viernes, 23 de diciembre de 2016

Arte a la vuelta de la Urbe

Por: Daniel Alejandro Barradas de Ita.

Fuente de imagen:
Óclesis:
puesta en escena de Diván de Hugo Coronel
Dirección y actuación: Ángel Vega 
Domingo por la tarde, doy un paseo por el centro con la familia; caminando por la calle del Carolino me encuentro con un grupo de personas observando un espectáculo, escucho que aplauden y piden más, es ahí cuando volteo y observo a un grupo de actores exponiendo su trabajo, sí justo ahí, en la calle, y es cuando decido parar a observarlos, se ve interesante, atractivo a la vista, pero sobre todo impresionante. Una joven tocando una flauta transversal, con un buen ritmo, que aún tarareo en mi memoria, un chico con rastas, marcando el ritmo de la flauta con una percusión, y otro amigo, observando a su compañero cómo se entrega al espectáculo; él ya había participado anteriormente.
Me quedo más tiempo del planeado, y observo, deleito mi mirada con un espectáculo callejero, sí, un espectáculo callejero, pero impresionante; escucho los aplausos de los demás y me contagio de la alegría; aplaudo el siguiente acto, y me pregunto, ¿cómo puede mantener ese equilibrio?, por un instante pienso que se caerá aquel equilibrista, cambio mi pensar, y sigo aplaudiendo, sigo el ritmo de la gente, pero, sobre todo, sigo observando aquel espectacular acto.
Arte callejero, arte urbano, artes circenses, sí, es arte, es un espectáculo al aire libre, a media calle, a medio centro, pero, sobre todo, un amor al arte. Me encuentro con malabaristas, equilibristas, acróbatas aéreos, todo tipo y variedad de actos, todo tipo y variedad de actores, jóvenes, de más edad, tatuados, de clase media y alta, todos unidos por una misma pasión, las artes circenses.
Conocidos, amigos y hermanos, terminan formando una familia, una familia que, unida como las mejores, son hermanos de calle y de artes; todos ellos, todos los actores, músicos y circenses, son una familia. Formada en los teatros, circos, gimnasio y en la calle, ellos me recuerdan que la familia no es aquella de sangre solamente.
Termina el actor, todos aplaudimos a un solo sonido, y con una sonrisa nos agradece aquel joven equilibrista, nos dirige unas palabras, y nos recuerda que lo que ellos hacen es una pasión que llevan por dentro, nos pide nuestro apoyo, y con gran alegría damos de nuestro bolsillo una cooperación, que sin molestar a nadie, dejamos a ese grupo de jóvenes, por habernos presentado una obra, y por haber compartido, un arte más de la urbe conocida.
Tomo mi camino de vuelta, y con la familia, tomamos paso a nuestro destino programado, cruzamos palabras de alegría y sorpresa por un acto bien realizado. Nuevo camino tomamos, y más arte me encuentro, a la vuelta de la urbe.

Dedicado a aquellos actores urbanos y profesionales de las artes circenses.







¡Despierta!


Por Mariana Leyva


Obra Gráfica:

