miércoles, 31 de octubre de 2012


Si el diablo criara rosas

Por: Jorge Cabrera
Óclesis
“Esta es la vida más extraña que he conocido”.
Jim Morrison

A veces cuando no podía escribir, sencillamente ocurría porque sólo podía cachar las ideas que aparecían como un destello azul en una soledad desértica, justamente cuando tenía la luz del ordenador de fogata frente a mí de noche, frío ese octubre. Estaba condenado a escribir sólo las frases que me venían cuando estaba en cama, lo que llegaba en mis andanzas por la gran cama del mundo exterior estaba condenado a perderse. Supongo que de alguna manera pero se acaba por llegar a un momento en el que prefieres olvidar los buenos tiempos, porque generalmente están mezclados con los malos en el recuerdo. La banda sonora de mis buenos tiempos incluía a los Doors, seguro que los conoces; buenas canciones, suficiente actitud y una pizca de ese brillo misterioso, entre divino y diabólico, que tienen los rostros y las imágenes evocadoras de los que han ido al cielo y traído un poco a la tierra.
La primera vez dura un instante, la sensación de la primera vez que escuchas una canción que se te sube por el espíritu hasta el alma donde estalla en un vértigo de dulce muerte, entre el puerto del tálamo y la playa cardiovascular. Es a partir de ello que se va tejiendo el cosmos de figuras y sombras que desprende una canción en contacto con las almas de los mortales. Es entonces cuando entiendes con un golpe de sangre, cómo de éxtasis, porqué tal o cual nombre o duración de la pista ha perdurado en el tiempo y marcando a cada generación en una porción suficiente como para hablar de la música como un artista en sí mismo, que pinta su partitura y sangra sus notas en el pentagrama que es la humanidad; en realidad es así como funciona. Los planos de dios tienen trazos diabólicos ¿Ya no te acuerdas de “Waiting for the Sun”...? ¿Unhappy girl?


Las viejas canciones tienen esa sombra sonora que es la magia del pasado, y entonces crees comprender con el triste aire nocturno de una ocasión incierta y lúgubre de pronto, por qué tal o cual canción significó tanto para quienes la oyeron nacer, Quizá hasta te atrevas a pensar que compartes el sentimiento de esa primera primera vez, el mismo estallido emocional pero en forma de universo, cuando la primera clave de sol fue trazada en el pentagrama humano con una violenta caricia de lo que se sabe y se saborea con la percepción por primera vez. Te concentras en las notas, en el fondo de las notas, en las manos golpeando el teclado precisa y perfectamente para obtener esa combinación de notas y ritmos que colorea un tiempo ido y un espacio perdido, que evoca panoramas y pasajeros: emoción, episodios claros, rostros vagos, estampas caleidoscópicas, y después que la percusión y el rasgueo llegan a esa parte que podrías repetir por siempre, comprendes algo más.
Comprendes que no hay manera de saber y saborear ese estallido emocional primigenio que acompaña el nacimiento a la consciencia colectiva de ese brillante momento sonoro que es como un manotazo en el balón del mundo para que siga girando, sostenido por el dedo de dios. No, lo que sintieron quienes estuvieron presentes en el momento preciso del alumbramiento musical, lo guardan tan celosamente como el tiempo mismo que se queda girando solamente en el recuerdo y por lo demás desaparece una vez que pasa; no alcanzan a compartir con sus groseras descripciones y sus petulantes charlas de ojos brillantes y ademanes de entusiasmo que quema el cuerpo desde dentro como una llama blanca. No, no hay manera. La única esperanza, el único refugio del legatario, el único regocijo de quien se limita a recibir en herencia de manos del tiempo el eco pretérito en forma de canción, en forma de larga duración y de sencillo, tocándonos el alma tímida pero firmemente, por primera vez, que en realidad es una última vez. Cada vez es una última vez.

Posdata. Alguna vez ellos también morirán, como mueren todas las cosas, ¿Qué pasará cuando mueran todos, cuando no quede nadie de los primeros espectadores? Quizá entonces la música termine, cuando la música termine sólo cierra la puerta.

“El futuro es incierto y el final está siempre cerca”.
Ídem

Hijos del por cierto
Firmamento rosa
Así funciona el mundo
Primaria
Santa Lucía
Viva mañana
Sol asesino
Atropellado
Esperándote...
Cierra la puerta.
Apaga la luz
sabad puebla
domingo pueblo
el # 11

lunes, 29 de octubre de 2012


La Rebeldía de Soriano

Por: Isis Samaniego

Óclesis


Fuente de imagen:
http://www.esteticas.unam.mx/revista_imagenes/rastros/ras_soriano10.html
 Soriano sostiene un monólogo en medio del matriarcado que le tocó vivir, dibuja, corre tras la silueta de su hermana Martha, se pinta así mismo niño, joven, eterno. Soriano pinta a Lupe Marín una y otra vez hasta llegar a diecisiete y quedar complacido con la forma, contornos  de hombres desnudos que son censurados y otros desnudos en azules y en el esplendor del amor que sólo se siente cuando se rebela contra lo establecido, el amor que te sostuvo hasta estos años de tanta creatividad.

Conocí a Soriano en la  XVI edición del festival del centro histórico de la Ciudad de México, estaba cumpliendo ochenta años y lo celebraban con una muestra de diez obras monumentales en la plaza de la constitución. Obra totalmente mexicana; cada artista en el transcurso de su vida deja algo para los nuevos, para quienes andamos en la búsqueda  de identidad pictórica.  Recuerdo me dijo - ¿pintas? Sí maestro, pinto. ¿Como ve?: con esa sonrisa pícara y sus ojitos punzantes me dijo, esto es disciplina, no te conformes con empezar una obra, termínala una y otra vez hasta que estés satisfecho de ella.  Ahora sé que la madurez no se alcanza con la edad sino con el trabajo, eso es lo que Juan Soriano hizo a lo largo de sus ochenta y seis años.

