se la podemos dejar al periodismo progresista. Si no existe aún lugar para películas así en los medios de comunicación, podemos trazar un camino para ellas en el ámbito cultural.
            Pero no confundamos la película política con el arte. El papel de estas películas es, más bien, mostrar la complejidad de la subjetivación política. Cultivar el instinto político significa revelar todas las dificultades y escollos del devenir-político. No significa fingir que todo es simple y que se tiene una respuesta para todo, dejemos esa actitud a los partidos políticos y sindicatos.
            El método brechtiano de la obra-enseñanza es una vez más relevante, ya que no exige rechazar las estrategias jerárquicas y manipuladoras de los medios de comunicación, y nos insta a incluir prácticas colectivas y participativas al momento de hacer una película para encontrar nuevas soluciones a los callejones sin salida de la vida política. La película política no es simplemente una película de enseñanza, también nos muestra el proceso de aprendizaje en sí mismo.

viernes, 1 de febrero de 2013


Fracasomanía
Por: Isis Samaniego
Óclesis


Fuente de imagen:
http://jovenesparalaeternidad.blogspot.mx/2011/09/mexico-creo-en-ti.html
Nunca como hoy me he sentido tan desamparada, nunca como hoy veo como los ciudadanos dormimos, el sueño de los justos, como en espera de ese cambio, hemos visto desfilar la miseria en nuestras calles. Allá arriba la codicia cambia de tonos, del azul al amarillo, del rojo al verde, etc.
Algo es claro; todos los pintados de cualquier color y los madrazos vienen de arriba hacia abajo.
Estamos ante la derrota de los sueños; en este estado, el gobierno se burla de sus gobernados, dice y se desdice; el poder lo puede todo:
Hemos perdido la batalla y también la palabra, a través de los medios y su ley. La palabra ha sido usurpada y puede ser utilizada o más bien, ya se hace uso de ella para justificar lo injustificable, para violar garantías y derechos humanos. Los medios han comprado las voces de nuestros diputados y venden sus espacios a aquellos que quieren gritar su verdad aunque sea falsa.
Por fin la radio y la televisión podrán educar a modo. Ya en sí, era la segunda gran escuela del mexicano, pero ahora esa educación será obligatoria, más no gratuita, y seremos felices, porque pa´ qué leer, si sólo hay injusticias en el mundo; el panorama que nos sobreviene será mejor frente a un aparato de televisión.
                   - “y soy rebelde porque no sigo a los demás” -
Al parecer hemos perdido la capacidad de indignación, cuanto más nos agravian más dormimos, es una depresión generalizada. Estamos tan hartos de lo mismo que votaremos por el menos malo.
Se aprobó la ley de radio y televisión y telecomunicaciones, sin embargo las mayorías no han entendido qué significa esto: no habrá más verdad que la divulgada por la caja negra, no habrá más cultura, ni más educación que la de una telenovela.
Programas culturales donde los políticos e intelectuales harán frívolas declaraciones sobre arte, cultura y los logros macro económicos de la gran república de los tontos.
Los dueños del poder fáctico podrán juzgar a placer, no a todos, sólo a quien les convenga ó en su caso a quien se necesite linchar para obtener el rainting, tan necesario para los anunciantes de los mejores espacios publicitarios.
Aquí, en esta república bananera, no habrá espacios para la libre expresión, para el libre arte, para la palabra que camina; después de este asalto a mano armada, hecho con alevosía y ventaja por la mayoría de los diputados y senadores.
¿Qué será de la cultura?
¿Dónde expondremos los don nadie? ¿Dónde escribiremos la poesía aún no escrita? ¿A quién me dirijo, si un poderoso me agrede o me persigue? ¿Llegará el momento en que pregunte cuáles son mis derechos después de tantas obligaciones?
Sólo hay un camino, la disidencia o la rebeldía.
Vale la pena intentar cambiar el estado de las cosas, vale la pena salir a las calles e iniciar las protestas, no quiero caer en ese estado mental llamado la “fracasomanía” y  ver cómo se derrumba el Estado Mexicano.

texto publicado en Momento Diario febrero de 2006.

Inconclusa una tiempo el Sonoridad flauta en...
Sonoridad inconclusa... el tiempo en una flauta