Victoria Ciézar
¡Despierta!, mira a la derecha, él no ha despertado. Perfecto. Trata de levantarte. ¡Cuidado!, no hagas ruido, temes que él despierte, que tonta eres. Ponte las pantuflas, levántate de la cama, sigue acostado, no siente tu presencia. Lleva años así. Ésta siempre es la parte más complicada. Abre la puerta, ¡no la azotes! No quieres robarle el sueño, qué tonta eres.
Listo, sal del cuarto, ya puedes bajar sin riesgo. Ve a la cocina y prepara su desayuno. Repite hasta que lo memorices: café bien cargado, 2 rebanadas de pan francés y un tazón de avena caliente sin miel, eso para él; para ella, un vaso de leche, fruta picada y huevos con jamón. No los vayas a confundir, eso te haría más tonta de lo que ya…
Ella ¿Cómo es la vida para ella? Todo es tan diferente a su edad, todo es color de rosa, un rosa pastel que brinda tranquilidad, que se fusiona con un amarillo, el color de la alegría y la euforia; piensas en ti; ahora sólo ves color azul, de repente se mezcla el morado, comienzan los tintes negros y finalmente, cuando piensas que todo terminó, ves verde, casi como sus ojos, te estremeces solo de recordar. Regresa el azul. No recuerdas cómo se siente la felicidad. Apenas puedes recordar el amarillo.
¡Despierta! Junta la mochila de ella, prepara el suéter y los zapatos, prepara un sándwich, rápido, déjalo en la lonchera, es color rosa. Pon todo sobre el sillón así no olvidará tomarlo cuando se vayan.
Añoras la tranquilidad, ésa que existe cuando no está él; ésa que aparece cuando ella entra al colegio y te dice dulcemente al oído, siempre a la par de un abrazo “Te amo Mami”. A su padre nunca le ha dado muestra de cariño, creo, incluso, que, ella teme a…!Despierta! Sigue con su ropa, que no se te olvide el traje azul, aquel que combina con las paredes de la estancia, el sólo mirar el color, te causa ansiedad. Recuerda, él está lejos, por ahora, ve al ropero, él está a un lado de tu habitación. No olvides que la corbata también debe de estar lista, aquella azul claro, la que, según recuerdas, solía resaltar sus ojos ¿todavía se verá igual? No lo sabes, hace tiempo que no levantas la mirada más allá del suelo. ¡Despierta! El café ya está listo, el olor lo va a levantar, siempre lo hace; mira el reloj, 6:35 am, faltan 5 minutos para que comience el… ¿ya planchaste la camisa? Ya, cierto, lo hiciste anoche. Ahora el pan se está preparando, cuece la avena. ¿Acaso ella podrá recordar a su padre? Tal vez sólo siente que algo es diferente a como solía ser. Vuelves a ver el reloj, 6:40 am. ¡Despierta! Escuchas pasos, él se acerca. Apresúrate, el café está listo y perfecto en la taza, no olvides el pan; bien, ahora sirve la avena.
Dile “buenos días”. No lo mires a los ojos. No preguntes por qué llegó tarde anoche, ya sabes la respuesta limítate a solo saludar. Continúa, no esperes una disculpa, tampoco una excusa, él jamás te las dará. ¡Despierta! Se acerca, comienza el color azul, cada vez más oscuro, a un punto de casi ser negro ¿Qué hiciste mal?, ¿ya lo viste?; algo extraño en el café. No sale humo. Quedó frío, si lo hubieras servido un minuto después, sí sólo… pero como puedes ser tan inep… !Despierta! Está ahí, lo sientes, te duele y lo mereces.
¡Despierta! Ha terminado, se fue al trabajo, ella tiene que despertar, 7:00 am, ve al cuarto, ya se levantó, ruega porque no fuera tu tontería la que la despertó, recuerda que no hubo ruido, solo color. Siente la calma de saber que no escuchó. Cada día aprendes a gritar hacia adentro, todo para mantener el amarillo en su vida. Se termina de cambiar, ya lo puede hacer sola, ha crecido mucho. Temes por ella. Se acerca y te da un abrazo y te mira con esos ojos dulces como la miel, son ese reflejo de los tuyos.
¡Despierta! ¿Escuchaste eso?, evidentemente lo escuchaste: “ya pude sola, Mami”. Sonríes levemente, recuerdas cuando nació y cómo todo ha cambiado. Le tomas el cabello para poder peinarla; pones un moño rosa sobre el frondoso resplandor de sol que heredó de ti. La noche de su padre no debe consumir ese brillo. Bajan juntas al comedor. ¿Recuerdas a su padre? tu sabes que él no regresará, por más que intentes, no puedes hacer que sea… ¡Despierta! Hora de ir a la escuela, sube al carro, pero antes ponle el suéter.
¡Despierta! Llegaron y no recuerdas en qué pensabas. Ella se baja el coche. Te abraza, ya sabes qué dirá. La miras entrar, ahora está a salvo. Pero ese acercamiento a la felicidad; el que sientes sólo con ella, ha terminado. Tomas el coche y piensas a dónde ir. Imaginas cómo sería su vida sin ti. La de ella, claro, la de él, el verdadero, terminó hace mucho; al menos para ti. Pero ella es importante, incluso lo es más que tú, ¿la llevarás contigo?
¡Despierta! El tráfico avanza y tú sigues detenida, boba. Te adentras a tus pensamientos de nuevo, no la llevarías. No eres lo suficientemente valiente, aquí tiene oportunidades, tiene un futuro. Contigo no tendría nada, sólo te queda esperar que no pregunte mucho por ti, que su padre no te vea en reflejo de sus ojos, que los únicos colores que conozca sigan siendo felices, que jamás pierda el amarillo de su vida, que reconozca su reflejo, que no sea como tú.
¡Despierta! Llegaste, pero, ¿cómo fue que llegaste ahí? Fue inconsciente, tú quieres eso, lo quieres desde que empezaste a ver los terribles morado y azul fusionarse con el verde que amabas.
-¿quiere una pomada?- ¡Despierta! La empleada te ofrece una pomada de frasco blanco. Ella los notó. No comenta nada, pero sabe que los tienes, y tú igual; sabes que esos moretones los dejó él, quien más si no. Debió de ser fuerte para que después de una hora se notaran tanto, posiblemente te desacomodaste la bufanda. Tocas tu cuello para acomodarla y lo notas, olvidaste usarla. Te repites lo torpe que eres una y otra vez; te mereces cada color azul, cada morado y hasta los verdes. Ves cómo la empleada quien tiene flamas por cabello señala en el anaquel a su izquierda, aquel color blanco el cual combina con su bata; con su amplia sonrisa. El blanco simboliza pureza y paz. No puedes imaginar qué pasa si juntas el blanco con el morado. ¿Qué es el color lila? No es más que un morado con mucho blanco; sigue siendo el mismo; aunque lo ocultes con el blanco de la pomada jamás dejará de ser ese terrible tono; si llevas la pureza a casa, tu vida dejará de ser azul como la noche, empezará a ser como el mar; pero recuerda, el mar tiene turbulencia; no sabes cuándo una terrible ráfaga de viento azotará y lo dejará desordenado; así sería tu vida; dejar la noche oscura, espeluznante y repetitiva por el mar; aparentemente bello; con más secretos de los que puede guardar, con un desorden y un temor a aquella ráfaga peligrosa. Recuerda; no puedes apagar el negro con sólo agregarle blanco; lo único que conseguirías sería un gris; para apagarlo creo que… ¡Despierta! No le has contestado a la chica de sonrisa amplia y cabello de fuego. No quieres la pomada. Quieres las pastillas; apresúrate a comprarlas.
Llegas a lo que solías conocer cómo Casa; una palabra que no relacionas a ningún lugar. Se ha convertido en una palabra más. Abre la puerta con cuidado. Ve a la cocina. Toma un vaso de cristal, el más grande que tengas; necesitarás mucha agua.
Mano derecha, llevas un frasco repleto de pastillas. Deseas que sean suficientes. Mano izquierda, tienes el vaso de cristal más grande que encontraste, repleto de agua, ésa si será suficiente; no lo vayas a tirar, no hagas que ésa sea tu última tontería. Termina esto con un poco de dignidad. Paso a paso subes las escaleras; cuentas los escalones para llegar; 15, los has contado tantas veces. Llegas, te detienes frente al pasillo. Dudas sobre tus decisiones. Consideras el continuar o dejar esto como siempre. Mano derecha. Te convences. Entras al cuarto. Cierras con seguro. Un trago de agua por una pastilla. Traga. Repite. Respira. Espera que acabe pronto.
¡Despierta! ¿Lo escuchas? Es continuo. Es armónico. Lo has escuchado antes; no recuerdas en dónde, pero por primera vez en años encuentras una relación con la palabra hogar. Sólo son ese sonido y tú. Abre los ojos. Todo es blanco. Observa bien.