Modelador  incansable de la plastilina cuando niño, modelador ejemplar en su joven vejez, con un idioma sencillo para decirnos que el mundo lo habitamos todos, pero que se puebla también de animales mágicos, de signos, de amores ígneos, de grandes amigos y de trabajo.

La obra de soriano es una obra comprensible que se destaca por su sencillez, por los azules del que sueña, por los ocres del que ama. Gracias por haberme dado el saludo y el consejo, y saber que las manos tienen que aprender a sentir  los colores y las formas de la vida cotidiana. Un adiós y un saludo al maestro que yo imagino está entre esos a quienes los dioses han favorecido con el don de las musas.

sábado, 27 de octubre de 2012


El rigor del oído en la simpatía del corazón:
Afinidades Poéticas entre Juan Rulfo y José Gorostiza.
Por: Omar Martínez
Colaboración para la revista Óclesis 5.
 
La poesía mexicana moderna, si por moderna se entiende: los momentos que el hombre ha vivido siempre en cada momento; y por mexicana: el espacio de vida de un idioma y una historia que apuntan su momento; posee características que la distinguen como una de las tradiciones más sólidas, acaso accidentada, del espíritu poético.
La poesía mexicana moderna, en efecto, no tiene sino el significado de la intemporalidad, la vida en el idioma, la historia en el idioma. Se ha nutrido con la sangre de sus mejores hijos, se ha fortalecido a cada diálogo, a cada verso y crítica; se ha formado en el verbo.
La poesía mexicana moderna nace en un momento de universalidad, su destino es la universalidad. Dos de sus hijos más queridos, Juan Rulfo (1917-1986) y José Gorostiza (1901- 1973), no sólo la reafirman sino que observan la continuidad poética de su espíritu.
A partir de un par de versos, de un poema

 

A veces me dan ganas de llorar,

pero las suple el mar.
                                 
Y del nombre de un personaje

Susana San Juan

Puede observarse la trayectoria de un mismo espíritu, el espíritu de la poesía mexicana.
La Elegía de Gorostiza se compone de un endecasílabo y un heptasílabo, metros que tienen su origen en un momento universal, así, mientras el endecasílabo es una influencia Renacentista, el heptasílabo se corresponde con el hexasílabo francés de las canciones que recorrieran el camino de Santiago. Pero quizá lo más interesante es que en la composición el heptasílabo funciona como un pie quebrado respecto del endecasílabo, propiciando así una reminiscencia a las coplas de carácter popular. Por su parte, el nombre patronal del personaje de Juan Rulfo se mueve dentro de un hexasílabo; mismo que junto al octosílabo -en mayor medida-, constituyen los metros por excelencia de los cancioneros populares castellanos, los metros quizá más apropiados a la naturaleza del idioma castellano que les reclama. El criterio métrico es modesto en sus resultados, sin embargo, su certeza, que no radica en su prescripción sino en su descripción, representa un sólido paso en la lectura poética. Por su parte, la presencia de metros cultos y metros populares no alude a ningún tipo de antagonismo sino más bien al carácter aristocrático de la poesía mexicana. El hexasílabo de Rulfo bien es cierto que no se ocupa en un contexto versificado, sin embargo, quien lea la obra de Rulfo no podrá dejar de sentir un extrañamiento en la respiración, un deleite al fin que vuelve cómplices en la sangre a sus lectores. Cada lector de Pedro Páramo que topa en sus páginas con el nombre de Susana San Juan canta una pequeña canción. La música y el lenguaje son de naturaleza distinta, sin embargo, una apropiación de la música por medio del lenguaje ocurre en la labor del poeta, el poeta canta lo mismo que dibuja la poesía. El poeta a diferencia del músico usa palabras, trabaja en el idioma, en la lengua que todos usan; hace mucho que abandonó la música, la religión, la danza, se tornó hacia sí, hacia el encuentro de su propia razón de ser, la poesía. Los vestigios de una raíz mágica aún se encuentran dispersos por los trabajos del arte, los vestigios de una raíz mágica sembraron también el idioma de los hombres, idioma que en el trabajo de los poetas brilla por su lógica propia, por su abandono y sujeción a un orden que parece superior.
 
Autor. Gustavo Mora
 
Las figuras de repetición pueden dar una idea. En el presente caso el nombre de Susana San Juan acusa una notable repetición en estrecho margen, repetición que al pasar a la disposición de sus elementos se vuelve ritmo, una presencia sólida en el color de la poesía mexicana. El caso de muchos nombres toponímicos, patronales, revela en ello, en el ritmo, su carácter vital para el hombre; la relación entre ideal, respiración y palabra, muestran en el caso de Susana San Juan un acierto concertado en el espíritu poético. No es casual encontrarla cuando dan ganas de llorar, sobre todo, porque las suple el mar, Susana san Juan. La presencia de las vocales /a/ /u/, pareciera sugerir la contención del espectro plástico del lenguaje, alfa y omega que la rima entre llorar y mar confirmaría a través de la imagen de una gota en comunión con un todo, con el mar. Así, las consonantes /s/ /n/ /j/ /g/ que acompañan a dichas vocales quizá llevarían a pensar en el límite y el horizonte, en las señas del cristal, en el efecto ilusorio pero cierto de unir el cielo con el mar. Una de las intervenciones en voz íntima de Susana San Juan deviene en comunión con el mar. Otras intervenciones revelan que no llora Susana San Juan ni ante la muerte de su madre, ni ante la muerte de su padre, ni ante su muerte misma, antes percibe lo bello de una mañana de febrero o sonríe o despide a quien por ella llora; no llora Susana el alma de su amado muerto sino siente la ausencia del cuerpo vivo. La contención de un mar aclara el cristal y ya muchos sabios han dicho que ante los más altos sufrimientos cualquier ademán es vano, dicen que los muertos ya no se quejan. Nótese también la trinidad de la consonante /S/, su natural complemento no sin misterio en la consonante /J/; nótese que en el caso de la Elegía de Gorostiza el heptasílabo (pero las suple el mar) presenta una curiosa duplicación de la consonante /P/. La doble /P/ a su vez vuelve e encontrase en el título de la obra de Rulfo: Pedro Páramo.
Las Noticias sobre Juan Rulfo, que Alberto Vital hace llegar de manera magnífica, hablan de la presencia en el apellido de Susana San Juan del apóstol que anuncia la buena nueva, la redención y el Apocalipsis, al lado de la de San Juan Nepomuceno; a ello podría quizás añadirse la consideración de un tercer Juan, San Juan Bautista, un profeta que se inscribe en una larga tradición. Un serio estudio sobre el simbolismo de esta tríada de santos y la escritura de Juan Rulfo no dejaría de ser interesante, como no dejaría de serlo el caso de San José, P.P. San José: el sueño y la reflexión; la palabra y el no turbar ni el silencio ni la vida; la penitencia y el Apocalipsis; el secreto de confesión, las cosas dichas a media voz, en tono suave. En la obra de Rulfo, el santo de la buena fama y confesión, San Juan Nepomuceno, resulta especialmente intrigante pues involucra una tradición oral, si bien no como podría ser el caso de los cantares de gesta que se difundían en plazas y calles, sí la de un recinto habilitado por el espíritu que lo inspira y lleva al recogimiento, al misterio y certeza de su misión para con él. Así, al tiempo que Susana San Juan conserva su dolor en un lugar seguro, tan seguro que nadie sino su intimidad conoce y que Pedro Páramo nunca llegó a conocer como nunca nadie llegó a conocer la intimidad de Pedro Páramo, se dibuja en el alma del lector un movimiento de voz íntima, un mecanismo de simbolización que involucra la memoria universal de los hombres. El movimiento de voz íntima es característico de la poesía mexicana, sus poetas la dibujan con un lápiz muy fino, con ...
 