Por: Jorge Luis Gallegos Vargas
Òclesis

Es el viento el instrumento que se lleva al tiempo. Es el tiempo el instrumento que se lleva al viento. Es la flauta el instrumento encargado de materializar al viento y llevarse el tiempo. Es la flauta la encargada de materializar al tiempo y llevarse al viento. Son la flauta, el viento y el tiempo los creadores de El dulce porvenir.
Un pueblo, la muerte de catorce niños, una tragedia,  y en medio ellos: los conflictos que se dan en la familia. Es El dulce porvenir la historia que retrata la pérdida de la sensibilidad humana ante la presencia de una tragedia. Un accidente automovilístico marcará la vida de cuatro familias; un abogado (Mr. Stephens) buscará a toda costa encontrar el medio perfecto para justificar dicho accidente; y un cuento (el flautista de Hamelin) enmarcan a esta historia: una historia de tristeza y vacío existencial.
Fuente de imagen:
http://elcinematografodebarranco.blogspot.mx/2007_08_01_archive.html:
En primera instancia, se encuentra difícil la lectura de El dulce porvenir. Tal parece que  para comprender la película hay que dividirla en cuatro momentos. El primer momento se marca con la primera escena, que nos muestra una familia: la Familia Stephens. El segundo momento se da antes del accidente en la carretera. El tercero, se da con el accidente y  el juicio. Un cuarto y último momento se da con el viaje de Mr. Stephens en avión para encontrarse con su hija, dos años después de ocurrido el accidente. Dos datos nos sirven para distinguir pasado y presente: un calendario que marca diciembre de 1995 y la pantalla del televisor que nos dice que es 1997.
El flautista de Hamelin (Browling), es la pauta para el desarrollo de El dulce porvenir. El flautista de Hamelin, cuenta la historia de un hombre que fue contratado por un pueblo para terminar con una plaga que los azotaba, y que, al no recibir paga alguna, decide llevarse a sus niños; pero no se lleva a todos, sólo uno no puede seguirle: porque era cojo.
La metáfora utilizada por el director es aplicable para muchos de los personajes. Muchos son los flautistas: el abogado que guía a los padres para la obtención del pago de un seguro; Sam, padre de Nicole, quien seduce a su hija y con quien además mantiene una relación incestuosa; la conductora del autobús: Dolores, quien guía a catorce niños a la muerte, y deja a una más paralítica. Y también muchos más son los niños: Nicole, Mr. Stephens, los Otto, Dolores, los Wendell, Zoe...
Otra metáfora presente en la película es el invierno, utilizado mientras las condiciones adversas permanecían en el pueblo. El invierno simboliza la frialdad de los corazones de los habitantes. Pero sobre todo, la frialdad del Mr. Stephens, que es el encargado de recuperar de alguna manera a los hijos del pueblo, mediante el cobro de un seguro, pero que no es capaz de recuperarse a sí mismo, y a su propia hija. Es otoño cuando se va fraguando la muerte, la caída; es otoño cuando Nicole canta sus creaciones en el parque de diversiones. Es primavera cuando todo renace, es primavera cuando Stephens va en busca de su hija.
Asimismo, es difícil esclarecer en dónde inicia y en dónde acaba el filme. La película inicia por donde debe iniciar: el principio; y sin embargo, no termina por donde debe terminar: el final. Pareciera ser que el final es feliz: Nicole en el parque de diversiones, sin embargo: ¿por qué no está en la silla de ruedas, si quedó paralítica? Tal parece ser que es un recurso utilizado por el director para hacernos creer la existencia de un final feliz, y mostrarnos el por qué del nombre del filme. Así pues, el final de la película se plantea cuando Mr. Stephens sube al autobús conducido por Dolores.
Y es que aunque la estructura es difícil de leer, la historia está bien trazada, bien definida, bien contada, no pierde detalle alguno de lo sucedido, de lo que sucede, y de lo que sucederá.
En un inicio se nos presenta la imagen de una familia. No es gratuita la presentación de una escena así. Durante toda la película se muestra a la familia como un elemento indispensable dentro de la formación humana; se muestra el cómo los padres son capaces de buscar la el bienestar de sus hijos, pero al mismo tiempo, se muestra el cómo los mismos padres no son capaces de recuperarlos,  ya sea por la irrupción de la muerte, o por el distanciamiento que existe entre ellos.
Es una película en donde no hay buenos ni malos, simplemente hay personas; personas que tienen como mayor cualidad ser eso: personas. Personas que, como se ve en la imagen en donde Nicole canta al principio, tienen dos caras.
Además, la música, es un elemento primordial dentro de la película. Mediante la intromisión de flautas, nos damos cuenta de la relación entre la historia del flautista y la del pueblo. Cabe hacer la aclaración que la utilización del instrumento de viento aparece sólo cuando es necesario. No se hace un manejo falaz, ni se abusa del elemento.
Al mismo tiempo, la fotografía es antitética: mientras la mayoría de las imágenes del paisaje presentan un panorama frío, los objetos, las prendas, y elementos accesorios son presentados con colores cálidos (rojo, amarillo, naranja, verde).
El dulce porvenir, es un drama que conmueve, que convence, que confunde, que juega con estructuras narrativas, que es capaz de confundir y que crea en el espectador un sentimiento de intriga e incertidumbre.
Pasado, presente y futuro; primavera, otoño e invierno; la sonoridad de la flauta y la sonoridad del tiempo: son los elementos que se conjugan para conformar: “un dulce porvenir”.