domingo, 11 de diciembre de 2016


Del por qué no llega un libro de poesía a tus manos
La inesperada poesía

Por: Andrés Cisneros de la Cruz[1]


La Ciudad de los espejos
Para algunos soy uno más de los ambulantes. En ocasiones, me han llegado a ver como el hermano que distribuye las Atalayas. No ha faltado quien me ha dado una “limosna” y ha huido convencido de su buena obra, sin detenerse siquiera a ver lo que traía en las manos. Llegan a haber los que piensan que robo y luego revendo. O que compro y luego subasto. Varias personas aseguran haberme visto en más de un lugar a la vez. Dicen, soy muchos. También me han visto como vendedor de Jafra o de Andrea. Una ocasión en un vagón, en la estación más profunda del Metro, atorado entre la gente, leía poesía en voz alta, gritando contra el ruido mudo del silencio, y hubo un señor de sombrero que dijo “eres un héroe”. Me han abucheado, pero también aplaudido en los camiones; en el micro más de dos personas han llorado con un poema, y otras tantas se han dormido. Para los microbuseros soy “el poeta” o “el joven” (algunos piensan en la diferencia); los policías me ven como para darme una suculenta mordida, pero al final terminan con dos libros bajo su brazo (y “quién sabe”, se preguntan ellos, “para qué”). Los ambulantes me ven con rareza, me confunden con “universitario”; pero en la universidad me quieren ver “fuera de reglamento”. He declamado poemas de poetas conocidos y desconocidos, y al cabo lo que se llevó la gente fue la poesía. Soy el encargado de llevarte poesía, a las manos, al oído, a los ojos, a la mente; sin embargo hay cafeteros que insisten en verme como una mosca que molesta al cliente; señoras de la cultura que imaginan soy un paria necesitado de una sonrisa; directores de centros culturales que me enaltecen como a un polizonte dentro de sus barcos blancos y estancados. Una vez un hombre odió mi trabajo, por considerarlo poco elegante, pero al año volvió a comprarme un libro. Un indigente, de entre  112 personas con auto y comida, me compró un libro y lo leyó. 300 personas me dijeron “no”, 134 me dieron la espalda; 60 me escucharon; 30 asintieron y me dieron la mano; 20 compraron un libro; 10 lo leyeron; 5 lo regalaron; sólo 1 lo guardó y recordó mi nombre.





[1] Acerca del autor: Andrés Cisneros de la Cruz es poeta, editor y promotor cultural, tiene 6 libros publicados, ha recibido múltiples premios por su obra poética, es creador del Torneo de poesía Adversario en el Cuadrilátero y organizador del Debate Independiente de Crítica poética. Actualmente es editor de Verso Destierro.

Artificio: Breve esbozo de la teoría queer


Queer es arte: artefacto, artificio, artilugio y artesano.

Sejo Carrascosa

Por: Jorge Luis Gallegos Vargas[1].
Óclesis
           

Fuente de imagen:
http://revista-amauta.org
La teoría queer cuestiona los paradigmas estructuralistas, binarios y heterocentristas impuestos por la sociedad occidental. Las sexualidades periféricas son aquellas que rompen las fronteras entre lo correcto y lo incorrecto socialmente; las que trasgreden la monogamia, la heterosexualidad, ésas que sostienen relaciones entre personas de distinta clase social, raza, religión y edad; es decir, cuestionan los valores tradicionales y asumen la trasgresión desde lo marginal y la discriminación.
El vocablo inglés queer es empleado para designar todo aquello que tiene que ver con lo homoerótico. Esta teoría ve al género y al sexo como artificio o actos performativos resultado del discurso autoritario; la performatividad alude a la necesidad de darle sentido al poder del discurso para realizar lo que se enuncia y reflexionar cómo el poder hegemónico heterosexuado actúa creando realidades socioculturales en las que el sujeto se circunscribe.
Los pensamientos posestructuralistas de Michel Foucault, Teresa de Lauretis, Judith Butler, Donna Haraway y los modelos psicoanalíticos de Jacques Lacan explican la identidad descentrada y en la deconstrucción de estructuras lingüísticas binarias y conceptuales de Jacques Derrida. El papel de los teóricos ha sido el de examinar la oposición heterosexualidad/homosexualidad operante en los discursos patriarcales, homófobos y antihomofóbicos y de aquellos que rechazan la transexualidad, la intersexualidad y demás formas sexo-genéricas; es decir, busca deshacer cualquier idea de género e identidad y dar libertad al individuo de ser a partir de sus deseos; sin apegarse o alinearse a convenciones o estereotipos.
También, desafía los fracasos de la representación identitaria de la exclusión a los grupos silenciados y marginados, añadiendo a los estudios de género la creación de imágenes de hombres y mujeres homosexuales, con el fin de incorporarlos a las esferas artístico-literarias, vigilando que el uso de las significaciones generadas en el discurso homoerótico sean cercanas a la verosimilitud. Asimismo, verifica las articulaciones que existen entre género, sexo y deseo sexual, presentándolas en un modelo de transgresión, tomando en cuenta que la sexualidad se hace a partir de los significados culturales, alejándose de los estudios homosexuales y lesbianos.
La teoría queer hace inteligible las identidades que han sido incomprendidas por la historia de la sexualidad haciendo referencia al reordenamiento de la noción de sexo y género, confrontando las nociones, significados y significantes que la cultura ha dotado a lo masculino y lo femenino, apoyando la hipótesis de la performatividad.
La perspectiva queer surge como un espacio para especificar orientaciones, prácticas sociales y sexuales, de comportamiento e identitarias frente a una postura binaria de representación lésbico-gay, para convertirse en un espectro donde los sujetos convergen como entes en discursos de identidad centrados en ideales de los grupos activistas gay, con una clara tendencia hacia la izquierda; además de servir como ventana para la reivindicación de lo 'anormal', de lo 'torcido', de lo 'antinatural', de lo excluido.