Una luz difusa; una luz en el lugar del corazón, en forma de corazón pequeño que palpita como llama parpadeante.

Óclesis 13 julio 2012. Final de Séptima Temporada.

Óclesis 13 julio 2012. Final de Séptima Temporada.

miércoles, 24 de octubre de 2012


Ángel de mi muerte

Por: Jorge Cabrera Piña.

Óclesis

“Ángel de mi muerte, funesta compañía
no me desampares en la noche de ese día,
porque morir solo no se si podría”.



No se exactamente de quien fue la idea de ir aquél día a la Comercial Mexicana, en ese entonces tendría yo unos tres años, o al menos una cierta edad donde uno como niño comienza a tener alguna noción del concepto de dios. En forma de vagos símbolos y en forma de temor, si el temor de dios puede definirse como la sensación que te acompaña la primera vez que entras, que te acuerdas que entras, a una iglesia, que no estaba muy lejos de la casa, ni de la plaza. Cuando tienes todo lo necesario es cuando la especie corre peligro, pero es también cuando se siente, más que decirse, que el mundo ha tomado su lugar y que podría estarse ahí para siempre, sin más sombras que las tragedias naturales de la vida.
En un local de uno de los pasillos camino al supermercado vendían, y sólo fue por un tiempo, figuras religiosas, me acuerdo, vírgenes (¡vaya cosa!) de yeso, santos y otras figuras del mismo material. Aún no me explico qué pasó ahí, pero vi un ángel que de lejos parecía negro, pero que estaba pintado de una especie de color bronce muy oscuro. La figura alada que sostenía una gran concha y que miraba sin expresión con cierto afable y angelical vacío que resultaba espeluznante, simplemente llamó mi atención, de una forma que no puedo explicar, y aunque mi madre sugirió uno de colores y blancas alas, el deseo estaba dado. La figura de yeso, tan pesada como inquietante, fue puesta en un clavo en lo alto de la pared donde se recargaba la cabecera de mi cama. Era una estampa que a mí me gustaba.
Algunas veces llegó a caerse y otras pocas a romperse, nada que no pudiera arreglarse con un poco de pegamento UHU, que entonces no existía y usábamos algo más que no puedo recordar que era. Por accidentes con la limpieza y con las mudanzas, que nunca faltaron; una vez perdió un ala completa y en otra la concha que parecía una canasta. Por alguna razón que desconozco lo que más me preocupaba era la cara, la cabeza... no lo entiendo. Pero el valiente ángel resistió algunos años. Ahora que recuerdo creo que fue mi madre quien comentó alguna vez -imagínate que se le caiga en la cabeza a alguien. Te descalabras -dije yo-, igual y hasta te mueres -dijo ella-. No pasó mucho tiempo, pero al cabo eso fue lo que pasó; se me cayó en la cabeza cuando estaba dormido.
Yo solía pensar en la muerte, como todo niño, de una forma saludablemente obsesiva, y me imaginaba que un terremoto de noche no me despertaría, y entonces le pedía al ángel o a quien fuese que me permitiera morir dormido para no sentir dolor. Le pedía que si algún día se me iba a caer encima, que lo hiciera de noche para no sentir el endemoniado golpe sangrante. Y así fue, un ángel de yeso pintado de negro me mató cuando tenía ocho años.

sábado, 20 de octubre de 2012


PACO ECHEVERRÍA EMBAJADOR LOVECRAFTIANO EN

LA FERIA DARK DE LA CIUDAD DE MÉXICO

 

Por. Víctor Flores Anzaldo

Óclesis

 

Publicado en Momento Diario, Jueves 02 de julio de 2009

 



