domingo, 6 de marzo de 2016

A TREINTA AÑOS DE LA MOVIDA MADRILEÑA: DEL MOVIMIENTO SOCIAL A LAS MANIFESTACIONES CULTURALES
Por: Jorge Luis Gallegos Vargas

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http://cargocollective.com/campamento/La-movida-madrilena
La Europa a finales de la década de los setenta y principios de los ochenta fue un reflejo de los mo­vimientos que se gestaron en la segunda mitad del siglo xx. La entonces decadente Londres acuñó los principales movimientos underground:[1] movimientos punk,[2] skins, los góticos, new romatics, entre otros, se encargaron de empapar, con su ideología, a las principales manifestaciones artísticas y culturales del país ibérico.
Tras la muerte de Francisco Franco, en 1975, la vida de los españoles dio un giro: dejó en la mayoría de ellos un sentimiento de vacío al considerar al Generalísimo como un protector, como el salvador de la patria, como el caudillo que tras la Guerra Civil gobernó mediante un régimen fascista y defendió la identidad de los habitantes de su país. La juventud madrileña adoptó las formas de vida de sus similares de Nueva York y Londres. La cultura de masas formó parte de los jóvenes que dejaron atrás las ideas fascistas que imperaron en el régimen anterior. El alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, ofreció una amplia libertad de expresión; las calles de la capital española se liberaron, logrando que la vida nocturna se convirtiera en una forma de vida.
El término movida se le dio a un grupo de jóvenes, que entre 1975 y 1985 se encontraban vinculados por afinidades culturales y amistosas, mismos que a través de las creaciones artísticas –música, cine, literatura– emitieron mensajes con una carga semántica política adjunta. Para Borja Casani, movida tiene que ver con estar dentro de “del mogollón.”[3]
Fue hasta 1984 cuando los periodistas bautizaron al movimiento, cuatro años después de haberse iniciado, esto porque sus integrantes no se interesaban por otorgarle un nombre al proceso histórico, político y social abanderando; únicamente buscaban sacudirse la represión de la cual fueron objetos durante el régimen totalitario.

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http://8tracks.com/demode/la-movida-madrilena
Las nuevas generaciones de jóvenes buscaban erradicar las ideas del pasado; indagaron, también, una unidad con las nuevas tendencias culturales, políticas y sociales de Europa y América del Norte; comenzaron a acoger las ideas de la cultura Pop,[4] en cuyas bases se encontraban movimientos como el punk rock, el glam rock y los últimos vestigios de la cultura hippie, abogando por el uso de los psicotrópicos y el reconocimiento de los derechos de la mujer y los homosexuales. Según Paloma Chamorro declaró: “en España estamos jugando al no futuro, nos ponemos las estéticas del Punk, su radicalidad… las cosas en realidad son justamente lo opuesto… Pasamos de tener a Franco a no tener a Franco.”[5]
Almodóvar en Patty Diphusa y otros textos, editado por primera vez en 1991, describe cómo se llevaban a cabo estas reuniones juveniles y cuál era la dinámica de creación en la década de los ochenta; asimismo, da los nombres de los personajes más representativos de este movimiento:
Los Mecano dan una fiesta en un gran chalé para demostrar a los «mass» del mundo que ellos son auténticamente modernos, y os invitan a todos. Por primera vez están reunidos todos los grupos de pop-rock y sucedáneos que trabajaban en Madrid. (…) Carlos Berlanga y Tino Casal, (…) se retiran a la cocina para componer el tema. En un pis-pas crean una melodía que haría enrojecer de vergüenza al jurado de Eurovisión, y lo hacen a propósito. Junto con Nacho Canut, Santiago Auserón, Vicente Molina y Marisa Medina, te concentras en un cuarto de baño para escribir la letra (…) Alaska no ha regresado todavía de Londres, donde se está cortando el pelo. Marisa Medina no se presenta porque pensó que toda aquello era una broma. Carlos Berlanga se ha quedado dormido. Nacho Canut se niega a que cualquier cámara le filme, porque las odia. Santi Auserón no está seguro de que sea coherente con su carrera. Javier Gurruchaga está tratando de adelgazar diez kilos y en esos dos días sólo ha conseguido engordar otros dos. Rubí está con un ataque de nervios en casa de Antonio Alvarado, esperando que termine de coserle el modelo. Los Gabinete se niegan, porque encuentran blanda la canción. Las Vulpes preparan su comeback y quieren hacerlo ellas solas y no junto a tanta gentuza. Bernardo Bonezzi exige un contrato que se le aseguren cien primeros planos con pómulo y, si no, no canta (…)[6]