[1] Sobre el autor: es licenciado en lingüística y literatura hispánica por la FFyL de la BUAP, licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Escuela de Comunicación y Ciencias Humanas y maestrante en Literatura Mexicana por la FFyL de la BUAP. Es miembro activo del grupo académico Óclesis, Víctimas del Artificio.

Salvarse[1]

Oscar O. Chávez Rodríguez[2]

“…caminar entre obleas de tiempo”

Se salva uno, nadie puede hacerlo en nuestro lugar. Salvarse significa haberse encontrado, reconocer aquellos límites dentro de los cuales nuestra vida transcurre. Lo cual no significa que está uno limitado, sino que está uno situado. Circunstancia o situación que da a cada parte de nuestro ser su lugar. Y con ello el tiempo, perfilando el espacio de la posibilidad, del futuro siempre al punto de dibujarse en todo su colorido y profundidad.
Anda uno extraviado, confundiendo el parecer con el ser y, por lo mismo, viviendo entre accidentes, entre apariencias que van desgastando la vida, nublando el horizonte. Nublarse que ciega la mirada, que aleja de ella el sol que tras las nubes resplandece.
¿Cómo salvarse? Nunca en otro, nunca en algo, nunca en el consuelo que dan unas manos o unos brazos, nunca en una voz ajena que nos da aliento. Nadie sabe del fondo que late en nuestra vida más que nosotros mismos. Por ello el salvarse no es nunca consuelo, ni mucho menos un compadecerse. Salvarse es reconciliarse con uno mismo, reformular, replantear y, a fin de cuentas, cambiar. Cambio que surge cuando uno se ha perdido. Perderse que es un cultivo ontológico y existencial de uno mismo, acción –tal será siempre– que en el curvarse del tiempo señala hacia el fondo esencial en el cual nos habitamos; perderse que no es desorientación por cuanto requiere, lo señaló Benjamin, aprendizaje.[3]
“Hoy estoy perdido…” en esta frase van ocupando su lugar cada uno de los aspectos de nuestra vida, los vamos aquilatando, valorando y estableciendo en nuestro horizonte. Y en el perderse, la prefiguración de la salvación al reconciliarnos. Reconciliación es por ello la palabra tras la mirada que ha logrado asomarse, en los momentos de más profunda crisis, al fondo esencial de nuestra vida. Mirada que se va abriendo hasta lograr que el horizonte la penetre totalmente.
Salvarse es, por ello, haber logrado que un horizonte nos habite, nos llene en plenitud. Y en este habitar la reconfiguración de una existencia, el cambio de una forma de ser que busca otorgar con cada una de las acciones que realiza, tras ese replanteamiento, plenitud a los seres que le rodean. Salvarse es vivir, o revivir en una condición distinta, más sincera o, mejor dicho: plenamente humana.
Salvación y reconciliación hacen el rostro distinto, el paso seguro y los sentimientos reales y compartidos. Reconciliación que se ofrece en la mirada y se da con las manos: “Mis manos están aquí… aguardándote” es una forma de mostrarle a alguien, al mundo, que uno al salvarse ha cambiado y con el cambio se ha reconciliado.
Tras un infinito por metafórico interrogar, en la hendidura del pensar, entre los intersticios del pensamiento y el recuerdo emerge, en fugaz relámpago, el rumor, que insinuación es, de un nombre propio que ayuda a vivir. Vivir que en la precisa extensión del horizonte ofrece un "perderse", grieta existencial que permite encontrarse. A esto se enfoca la vida cuando es transparente, cuando ha logrado limpiarse de cada mancha que en el duro trabajo de los días la ha cubierto. Vida transparente cuya límpida forma trasluce, deja ver, el alma.
Alma reconciliada y vida plena que ofrecen ese horizonte encontrado en una palabra, en un gesto o una sonrisa que expresan el amor que se ha encontrado en esta búsqueda. Perderse para encontrarse y salvarse por el amor que late siempre, que siempre nos aguarda para retomar un camino y continuarlo con un sentido nuevo: ser feliz y digno humano, ser compañero y amigo, amante y confidente.
“Me salvo” porque encuentro una razón que soy yo, un yo que interpela, llama a un tú a un horizonte nuevo. Salvarse es abrir un espacio a la oportunidad de ser felices y morir reconciliados.