El fundador del Círculo de Estudios Lovecraft-Puebla desde 1993, Paco Echeverría, protagonizó destacada participación durante la Feria del Libro Dark de la Ciudad de México, cuya organización corrió a cargo de Carlos Camaleón y la asociación La Sangre de las Musas.
Como especialista en literatura fantástica y de terror, “Ócletico de corazón”, como él mismo se define, Echeverría se entregó a la tarea de poner en claro su separación del Círculo de Lovecraft Puebla A.C. después de haber publicado un artículo, basado en las teorías de autores italianos, sobre la discutida evolución política que experimentó Lovecraft en los últimos años de su vida: “la figura de H.P. Lovecraft en la Ciudad de Puebla ha tenido una destacada recepción, principalmente para los que nos dedicamos al tema de lo fantástico. Cuando decidí fusionar en 2003 el Círculo de Estudios Lovecraft-Puebla que fundamos en 1993 con el Círculo de Lovecraft Puebla A.C., fundado un año después. Al principio, el trabajo en conjunto fue armónico hasta cierto punto, podríamos decir que su coordinación académica hasta ese momento carecía de seriedad, al grado de tener una figura acartonada de H.P. Lovecraft, anquilosado únicamente en sus aspectos “más prejuiciosos”, semejante a lo que habían hecho la mayoría de los biógrafos estadounidenses, crear alrededor del famoso escritor una espesa leyenda negra, maléfica, pesimista y negativa”.
Cuando Echeverría y compañía comenzó a despabilar al Círculo Lovecraftiano Poblano por medio de conferencias, publicaciones, propuestas radiofónicas y colaboraciones con otros colectivos culturales y universitarios, no fue del agrado de quienes dirigían el barco, como fue el caso de Jesús Navarro Stefanón, mucho menos cuando Echeverría dio vida al Centro de Investigación de Estudios Lovecraftianos, a las Jornadas Lovecraftianas y a la propuesta radiofónica Los que vigilan desde el Tiempo para ser transmitida por Radio BUAP.
Asociaciones como Fisura, dedicados de planta al movimiento underground u Óclesis, dedicados a los aspectos del artificio literario, entre ellos el fantástico, han destacado la importancia de abordar el estudio biográfico de los autores de terror, pero no desde una perspectiva “purista” o del simple “divertimento” literario, sino desde un enfoque de sociocultural que podemos explorar a través de una “lectura entre líneas”.
Para Echeverría ésta es la clave para comprender lo que denominamos textos “oscuros”, pues mediante el lenguaje esotérico o críptico es común que los autores dejen un mensaje sociopolítico latente; o bien, cuando se hace un rastreo epistolar sale a relucir claramente las posturas políticas que profesaron. “En el caso de Lovecraft —dice Echeverría— existe una carta dirigida a C.L. Moore el 19 de junio de 1936 donde menciona que él se define como un socialista fabiano. Un hecho trascendental ya que por lo general se tiene la idea ortodoxa de que Lovecraft siempre se consideró un fascista recalcitrante”. Gracias a los estudios de Evangelisti, representante de la escuela italiana lovecraftiana, se pudo conseguir este dato importante, que ya desde tiempo atrás Echeverría venía rastreando con los estudios de la Sociedad de la Niebla que arrojó a la escena literaria escritores considerados revolucionarios tales como George Sand, Jules Verne, Alejandro Dumas o Gerard de Nerval.
¿Qué fue o es el socialismo fabiano? Para Webb, se denomina así, a una variante del socialismo, comunismo inglés. El socialismo fabiano representó al socialismo no marxista después de Marx y tuvo una notable y duradera influencia en su época, principalmente en el Reino Unido”.
El Socialismo Fabiano emergió como una corriente “heredera” del socialismo utópico de Robert Owen, aunque guardando las distancias con el pasado; la pretensión de transformar la sociedad era el mismo, pero la concepción del propio cambio era muy distinta: La característica principal de todas las propuestas del socialismo utópico era su carácter estático. La sociedad futura se presentaba como el equilibrio perfecto, sin necesidad ni posibilidad de una futura alteración orgánica. Ahora ningún filósofo busca otra cosa que el desarrollo gradual del nuevo orden partiendo del viejo, sin ninguna discontinuidad ni cambio abrupto.
Con este esquema el investigador italiano Evangelisti han reconstruido la supuesta excéntrica “conversión” de Lovecraft, durante su etapa de madurez, al comunismo norteamericano al grado de afirmar seriamente que habría “reconocido la superioridad del marxismo”: un giro copernicano en la ideología política del escritor. Y a partir de aquí han surgido las indagatorias pertinentes que han abierto diversas líneas de investigación.
Echeverría aseguró: “desde mi conducción en el programa de radio Los que vigilan desde el Tiempo que se transmite por Radio BUAP, cuando fusione el Círculo de Estudios Lovecraft-Puebla con el Círculo de Lovecraft Puebla A.C, nunca dejé de quitar el dedo en la llaga sobre la importancia que tienen las investigaciones que rompen con las interpretaciones clásicas sobre los escritores fantásticos, desde la Ilíada incluso, siempre han emergido de los textos posiciones políticas, sociales y económicas que muchas veces son escondidas con el pretexto de considerar solamente su lado estético. Pero aquí en Puebla, podemos decir que se ha sobrepasado este esquema, no sin encontrar sectores culturales y literarios que han opuesto conservadora resistencia. Algunas vetas del horror han sido exploradas pero nunca agotadas; otras recién se plantean y aumentan examen y conclusiones”.

PUEBLA EN LA FERIA DEL LIBRO DARK DE LA CIUDAD DE MÉXICO


Paco Echeverría

Óclesis

 