Con la movida “Surgió (…) la necesidad de conformar la sociedad española con la modernidad y crear mitos y figuras exportables: los jóvenes fueron los candidatos perfectos, porque eran progres, consumistas y se iban acercando a la estética punk, que ya se había difundido en Inglaterra, Italia, Holanda y U.S.”[7]
Los jóvenes encabezaron este movimiento ya que durante la dictadura encontraron un tapón generacional que los limitó a formar parte de la cultura: Eran minimizados al no ser considerados como ciudadanos españoles; se unificaron y promovieron las mismas prácticas: el gusto por la moda de sus países vecinos, consumo de estupefacientes, liberación sexual, aceptación y orgullo por vivir su homosexualidad, repercutiendo en la renovación de la Constitución y en los estatutos del movimiento feminista español.
Rápidamente, España cambió su fisonomía. La juventud se insertó en el nuevo sistema cultural y comenzaron a crear todo tipo de manifestaciones artísticas: música, pintura, escultura, literatura, cine, fotografía, etc.; todos ellos con un común denominador: la vida nocturna en los bares.
Las tendencias políticas y culturales, que llamaban a la liberación de la influencia paralizante del centro, se cristalizaron en la imagen de la “Movida”, en la franja madrileña de los años 70. Era un grupo de amigos entre ellos Pedro Almodóvar, el pintor Guillermo Pérez Villate, el pintor y diseñador gráfico Ceesepe (Carlos Sánchez Pérez), el pintor Costus, el fotógrafo Alberto García Alix, el artista de drag y actor Fabio (de Miguel) McNamara, los músicos Alaska (Olvido Gara) y Ouka Lele, y la productora y directora de televisión Paloma Chamorro. El denominador común de todos estos artistas fue que vivieron una época que no les permitió vivenciar la adolescencia internacional de los años 60 y estaban decididos a vivirlos en los años 80. La gente de la Movida era activa en el underground en forma intensa en diferentes áreas del arte plástico: pintura, libros de cómic y moda, y a la vez música y cinematografía. La movida era la imagen propia de Madrid[8]

A través de la revista La Luna se difundió la ideología de la movida; el discurso ahí manejado se reflejó en programas de televisión como La bola de Cristal o Si yo fuera presidente, en donde figuraron los nombres de Paloma Chamorro y Carmen Maura; asimismo, esta revista sirvió como trampolín para escritores amateurs de cómic como Pedro Almodóvar, quien utilizó este medio para lanzar el personaje que a la postre comenzaría con la tradición de las chicas Almodóvar: Patty Diphusa.
Francisco Umbral hizo lo propio desde su columna en El país. Los diferentes discursos reflejaban la misma tendencia: retratar a la juventud madrileña de finales de los setenta y principios de los ochenta. “La movida no se presenta como discurso oposicional, acepta el discurso de normalidad institucional pero se aparta de él, pretende ignorarlo a pesar de tener la necesidad de interaccionar con él. Por el contrario, hay que considerarla como una lectura negociada.”[9] (Fouce, s/d)
Inmediatamente, las artes comenzaron a adoptar las ideologías provenientes de Inglaterra y Estados Unidos, plasmándolas en las diferentes expresiones culturales. Retomaron las características de artistas como Andy Warhol. Esta imitación, según Pedro Almodóvar, tenía que ver con que
No conocíamos el precio de las cosas, ni pensábamos en el mercado. No teníamos memoria e imitábamos todo lo que nos gustaba, y disfrutábamos haciéndolo. No existía el menor sentimiento de solidaridad, ni político, ni social, ni generacional, y cuanto más plagiábamos más auténticos éramos. Estábamos llenos de pretensión, pero la falta de perspectiva producía el efecto contrario.[10]