[1] Fue incluido, un fragmento, en Venir a cuentas, 9 de junio de 2014. Ahí, va acompañado de la siguiente nota al pie: “Lo aquí escrito –hace ya algunos años y reproducido sólo un fragmento– constituye una suerte de prólogo a un libro que tratará el tema de la Metafísica de la existencia. Es, por lo tanto, algo preliminar”.
[2] Licenciado en Filosofía y Economía, Maestro en Ciencias Políticas, estudios realizados en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México, institución en la cual se desempeña como Profesor–investigador adscrito a la Facultad de Economía; actualmente realiza estudios de Doctorado en Ciencias Sociales y Políticas en la Universidad Iberoamericana, Cd. de México.
[3] Se trataría, en cierto modo, de una epistemología existencial que apertura a una historicidad metafísica en la cual el horizonte se vuelve escenario del perderse.

lunes, 28 de noviembre de 2016

CON BROCHE DE ORO
Por: Saúl Gaboa

El pasado 26 de noviembre se llevó a cabo el gran cierre del XXV aniversario del festival Vaniloquio en el municipio de san Pedro Cholula.
Desde sus inicios hasta la fecha, ha tenido el fin de promover la cultura y dar un festival de calidad a los habitantes así como atraer el turismo y consolidar a este hermoso municipio como una entidad turística y sobre todo de muy buena calidad.
Este año se cerró con broche de oro con la presencia de Yuridia Valenzuela Canseco mejor conocida como Yuri, un cantante de calidad y de 38 años de carrera artística, el gran concierto inició a las nueve de la noche abriendo con el ya típico concierto de campanas donde iglesias como la Santísima, la Magdalena, San Pablo Tecámac, Jesús Tlatempa, santuario de nuestra Sra. De Guadalupe y San Matías Cocoyotla, entre otras, formaron parte del concierto y en el que sonaron sus campanas acompañadas de fuegos artificiales, que durante 30 minutos los espectadores de este hermoso cierre pudieron disfrutar. Dando así entrada al gran concierto que cerraría la noche. 
La presencia de Yuri al escenario estremeció y en galardonó al pueblo Choluteca, abriendo con el tema Este amor no se toca que es del año 1981, del álbum Llena de dulzura pero que por supuesto encantó a los espectadores con la nueva actualización musical. La presentación inició a las 9:40 de la noche, teniendo una duración de 1:30 horas y en la cual cantó temas que motivaron al público como El apagón, Invencible, Maldita primavera, y Qué te pasa. Así como temas de su nuevo álbum y gira en curso “Invencible”.

Para finalizar el concierto, el edil de San Pedro Cholula, José Juan Espinoza Torres, otorgó un reconocimiento a la cantante y agradeció su presencia para ese gran cierre, así como también al pueblo Choluteca por asistir y seguir formando parte de dichos eventos, los cuales se llevan a cabo año con año

jueves, 24 de noviembre de 2016

¿Por qué nos da miedo morir?

Por: Alejandro Barradas


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https://eltemplodelaluzinterior.com
Se acerca el tiempo, nuestro tiempo, no nos alegramos ni reímos, sino lloramos, al final, al tener que dejar esta vida; pero por qué llorar, por qué sufrir, si al fin descansaremos. Lloramos porque nos da miedo dejar esta vida, estamos acostumbrados a un mundo material, tangible y que podemos sentir; nos da miedo morir, pero no por saber qué nos espera, sino por saber que dejamos aquí, en la tierra; sin embargo, no sabemos, que, al irnos, podríamos encontrar algo mejor, algo inesperado.
Así como lloramos al nacer, lloramos al morir. Al nacer, se dice que lloramos porque no queremos dejar nuestra antigua vida e irónicamente lloramos al nacer porque no queremos dejar nuestra actual vida, ésa que un día no queríamos tener. Tenemos una, dos, tres o cientos de vidas, no sabemos; sin embargo, no queremos dejar la actual porque nos acostumbramos a un mundo material.
Las religiones, las corrientes filosóficas, todas nos hablan de un mundo al que llegaremos, unas nos muestran un mundo de paz y amor, otras de una vida eterna, de un nirvana, de portal a un mundo real superior, e inclusive de la reencarnación; sin embargo, son formas para que aceptemos que tenemos que dejar este mundo algún día, en algún momento, pero también deben ser formas de enseñar que tenemos que disfrutar de esta vida, puede ser la única, la última, la primera o una más pasajera; tenemos que aprender que ésta es nuestra vida hoy, y que disfrutar es nuestra única opción veraz y tangible.
Llora porque dejarás esta vida, porque ese mismo llanto que un recién nacido suelta, es el mismo llanto de un anciano al dejar la vida; lloramos para vivir, cuando también estamos llorando para morir. Pero ¿por qué nos da miedo morir? Nos da miedo porque sabemos que al final de todo estaremos solos otra vez.

Daniel Alejandro Barradas De Ita
(Federico Bachmann)


sábado, 19 de noviembre de 2016

Sumergida de deseo
Por: María José Pérez García.