Publicado en Momento Diario, Jueves 25 de junio de 2009

 
El director de la revista “DARK”, Cristhian Chavero, consideró que la Feria del Libro Dark, realizada este sábado 20 de junio en el Hotel Virreyes de la Ciudad de México, constituyó una excelente oportunidad para sopesar las similitudes y las diferencias que convergen dentro del movimiento obscuro a nivel nacional: “En estos momentos debemos hacer de los materiales editoriales parte de una identidad, puesto que el relevo generacional viene empujando fuerte y la escena dark corre el riesgo de ir a la baja. Hay que exigir que las editoriales de la escena oscura no dejen de intentar cumplir con su responsabilidad en cuanto al contenido dentro de sus páginas”.
                Con estas palabras Chavero inauguraba el ciclo de conferencias que le dieron semblante a esta lóbrega feria bajo el auspicio de “El Under Ediciones”, la sociedad artística “La sangre de las Musas”, “Cine-Club X-ternal”, “Dunkel Geful” y “Los duendes de Eva”. A continuación fue el turno de Nocturna Corvinus, una joven perspicaz que nos deleitó con su sombría poesía de la mano del colectivo de arte La noche infinita, presentando su nuevo material titulado Huesos podridos, del cual destaca el poema “Soledad tomando café”.
                Después fue el turno de Blanca Martínez, importante escritora catalana de ciencia ficción y literatura alternativa, quien ha publicado en la revista Asimov, la cual está en vías de convertirse en una publicación de colección. Según la autora de “Lluvia sobre el barman” siempre se ha dicho que la ciencia ficción nace con la obra de Jules Verne y H.G. Wells, pero en realidad fue Mary Shelley con su “Frankenstein” con quien arranca este género: “Shelley ya no utiliza magos, fórmulas cabalísticas o el poder de la palabra como en el caso del Golem o del mismo Drácula, recurre ya a una propuesta de la ciencia, es decir, pasa de un código mágico a un código científico”. Finalmente la escritora comentó que puesto que en esa época era un atrevimiento hablar de que un ser humano era capaz de crear la vida, Shelley tuvo que hacer al inicio de su novela una especie de recomendación moral sobre el peligro que representaba el querer utilizar la ciencia para las mezquinas ambiciones humanas, pero al final del “Frankenstein” podemos observar que deja una clara consigna: “Otros triunfarán donde yo he fracasado”.

                 La presentación del cómic La tierra de Nod corrió a cargo de Antonio Chávez y Javier Jiménez, quienes mostraron un excelente material que, no obstante tomar elementos bíblicos, se ha ajustado al ámbito latinoamericano: “algo distinto a lo propiamente occidental o a lo asiático que tanto nos ha invadido en estos momentos”, dijo Chávez.
                Por fin llegó el turno de la participación poblana con la ponencia “El giro político-ideológico de H.P. Lovecraft”, en la que quien escribe estas líneas destacó el concienzudo estudio, investigación y traducción de multitud de materiales por parte de destacados grupos culturales como Óclesis o Fisura, en el que Lovecraft realiza un gran salto ideológico del fascismo a un socialismo de corte “Fabiano”, el cual, para los tiempos en que estaba viviendo apostaba que era lo mejor que le podía pasar a la humanidad. Asimismo, se instó al público acercarse a la Literatura Fantástica desde el punto de vista de la sociología, la filosofía y la historia de las ideas para que no se anquilose solamente bajo el esquema estético purista, que es el error que comúnmente cometen grupos medrosos al compromiso social, situación común en ciudades donde asiste un fuerte sentido conservador de la sociedad.
                También de Puebla se presentó Guillermo Torres “Memo Will”, integrante del colectivo “Fisura” y representante de La Sangre de las Musas en la Angelópolis , quien nos deleitó con su reseña sobre Herman Hesse, con la cual ganó el concurso Reseña de Escritor Oscuro, convocado a nivel nacional por la revista Dark.
                Posteriormente, Carlos Camaleón presentó sus últimas producciones bajo el sello de El under Ediciones, destacados trabajos que atinadamente elevan la calidad de la escena oscura, pero que no deja de tener su lado chusco como es su obra Cuentos de miedo para niños ñeros, una colección de relatos dirigidos para niños muy actuales que ya no crecen con el clásico “fantasmita” sino que ya son capaces de manejar un lenguaje más elaborado y menos inocentón.
                La segunda etapa de la feria se enfatizó  por la participación de Toxic Girl, destacada diseñadora, dj y productora de eventos Dunkel Geful, que también ha colaborado en El Under Ediciones y la revista Lunas Negras, como escritora ha colaborado con el fanzine Valiant 76.
                Alejandro Gallardo, nos maravilló con su trabajo como cuentero, adaptando textos de Lovecraft, Sade, Bukowski y otros autores de culto, igualmente la subterránea lectura poética de Tarantula, escritora, poeta, dj, artista multifacética que ha colaborado en diversas publicaciones como la revista Elegy en su versión Ibérica. En su libro Necroscopio, participaron la pintora Tonia Nina y la diseñadora Le Skeleta.
                Y para cerrar con broche de oro esta sensacional feria, se contó con la participación de Martín Borboa, uno de los pocos especialistas mexicanos que han visitado Rumania investigando la figura de Vlad El Empalador, autor de “El verdadero Drácula”, publicado por “El Under Ediciones”.
                Como podemos ver, esta feria en la ciudad más grande del mundo fue un agasajo para los que gustamos del lóbrego movimiento, y procuramos un claro reconocimiento a Carlos Camaleón por organizar de principio a fin este evento, y esperamos que pronto nos visite en estas tierras que aunque desoladamente cautelosas cuenta con ángeles que rompen la linealidad de la noche para robarse la luna antes del alba.
  
 
 

 

sábado, 13 de octubre de 2012


ELLAS: NOS HABLAN CON EL ROCK

Por: Gisel Alejandra Reyes Lozoya

Óclesis

“Tener vagina no me incapacita para la música”

Courtney Love

Anteriormente solíamos ver que el rock se le atribuía a la figura masculina por su ritmo estruendoso y rudo. Actualmente las mujeres se han aventurado a implicar a sus vidas esta forma de expresión como otras. El primer acercamiento que tuvieron las féminas con este fenómeno musical fue de espectadoras y fanáticas de los artistas, más tarde se encontrarían en compañía de los músicos y grupos de rock realizando coros, hasta llegar a ser compositoras e intérpretes de su propia música adueñándose de los escenarios.

En la época de los sesentas, el rock surge a partir de un movimiento contracultural por parte de la juventud en el mundo. Con una fuerte influencia de Estados Unidos e Inglaterra, este ritmo musical llega a México para consolidarse y crear su propia música. Prueba de ello, es el Festival Avándaro realizado en 1971[1], y a partir de este suceso comienza a escribirse la historia del rock mexicano por medio de  ensayos, artículos, y mejor aún libros sobre esta trayectoria[2]. Un ejemplo claro es el acervo histórico-cultural del “rock   azteca” de Federico Arana con Guaraches de ante azul (1985). Sin embargo, ninguno de estos trabajos ha destacado la participación de mujeres compositoras y mucho menos se ha hecho una semblanza del rock mexicano desde la perspectiva feminista.