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http://elpais.com/elpais/2006/11/29/actualidad/1164786534_850215.html


EL DISCURSO MUSICAL

A pesar de  la pretensión de la no trascendencia, la ideología juvenil dejó un legado en las creaciones de la época. El discurso musical, del que contamos con más referentes, retomó la idea de los movimientos underground. La música fue el detonante para entender la nueva forma de vida nocturna de Madrid; ésta, a su vez, impregnó al cine, el cómic, los medios audiovisuales de información, el diseño, etc.
Así, surgieron agrupaciones como Alaska y los Pegamoides –quienes más tarde se convertirían en Alaska y Dinarama y posteriormente en Fangoria–, Parálisis Permanente, Mecano, Nacha Pop, Las Vulpess, Kaka de Luxe, Gabinete Caligari, Radio Futura, Secretos, Décima Víctima, Refrescos, Los Toreros Muertos, Hombres G, Olé Olé, entre otras bandas que exploraron entre el afterpunk, el rock subterráneo y trasgresor. Reaparecieron cantantes como Joaquín Sabina, Miguel Ríos y Luz Casal.
Aunque el centro del movimiento contracultural fue Madrid, rápidamente abrió horizontes hacia las ciudades más importantes de España. En Barcelona surgen grupos como Los Burros, los Rebeldes y Loquillo; en Galicia: Siniestro Total; en la cordillera cantábrica: Duncan Dhu; en el sur: Danza Invisible, Héroes del silencio, Peor Imposible y  La Unión.
Los sonidos comenzaron a cambiar: se incorporaron a la música ritmos como el techno, el rockabilly, el afterpunk, el reggae, el funk, el pop y el gótico. Radio Futura constituyó el paradigma más importante; con el LP Música moderna, comenzaron a proponer y plasmar las ideas del pop art en líneas musicales, para que tres años más tarde, es decir en 1983, se impusieran como una banda de ideas cuyos discos y entrevistas reflexionaban sobre la cultura popular de España, la urgencia de recuperar tradiciones urbanas, la conveniencia de establecer un diálogo con América (…)”[11]
Especial mención merecen las creaciones musicales de Ignacio Canut y Carlos Berlanga, quienes con sus composiciones, acompañadas con la voz  andrógina e imagen punk de la mexicana Olvido Gara, mejor conocida como Alaska, lograron convertirse en el icono de la movida madrileña. Las canciones interpretadas por Alaska y Dinarama, agrupación nacida hacia 1983, contaron con letras fuertes, irreverentes, agresivas y plagadas de una ideología social basada en la crítica al fascismo, explorando en los terrenos underground, convirtiéndose en estandarte para la juventud española y los grupos minoritarios.
“A quién le importa” se volvió, y sigue siendo, un tema que sirvió como estandarte para los movimientos lésbico-gay:
La gente me señala/ me apunta con el dedo/ susurra a mis espaldas/ y a mí me importa un bledo/ qué más me da si soy distinta a ellos/ no soy de nadie no tengo dueño/ Yo sé que me critican/ me consta que me odian/ la envidia les corroe/ mi vida les agobia/ por qué será, yo no tengo la culpa/ mis circunstancias les insulta/ Mi destino es el que yo decido/ el que yo elijo para mí/ ¿A quién le importa lo que yo haga?/ ¿A quién le importa lo que yo diga?/ Yo soy así, y así seguiré, nunca cambiaré.[12]
Por otra parte, La funcionaria asesina, muestra algunos rasgos feministas:
Me casaron/ me obligaron a estudiar/ y yo obedecía, me sometía/ mi marido era un déspota feroz/ lo quité de en medio, qué remedio./ Mi vocación se reveló/ me fascinó la sangre/ maté al siguiente con un alambre./ De noche soy otra mujer/ voy armada de cabeza a los pies/ soy la funcionaria asesina/ ya no me aburro jamás/ siempre encuentro gente con quien jugar/ soy la funcionaria asesina/ buscada por la policía/ y he degollado a más de cien/ y con mi sierra sé qué hacer.[13]
Otras como Carne, huesos y tú, Vampirela y Mi novio es un zombi, fueron consideradas como canciones de la estética dark y punk.
A pesar de no encajar mucho en el discurso de la movida, Mecano, grupo integrado por Ana Torroja, José María e Ignacio Cano, son referencia obligada de la España de los ochenta, esto por ser una de las agrupaciones que más impacto ha tenido, por lo menos, en Latinoamérica; además marcaron una nueva forma de hacer pop: letras con un trasfondo social, cargada de metáforas.  Es quizá, lo más interesante de Mecano el presentar letras escritas en masculino, todas ellas de los hermanos Cano, e interpretadas por una voz extremadamente femenina, con timbre muy suave, jugando con una imagen andrógina.