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http://www.fantasymundo.com/articulos/3052
Hay millones de preguntas que han resurgido mientras descubría quien era Blanca, haciendo de mí una persona que ha quedado manchada por cierta culpa al disfrutar de esta lectura, en donde “ritual” se convirtió en mi palabra favorita, pero ¿acaso no son los rituales un símbolo de adoración o festejo?, ¿No es un ritual aquel que se manifiesta derivado de una creencia que se adopta?, O bien, ¿Pueden ser simplemente acciones especiales que salen de lo cotidiano?, he quedado sumergida de deseo por un ritual, un ritual tan gráfico, tan claro, tan erótico pero a la vez tan lleno de intriga, culpa y soledad.
La sexualidad, un tema –tan– “tabú” hoy día, un tema en donde las personas con doble moral levantan en lo más alto del asta su bandera, un tema en el que todos negamos con la cabeza como si se estuviera presenciando un partido de tenis y no entendemos que, según Alexander Lowen, “La sexualidad no es distracción o una actividad de medio tiempo. Es una forma de ser”.[1] Concuerdo con dicho autor, ya que la sexualidad no es más que un conjunto de condiciones, fenómenos y prácticas asociadas a la búsqueda del placer sexual, logrando de esta forma satisfacer alguna necesidad, misma que nació de un deseo, el cual cada persona desarrolla de una manera diferente.
¿Es entones el “deseo sexual” una necesidad errónea?, ¿Una necesidad que no merece ser satisfecha?, “algo” tan mío que aspira a ser compartido con alguien más, me parece es la forma más exquisita de desear, pero según la sociedad y Verónica Arcos debo sentir vergüenza y culpa por querer complacer una de las necesidad que todo ser humano tiene y obtener como respuesta que “no me miren, se levanten y caminen hacia la puerta” (Somoza, 1996), tan exquisito es esto que me siento pecar, haciendo de esta forma que el pecado y yo “bailemos con la sinceridad del deseo” (Somoza, 1996).
Todos somos conscientes de que soñamos y fantaseamos con aquella Blanca silenciosa, una fantasía que sólo nosotros conocemos, siendo socorrida por nuestros deseos más carnales y primitivos, hago énfasis en la palabra silenciosa porque si esa fantasía nuestra pudiera ser exteriorizada miles de Blancas morirían y cientos de Lazaros “se alejarían dignamente con un silencio poderoso” (Somoza, 1996).
Tomo como profesores a Héctor, y a Aschenbach, personaje del libro Muerte en Venecia escrito por Thomas Mann, cuando se refiere a que el deseo es algo que se apodera de uno mismo, es algo que no se pide, es algo que sin darte cuenta te posee cual demonio y se hace dueño de tu ser, porque existe ese “…terror sagrado que invade al hombre de sentimientos nobles cuando se le presenta un rostro semejante al de los dioses, un cuerpo perfecto y fuera de sí, apenas si se atreve a mirarlo…” (Mann, 2011), porque junto con ellos soy testigo de que “…la belleza es a la vez visible y digna de ser amada…” (Mann, 2011). Ambos personajes se embelesan por la belleza y adolescencia de sus respectivos personajes secundarios.
Es la adolescencia la etapa en donde el comportamiento sexual despierta y estos se transforman en seres sexuales, muchos de nosotros fuimos Elisa alguna vez, temerosos de hacer algo que nuestro cuerpo pedía a gritos y llenándonos de dudas sobre si lo que estábamos haciendo, pensando o sintiendo estaba bien o mal lo que queríamos hacer, o fuimos un Lázaro repletos de culpa por disfrutar de algo como la sexualidad a tan corta edad o tal vez una combinación de ambos.
No puedo llamar a Héctor culpable, de la misma forma en la que no puedo llamar a Elisa y a Lázaro víctimas, pero tampoco puedo llamar a Verónica prejuiciosa porque estaría siendo hipócrita con mi forma de pensar, fue el deseo el que los hizo actuar de la forma en la que lo hicieron. Siendo honestos, ¿Quién no ha sentido atracción por alguien, que de acuerdo al punto de vista de la sociedad, “no es adecuado”? Debemos comprender que el deseo sólo es el anhelo de saciar un gusto, es algo que nace desde el fondo de nuestro ser y,  a veces, incluso es imperceptible para nosotros, y cuando nos damos cuenta de que existe, ya no hay vuelta atrás, y nos sentimos obligados a satisfacer ese deseo incontrolable.
Espero que algún día, todos podamos experimentar algo tan revelador como un  ritual de la ceguera.

Trabajos citados

Mann, T. (2011). muerte en venecia. México: grupo editorial tomo, S.A de C.V.
Somoza, J. C. (1996). silencio de blanca. Madrid: suma de letras .




[1] Adriana Gonzalez. (2013). Sexualidad: ¿Qué es?, ¿Cómo la expreso?, ¿Es una forma de vincularse? Recuperado de: http://bsexcurious.blogspot.mx/2013/09/sexualidad-que-es-como-la-expreso-es.html),