El día 31 de agosto del 2001 se llevó a cabo el Primer Festival Nacional de Mujeres Compositoras de México en el Museo Nacional de Culturas Populares del D.F. En dicho festival subrayó Teresa Estrada (socióloga y compositora) que existen pocas compositoras en México dentro del rock, pues sólo el 10 % son mujeres. Al mismo tiempo, calculó que en el Sindicato Único de Trabajadores de la Música (SUTM), el 11 % de sus agremiados son mujeres, las mujeres en la música somos minoría y las mujeres compositoras somos la minoría de la minoría".[3]
Fuente de imagen:
http://ugd.edu.mx/blogs/?p=50
 
Personalmente tuve la oportunidad de realizar un estudio semántico para observar los temas manejados por las compositoras mexicanas dentro del rock, comprendiendo el periodo de 1970 al 2000, ya que a partir de los setenta se originan canciones propias de las mujeres en castellano. En la década de los 70, después del festival de Avándaro (1971) hubo una represión del rock en el país. Las pocas que participaron en este ritmo nos hablan del amor, desahogan sentimientos, y su manera particular de desear a una persona, tocan el erotismo con tono suave pero directo, comienzan a expresar lo que piensan y sienten de lo que les rodea. De esas pocas se encontraban Hebe Rosell, Laura Abitia, Emilia Almazán y Sola. En los 80 acrecienta las posibilidades para las féminas de abordar el plano musical como los escenarios, las composiciones, los instrumentos, etc.Un ejemplo claro son: Cecilia Toussaint y Kenny Avilés. Dentro de sus temáticas se inclinan a la libertad sexual, la seducción, liviandad de la mujer, la desconfianza de mujeres hacia hombres, la soledad es recurrente, la independencia en la mujer, la oposición hacia la figura materna, el urbanismo, es una década de fortaleza y liberación de la mujer en México.
Dentro de los noventa, las mujeres toman las riendas de sus carreras profesionales artísticas, desde empresarias, productoras, compositoras, instrumentistas, llevando el manejo de su propia imagen. Algunas que podemos mencionar son: Rita Guerrero (Santa Sabina) y Sara Valenzuela (La Dosis). Ellas tratan en sus canciones lo existencial: muerte, perdición de valores, pecados del hombre, de la búsqueda espiritual en un mundo de guerra, comportamiento los humanos con vida modernizada y la tecnología, es decir, hacen conciencia del ambiente que les rodea por la entrada y culminación de un siglo.

De la clasificación del nuevo milenio nombramos a Las Ultrasónicas y a María Barracuda. Estas féminas se atreven a tener mayor control sobre sus instrumentos, además deciden ser autosuficientes y conscientes de su propio trabajo. En sus letras enfrentan a la sociedad, expresan sentimientos de amor a alguien, sin la dependencia emocional de otras décadas, incluso hablan con despecho, venganza e indiferencia al hombre,  el sexo lo tratan con apertura y actitud aventurera, nos mencionan las drogas, el tema de la frontera y la relación con la brujería. Ellas actualmente rompen paradigmas con su libre albedrío, sin temor a ser criticadas como hace treinta  o cuarenta años.

Esto es sólo un acercamiento general acerca de lo que podemos explorar en el campo musical del rock en mujeres por la trascendencia cultural que implica dentro de un espacio considerado originalmente masculino, en voz de Tere Estrada: “Algunas se han mantenido presentes en pie de lucha; otras han sucumbido ante roles y valores tradicionales y algunas más, han compaginado su vida cotidiana con la vida en el rock. Todas ellas de alguna u otra manera se han atrevido.”



[1] Realizado el 11 de septiembre de 1971 en Valle de Bravo, situado en el Estado de México.
[2] Entre los estudiosos y fanáticos del rock nacional que han publicado sobre el tema, mencionamos a Carlos Chimal, Francisco Aceves, Victor Roura, Violeta Torres y Juan Pablo Zebadúa.
[3] http://148.245.26.68/lastest/2001/Agosto/22Ago2001/index.htm/elinformador

¿Una sociedad cooperativa?

 

Por: Estephani Granda Lamadrid

Óclesis

 Texto publicado en periódico Momento Diario el 27 de abril de 2007.
 
Aún en estos días en que corre el nuevo siglo, con todos sus avances técnicos y tecnológicos y la era de la comunicación, se podría hablar de un sistema patriarcal extremadamente marcado en las sociedades, que desde hace algunos siglos ha venido repitiéndose.

Pero, una pregunta nace aquí: ¿es verdad que siempre ha sido así, y que algo más que natural, es conveniente para la especie humana seguir con esta ideología?


La Dra. Riane Eisler, en su libro La espada y el cáliz, nos propone un punto de vista –al menos, en los primeros capítulos- en el que fue posible una sociedad de convivencia, en el que no había dominadores ni dominados, ni sistema patriarcal, ni sistema matriarcal. A través de las primeras páginas de este libro, nos va mostrando cómo, con hallazgos arqueológicos, se puede ir reconstruyendo una historia, que versa muy diferente a la que creemos.

En un principio, hablamos de la era paleolítica, alrededor de 30.000 años atrás, se veneraba al cuerpo femenino, porque en éste se encontraba la magia del nacimiento; entonces se empezaron a crear las primeras representaciones en piedra, también con forma de mujer; el progreso en las construcción de objetos tenían el objetivo de ser herramientas más que armas, porque no tenían enemigos de su misma especie; se manifiesta una división de trabajos entre ambos sexos, pero esto no significaba que alguno estuviera en superioridad con respecto al otro.(muestra de todo esto son algunas tumbas, en las que eran equipadas del mismo modo en ambos casos). En el neolítico, hace 10.000, hubo grandes avances en producción de alimentos gracias a la agricultura, la caza, la pesca y la domesticación de animales. Se hicieron grandes avances en construcción de muebles, artículos domésticos e incluso como en Catal Huyuk (una civilización ejemplo que se fundó hace 8.500 años) las primera planeaciones urbanas. Con este tipo de organización es cuando todas estas civilizaciones alcanzaron grandes avances en diferentes áreas, entre ellas, en el arte. Así mismo, se podría hablar de una sociedad matrilineal, y con esto, nos referimos a que se heredaban bienes a través de la madre, y es probable que las mujeres sean las que administraran la producción y la distribución de los recursos obtenidos por estos grupos humanos, entonces fue cuando surge lo que podría llamarse sociedad cooperativa, término que emplea la Dra Eisler. Este tipo de sociedad, que pareciera sonar algo utópica, en realidad existió, y podemos hablar, según la Dra Eisler, de Creta como un ejemplo. Sin embargo estas también vieron la oscuridad.

A la par del surgimiento de estas sociedades sedentarias, existieron otras nómadas (un ejemplo son los Kurgos, grupos indo-europeos, y otro grupo importante, según la Dra Eisler, un pueblo semítico que llamamos hebreos, que llegaron desde el desierto del sur e invadieron Canaán) que al multiplicarse, se hicieron fuertes; estos eran visiblemente más violentos al ser gobernados por poderosos sacerdotes y guerreros, trayendo con ellos a sus dioses masculinos de la guerra, imponiendo sus ideologías y modos de vida en las tierras que conquistaban, ya que tenían un modelo de organización social dominador.

Las tecnologías de destrucción no habían sido prioridad en las sociedades de la edad neolítica, pero para las hordas belicosas que buscaban conquistar y dominar nuevos lugares sí, y estas tecnologías fueron usadas como armas de matar, saquear y esclavizar, acabando con todos los hombres y niños locales, dejando en ocasiones a algunas mujeres que tomaban como botín –concubinas, esposas o esclavas- Así empezaron a surgir nuevos mitos e historias, en las que se mostraba cómo, las antes Diosas, ahora eran vencidas, asesinadas o se convertían simplemente en concubinas de los nuevos Dioses dominadores, todo ello, para simbolizar, justificar la imposición del nuevo dominio masculino. Aunque estas acciones no quitaron de raíz el antiguo amor por la naturaleza, ni el anhelo por la belleza, verdad, justicia y paz, pero permanecieron reprimidos por el nuevo orden.

Este modelo se siguió ejerciendo, pero ya no está funcionando si queremos revertir los años de letargo que hemos dejado pasar viendo a las personas que se encuentran a nuestro rededor con ojos de superioridad. Para poder avanzar hacia un lado positivo, es necesario voltear al pasado y comprender cómo es que las sociedades cooperativas, mediante su organización simple pero eficaz, pudo llevarlos a una época de desarrollo no necesariamente física o tecnológica, sino a un conocimiento interno más profundo, desarrollando otras partes que forman al ser humano en toda su extensión.

Más cerca de nosotros, en la década de los 60 y 70 del siglo XX, afirma la Dra. Eisler, durante los movimientos contraculturales, los jóvenes estaban rechazando la guerra como “heroico” y “varonil”, y se inclinaron por estilos de vestuario y peinados más afeminados, mientras que las mujeres hacían conquistas por igualdad en sus derechos, logrando desafiar intensamente los estereotipos sexuales. Algo similar pasó durante el Renacimiento y la Era Isabelina, donde se presentan claras señales de resistencia por parte de los androcráticos, también se observa la búsqueda de la igualdad de educación y los inicios de la literatura feminista, donde se muestra a la mujer en roles que no son “femeninos”, es decir, que no están bajo sumisión.

Es importante que  volvamos, como seres humanos e inteligentes, a esta idea de la cooperación mutua, dejando de lado la espada, voltear a ver la convivencia, no sólo con nuestra especie, sino en general con todo el planeta. No es necesario recordar el desequilibrio que hemos causado a nuestro entorno, el calentamiento global, la deforestación y la extinción de algunas especies a causa de la ideología mal diseñada para dominar a la naturaleza –modelo dominador-, ni las guerras con pretextos tontos y anticuados que sólo pretenden el apoderamiento de extensiones llenas de riquezas, ni este gusto de ver siempre vencedor y vencidos en todos los aspectos –fútbol, partidos políticos, el trabajo, la escuela, en la historia-. Más bien, es una cuestión de comprender por qué somos seres humanos, y regresar –de algún modo- a la búsqueda de este equilibrio entre lo femenino y masculino, no como características distintas e incompatibles,  sino como elementos vitales de existencia, de un sistema que busca el equilibrio.

viernes, 12 de octubre de 2012


EL RENACIMIENTO EN ESPAÑA SIGLO DE ORO


Por: Hugo I. López C.
Óclesis
 
 
Imagen tomada de:
http://www.bbc.co.uk/spanish/specials/1053_historialengua/page9.shtml
 