martes, 11 de octubre de 2016

Ella

Hugo López Coronel


Obra gráfica
Isis Samaniego y Valencia
Ella girando, al centro de la habitación, deja escapar algunas risas. Los girones lejos de las puntas de los pies, sobre el eje que precisa la figura de ella, con rostro alegre. Ella sonríe. Ella gira. Ella estira los brazos, da un salto, vuelve a girar. Ella ríe.
          - No hagas ruido. Sabes que se molesta si te ve aquí.
Ella ignora la voz, continúa dando vueltas y saltos; y ríe. Un tono de pausa.
- ¡Qué importa!... Jamás entenderá-. Y vuelve a los saltos, a los giros, a las risas. Ángela se pone en pie y va hacia la puerta; pasa el seguro. –Sí, pero… a veces logra convencerme… y me da miedo… No me gusta oírlo. ¡He pensado que deberíamos irnos de aquí!-.
Ella detiene su danza y mira sorprendida a Ángela.
– ¿Qué dices? Sabes que no puedo dejar esta casa. Es lo único que queda de mi madre-.
Ángela baja la mirada, va hacia la cama y se sienta en la orilla.
– Perdona. A veces lo olvido-.
El silencio se hace. Ella vuelve a sonreír, regresa al centro de la habitación y gira, su risa es más intensa. Ángela, desde sí, la mira con cierto dejo de complacencia. Sonríe. Su rostro se ilumina y tímidamente sonríe.
Toc. Toc… Toc. Toc… Angustiada Ángela voltea la mirada hacia la puerta, ve que la manija se mueve de arriba abajo. Ángela vuelve el rostro.
– Te lo dije… Es ella otra vez-.
Su voz crepita en un solo instante toda su existencia. Ella, de inmediato, deja de girar y riendo corre hacia al armario.
- ¡Ángela! ¡Abre la puerta!
Lenta y temblorosamente Ángela quita el seguro. Da unos pasos hacia atrás. La puerta se abre.
– ¡Debes terminar con esto!-.
Ángela quiere interrumpir, pero su voz se enreda en la garganta y se ahoga. Entonces el llanto la domina, pone las manos sobre su rostro y se sienta en la orilla de la cama.
–Debes aceptarlo Ángela. Es por tu bien-.
El tono de la voz es suave, comprensiva.
En un instante, Ángela deja de llorar y levanta la mirada.
-¿Entonces…
-Sí Ángela… ¿Cuándo le dirás que ella no es real?
        


Santa Lucía, Puebla. 21 de febrero de 2009

domingo, 25 de septiembre de 2016

Decisiones éticas en la investigación científica

Por: Noé Cano


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La ética tiene como materia de estudio a la conducta humana, los actos consientes y voluntarios de que es responsable el individuo, pero en ese actuar cotidiano la línea que divide lo que debe ser de lo que no, es muy tenue, es decir, las cosas son como son, no como deben ser, he ahí el dilema, el hombre actúa y se relaciona con el otro con base en lo que él piensa que es lo correcto, pero en qué proporción la conducta del individuo le permite entablar relaciones exitosas con otras personas sin afectarlas, sin dañar a terceros, sin perturbar a la sociedad.
Vivir es convivir, pero vivir en sociedad muestra una faceta complicada, al entrar en contacto con otros sujetos compartimos gustos costumbres, tradiciones, creencias y un sinfín de conocimientos que a veces no compaginan con el otro, he ahí cuando se empieza a buscar un punto de apoyo para guiar las acciones de los individuos y su relación entre ellos, después del siglo XVII, la ciencia basada en la razón permite estabilidad y seguridad al conglomerado social uniformando pautas culturales, como menciona Luis Lezama:

“Solo cuando la razón se impone y se rescata como única vía para asegurar la permanencia de la sociedad, el respeto a la vida adquiere un sentido y se destaca la importancia de los miembros del grupo. Nace así la idea moderna de sociedad; el triunfo de la razón se traduce en contrato que asegura a cada uno la propiedad de determinados bienes. Pero este contrato de sociedad origina el contrato de dominación que somete la voluntad individual a la razón de estado”. (Lezama, 1998, pág. 23)