El Siglo de Oro de las letras españolas se llama a la centuria que comprende la segunda mitad del siglo XVI y la primera del siglo XVII. De sobra está decir que en este periodo florecieron los más eminentes poetas, historiadores y dramaturgos, y que el idioma alcanzó, en las obras de tan grandes autores, fijación definitiva y valía indiscutible como la lengua literaria. Razón de sobra les asiste a quienes afirman que todas las divisiones de la historia son arbitrarias. Para unos, la Edad de Oro empieza con el reinado de Carlos V (1517); para otros, tiene un principio en 1556 (con el reinado de Felipe II). Hay quien sitúan su comienzo en 1550 y, en fin, quines consideran que sólo debe abarcar los últimos treinta años del siglo XVI y los primeros treinta del siguiente. No se puede señalar con precisión la fecha exacta en que las inquietudes renacentistas, provenientes de Italia, hallaron acomodo en España. La penetración de nuevas ideas y formas de  cultura varía según los géneros y los autores; pero, a diferencia de otras literaturas europeas, la de España no rompe con la tradición medieval, antes la prolonga y enriquece con los influjos del momento, conservando esencialmente lo español.
El período entre el Renacimiento y el Barroco, la "Edad Dorada" de España realmente se extendió durante dos siglos (el XVI y el XVII) y es la etapa más fecunda y gloriosa de las Artes y las Letras españolas. La novela alcanzaría su más alto nivel de universalidad y expresión con Don Quijote de Miguel de Cervantes y otros géneros claramente españoles como el de la novela picaresca (Lazarillo de Tormes y el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán). Fue también una época dorada para la poesía. En el siglo XVI, Boscán y Garcilaso de la Vega adaptaron la poesía lírica italiana al castellano alcanzándose la máxima expresión en la poesía mística de Fray Luis de León y San Juan de la Cruz y en la prosa de Santa Teresa. Dos grandes figuras de los siglos XVI y XVII fueron Luis de Góngora, cuyo estilo difícil y complejo derivaba originalmente de un movimiento latinizante ("culteranismo"), y Francisco de Quevedo, maestro del "conceptismo".
El teatro es otro género que también alcanzó un gran nivel. La obras dramáticas ya no se pusieron en escena en los alrededores de las iglesias después de la creación de los "corrales de comedias", algunos de los cuales todavía existen, como el de Almagro (Ciudad Real). Juan de Encina, Torres Navarro y Gil Vicente fueron los precursores de Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca. También el Humanismo había florecido desde los principios de la Edad Moderna con Luis Vives y las obras monumentales en las que colaboraban varios autores, como la Biblia Políglota Complutense. Obras fundamentales en los campos de la historia y la política fueron las de Mariano Zurita, Hurtado de Mendoza y las crónicas de la colonización de América de varios protagonistas.
Marco histórico. Los reyes católicos, al unificar todos los reinos hispánicos, constituyeron la primera nación de la era moderna, que, a través del descubrimiento y la conquista de América, se convirtió en la metrópoli del mayor imperio de la época. Bajo el mandato de Carlos I y de Felipe II, se entronizó el absolutismo como forma de gobierno.
Durante la centuria anterior al Siglo de Oro, el imperio había alcanzado su mayor extensión territorial y más el grande poderío. Por herencias, por conquistas, por convenios diplomáticos o por matrimonios reales, llegaron a estar sometidas al cetro de Carlos V, Nápoles y Sicilia; Flandes, Alemania, Hungría y Bohemia; Portugal y todos los reinos de la propia España que en este periodo tuvieron por primera vez completa unidad, y las nuevas y ricas tierras de América.
 
 

Literatura de la Onda

Por. Jorge Luis Gallegos.

Óclesis

 

El movimiento estudiantil de 1968, reprimido con violencia extrema, dejó entrever la naturaleza autoritaria del gobierno mexicano, que en aquel entonces, era presidido por Gustavo Díaz Ordaz; la violencia, la matanza y los hechos ocurridos hacia el dos de octubre, en la plazuela de Tlatelolco, dejó huella en la juventud, que tenían la firme convicción de que no era necesario recurrir a la violencia para tener un cambio.
José Agustín asegura que “muchos jóvenes no se animaban a ir tan lejos, consciente o inconscientemente simpatizaron con la rebelión pacífica y, sin llegar a tomar religiosamente los postulados básicos de la sicodelia, adoptaron muchos rangos de la contracultura, especialmente, en el pelo, el atuendo y en el lenguaje”.
Los jipis dejaron de ser testigos mudos de éste mundo y se volcaron a un movimiento con conciencia social: la sicodelia y  con ésta la onda. Para los jóvenes de los sesentas la onda no era más que el fluir de la energía como una vía de comunicación que los hermanaba con un solo fin: el amor y la paz.
Fuente de imagen:
http://dieumsnh.qfb.umich.mx/alarmasydistracciones/intro.htm
Carlos Mosiváis afirma: “La onda es el primer movimiento del México contemporáneo que se rehúsa y nos revela con elocuencia la extinción de una hegemonía cultural. Tal hegemonía se surte, en términos generales, en una visión gubernamental de la Revolución Mexicana y se concreta en el impulso nacionalista. Los pecados de concepción se pagan: el nacionalismo cultural que  conocemos se impuso desde arriba, fue consigna de unificación, vínculo contraído por decreto”. 
La palabra onda adquiere una amplia gama de significaciones: ‘onda’ podía representar cualquier cosa. Así pues, en la literatura la ‘onda’ surge como una tendencia literaria en donde se pretendía tener un resquebrajamiento con la literatura tradicional: la cual únicamente se habían dedicado a reflejar el mundo de los adultos.
Margo Glantz, fue el encargado de bautizar a las producciones juveniles de los años sesenta y setenta como ‘literatura de la onda”, encabezado por José Agustín, Gustavo Sainz y Parménides García Saldaña. Fue denominada así por el léxico utilizado por los adolescentes que utilizaban frases tales como: qué onda, agarra la onda, estás fuera de onda, entre muchas otras.
Los jóvenes sesenteros, dedicacos a hacer literatura, reflejaban lo auténtico, lo irónico, lo fresco, lo irreverente, el buen humor. Para José Agustín la literatura de los años sesenta “significó un concepto distinto de la literatura, pues la densidad literaria se daba a frases del uso de un lenguaje coloquial y de numerosos juegos de palabras, de invención y declinación de términos, y, sobre todas las cosas, en un uso estratégico de elementos de la realidad cotidiana combinado con situaciones y personajes enteramente ficticios e incluso improbables desde un patrón realista”.
Cuatro libros son los que abrieron el camino para los jóvenes creadores: “La Tumba” (1964) y “De perfil” (1966) de José Agustín, “Gazapo” (1965) de Gustavo Sainz y “Pasto verde” (1968) de Parménides García Saldaña.
El principal legado de este tipo de literatura fue el que los jóvenes pudieron ser los principales protagonistas de la obra: se reunían en cafeterías para hablar de rock, amores, películas, mentarse la madre, drogarse, protestar contra las grandes instituciones: la familia, el gobierno y la Iglesia.