Esto mismo sucede en el campo académico, el avance en el campo de la ciencia y la tecnología ha permitido a la humanidad crecer a ritmos agigantados, las grandes civilizaciones dejan sentir su poder en diversidad de terrenos: transporte, comunicación, entretenimiento, educación, etc., pero esta es un arma de dos filos si no se ocupa adecuadamente, el conocimiento ayuda en gran medida a la humanidad, pero también se puede ocupar en prejuicio suyo, el manejo del conocimiento debe de estar regulado para garantizar el beneficio social mediante un contrato, actualmente, el nombre de ese contrato social es la ética.
En la actualidad, los constantes cambios motivados por la globalización, el desmedido uso de la tecnología, la educación deficiente, el poco o nulo apoyo gubernamental y las nuevas modalidades de titulación a nivel licenciatura ha motivado el descenso en el desarrollo de investigaciones y la calidad de las mismas, problema que se viene arrastrando desde el nivel medio superior por el poco aprecio y profundidad que se le dan a las clases de metodología de la investigación, análisis de la información e investigación documental y redacción, además del poco rigor metodológico que se le pone a las demás asignaturas a la hora de crear habilidades específicas.
En el caso de las ciencias sociales, naturales o exactas, ¿Cuáles son las reglas que se siguen para el desarrollo de las investigaciones?, la investigación científica debe de ser válida y confiable en los resultados que presenta, para esto el investigador independientemente del campo de conocimiento en que se desenvuelva debe de tomar en cuenta los siguientes elementos: “el acceso al escenario, las estrategias de entrada, el contacto con las fuentes de información, la presentación de la propia investigación, la identificación de los informantes clave, la adopción de un rol, el grado de participación y el abandono del escenario de investigación.” (Aguilar Rodríguez, 2011, pág. 22)
La ética profesional en la investigación se pasa por alto en aspectos tan triviales pero tan fundamentales que es necesario hacer mención de ello, por ejemplo “el plagio”, el robo de ideas es un elemento de poco interés que en muchas partes no se le da la atención adecuada, en una nación como es el caso de México, que no se preocupa por la lectura y el desarrollo de investigaciones, se hace el pan de todos los días el utilizar frases prestadas y postearlas sin la mayor preocupación de quien, cuando y donde se dijo, ya ni se diga del uso del modelo APA (apellido, fecha, página), esa acción que los docentes descuidan y los estudiantes practican en secundaria, bachillerato y universidad es solo un ejemplo del problema que enfrenta la educación en México, es más, ni siquiera la tiene contemplada una gran cantidad de docentes que imparten cátedra no importando el nivel educativo en el que se desempeñan, a pesar de que por lógica y formación deberían de dominar estrategias de investigación en su campo de acción.
Pero el plagio no es el único problema que se enfrenta en el campo de las ciencias, en el nivel superior, se dan muchos problemas al momento de pasar por las materias de Metodología de la Investigación, Seminario de Investigación o de Tesis, la deficiencia de herramientas metodológicas por parte del docente a lo largo de toda su formación académica impide que el alumno pueda leer y redactar adecuadamente, por lo que no puede mostrar resultados óptimos mediante resúmenes, síntesis, opiniones personales críticas, citas de autores con fundamentos, hacer graficas o utilizar estadística descriptiva básica, el resultado final en el mejor de los casos es un trabajo deficiente, pero puede ser más complicado, la falta de habilidades metodológicas y de lectoescritura conlleva a cuadrar resultados o falsearlos y presentarlos como un trabajo de investigación que le va a dar al estudiante sin el merito correspondiente el grado académico de licenciado o ingeniero, pero eso no es lo más grave, el problema es que la investigación resultante denominada Tesis, va a formar parte del cumulo de cocimientos almacenados como validos, fidedignos, objetivos, críticos y de calidad que se presentan en el nivel superior, y que pueden ser utilizados para fundamentar otros trabajos serios, “lo peor es que la información inventada tal vez vaya a ser usada de buena fe por otros, lo que puede conducir a muchos trabajos infructuosos.” (Aguilar Rodríguez, 2011, pág. 24)
Un tercer punto a tratar con respecto a la investigación es la publicación de resultados, hay dejar claro que los avances que ha tenido la ciencia en los diversos campos de conocimiento se debe a la prueba-error, y no como lo pinta actualmente la ciencia en donde sólo se ve éxito por todos lados, esas son patrañas, gran parte de los logros científicos han llegado después de muchos errores cometidos, como lo menciona Thomas Kunt en su libro la estructura de las revoluciones científicas, por lo que el investigador también tiene la obligación ética de dar a conocer la otra cara de la moneda para así mostrar a la ciencia como lo que es, un quehacer cotidiano al que se dedica el hombre con el fin de resolver problemas y necesidades que se le presentan, así se le sacaría del velo de  perfección del que está cubierto y permitiría no esperar tanto de ella.
La ética del investigador es esencial para el avance social como lo muestra Rubén Maraví, por lo tanto “…debe evitar describir los descubrimientos como el producto de una estrategia analítica cuidadosamente planeada cuando no fue así, porque muchos descubrimientos llegan en forma inesperada. Ello es deshonesto. La ciencia avanza con honestidad y franqueza, los egoísmos y los engaños la retardan.” (Mesía Maraví, Enero-junio 2007, pág. 140)
Tomando la definición de ética como “de conformidad con las normas de conducta de una profesión o grupo” (Mesía Maraví, Enero-junio 2007, pág. 139),  y si esta definición se utilizara en la práctica profesional de la investigación, así como se supone se usa en la vida diaria, las cosas podrían dar un cambio en nuestro contexto próximo, pues al implementarse normas de comportamiento en el ámbito académico y escolar tarde o temprano impactarían en  la sociedad.
Para concluir, podemos decir que la ética debe de ser una premisa fundamental en la investigación científica que dé un punto de vista objetivo de la realidad para comprender el mundo y sus problemas, por lo tanto, al mencionar José Ortega y Gasset que lo más importa de un sistema científico es que sea verdadero, toma como punto de partida la proyección del pensamiento del sujeto hacia el mundo, de ahí que cuando menciona “Nuestro pensamiento pretende ser verdadero; esto es, reflejar con docilidad lo que las cosas son” (2002, pág. 5), lo hace tratando de comprender la realidad, por eso toma al hombre y sus circunstancias, elementos que conforman la realidad, “Finalmente, a un nivel aún más elevado, existe todavía otro conjunto de compromisos sin los cuales ningún hombre es un científico. Por ejemplo, el científico debe interesarse por comprender el mundo y por extender la precisión y el alcance con que ha sido ordenado.” (Kuhn T. S., 1971, pág. 78), claro esta de forma ética y sin prejuicio social.

Bibliografía
Aguilar Rodríguez, A. A. (2011). Cuadernillo de taller de ética por competencias para primer semestre para Ingeniería en Sistemas computacionales. México: Tecnológico de Estudios Superiores Oriente del Estado de México.
Kuhn, T. S. (1971). La estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo de Cultura Económica.
Lezama, J. L. (1998). Teoría social, espacio y ciudad. México: El Colegio de México: Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo Urbano.
Mesía Maraví, R. (Enero-junio 2007). Contexto ético de la investigación social. Investigación educativa vol.11, N.19, 137-151.

Ortega y Gasset, J. (2002). El Tema de Nuestro Tiempo/La rebelión de las masas. México: Porrúa.