EL DISCURSO LITERARIO
La posguerra, también, tuvo repercusión en la vida literaria; las letras de la época se caracterizaron por un “insistente tono confesional, testimonial, lacerado que muestra a un sujeto doliente y llagado por un mundo sumido en el desastre”,[14] esto debido a la ola de violencia vivida antes, durante y después de la caída del régimen franquista.
Los creadores literarios de aquellos años tomaron como fuente de inspiración a la generaciones  del 98[15] y del 50,[16] haciéndose llamar la generación del 68, del 70 o la generación del «lenguaje».


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http://www.somosmalasana.com/exposicion-el-papel-de-la-movida/
Tanto la novela como la poesía estuvieron plagadas de un neosimbolismo que “concedía las formas y estructuras, y descreía del compromiso político e ideológico que debía ejercerse en otros lugares más adecuados.”[17] La literatura poco a poco comenzó a insertarse en los cánones estéticos y vanguardistas, explorando en el pop art, el dadá, el surrealismo, el neosimbolismo, el camp[18] y la creación de una mitología basada en los mass media. Los creadores artísticos lograron acercarse a un campo narrativo cimentado en el lenguaje joyceano, haciendo de la literatura un campo ecléctico equilibrado entre lo tradicional y lo novedoso.
Así, con la caída del régimen fascista, surgen nombres en poesía como Miguel D’Ors, Fernando Ortiz, Rosa Romojano, Ana Rossetti, Abelardo Linares, Justo Navarro, Blanca Andreu, Almudena Guzmán, Álvaro García; en la narrativa: Eduardo Mendoza, Manuel Vázquez Montalbán, Javier Marías, Adelaida García Morales, Miguel Espinoza; en teatro: Fernando Arrabal, Francisco Nieva, Fernando Savater, entre otros.
Los jóvenes tuvieron en Eduardo Haro Ibars a uno de sus principales representantes. Su libro, Gay rock, significó una completa apertura para los homoerotismos literarios; la cantante Alaska declaró al leer el libro: “Mamá, quiero ser un chico para ser maricón.”[19] Haro fue uno de los máximos estandartes de los jóvenes españoles que crearon bajo la máscara de la clandestinidad. La mejor forma de adentrarse al terreno antifranquista era la poesía. Después de Gay rock, aparecieron los poemarios Pérdidas blancas (1978), Empalador (1980), Sex Ficción (1981), En rojo (1985) e Intersecciones (1991)
Haro fue hijo del controvertido periodista de izquierda Eduardo Haro Tecglen, precursor del movimiento gay y de la literatura queer en España. En la cárcel de Zamora coincidió con el poeta, narrador y ensayista Leopoldo María Panero, famoso por ser el primer autor en escribir versos sobre la heroína, con quien sostuvo una relación amorosa.
Eduardo fue conocedor de las vanguardias literarias francesas y estadounidenses. Desde pequeño estuvo en contacto con las creaciones de Lovecraft, Crowell, Burroghs, Rimbaud, entre otros. Él mismo se declaró como “homosexual, drogadicto y delincuente”;[20] también, fue considerado como polisexual, multicoxicómano, consumidor de heroína: “la perfecta vacuna contra la rebeldía.”[21]
El poema Pecados más dulces que un zapato de raso, sirvió como base para la canción más emblemática de Gabinete Caligari, que aparece en el disco titulado Camino Soria: “Gula de tu vientre satinado; / envidia de tu sudor, que/ emana de ti;/ avaricia de tus miradas;/ ira de saberte lejos;/ soberbia de que me hayas/ elegido;/ pereza de vivir sin ti./ Y –sobre todo–: lujuria,/ lujuria abrasadora que/ me hace desear la vida entera/ cuando estoy contigo.” [22]
En El Culo del mundo, aparecido en su libro Intersecciones, habla de la situación de Madrid y de esa gran oportunidad que España tiene de convertirse en un país próspero, deseado por todos: como un culo:

EL DISCURSO CINEMATOGRÁFICO
Por su parte, el discurso cinematográfico vio en Pedro Almodóvar su mayor realización. El cine, antes de la muerte de Franco, contaba historias épicas que exaltaban el amor sacrificado, el paisaje español. Según Carmen Marín Gaite “los jóvenes de la posguerra sabíamos muy bien que una película española o nos iba a contar una historia heroica de las que venían en los libros de texto o nos iba a ensalzar las delicias de un amor sacrificado y decente.”[24]
Durante la dictadura franquista el séptimo arte estuvo supeditado a las órdenes del Generalísimo, dejándoles a los realizadores un estigma de autocensura; asimismo, la industria cinematográfica española se debilitó por la presencia del cine hollywoodense.
cuando el cine  mundial era todavía una industria con un margen de autonomía considerable (económica y artística), el cine español era un cine débil en sus raíces –la producción– y entregado al dirigismo proteccionista con la connivencia de los sectores de distribución y exhibición. Y paradójicamente, cuando empezó titubeante el camino a la libertad, la situación del cine mundial había cambiado radicalmente. La crisis cinematográfica derivada de los cambios internos dentro del mercado del ocio y las industrias culturales, a su vez derivadas de muy precisas mutaciones sociales condujo al cine (…) al carácter de la industria secundaria, la industria protegida a favor de su valor cultural y de la resistencia al abandono de unas vías expresivas autóctonas.[25]

El cine fue la manifestación artística que menos repercusión e impacto tuvo sobre los jóvenes, esto tomando en cuenta que la televisión y la prensa fueron quienes realmente los influenciaron. A la caída del franquismo, el cine español hurgó entre el costumbrismo y una negación a olvidarse del período culminado; comenzó una etapa de apertura temática, en donde el sexo formó parte importante del discurso; en 1976, los guiones dejaron de pasar por una etapa de censura, dando como resultado una etapa de destape. Los tópicos manejados fueron: “las tendencias de moda, (…) turismo, inmigración urbana y emigración exterior, servicio doméstico, consumismo, pervivencia de las viejas tradiciones, etc.”[26]


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Fue en el mismo 1976 cuando la reforma cinematográfica hizo que el séptimo arte virara, sentando las bases para la Constitución promulgada en 1978. Esta reforma cinematográfica consistió en el derrocamiento del control del aparato franquista, erradicando la centralización, la supresión de la censura a guiones, anulación de aparatos sindicales, desaparición del NODO –Noticiero Cinematográfico–, el afianzamiento de la creación de cortometrajes, etc.
Los directores y creadores rápidamente buscaron espacios para la proyección de sus realizaciones. El cine español se convirtió en una ventana para la aparición de documentales, un nuevo cine costumbrista, lleno de imágenes eróticas, así como un espacio de denuncia cívico-social. Temas como el erotismo femenino, la homosexualidad, el fetichismo, el incesto, el porn soft, y el hardocore se incorporaron a las pantallas. Nombres como Carlos Saura, Gonzalo García Pelayo, Bigas Luna y Pedro Almodóvar saltaron a las pantallas.
El discurso manejado por Almodóvar se empapó de los demás, vinculándose con el pensamiento de los jóvenes madrileños, asiduos a fiestas, a la frivolidad, con los que pensaban que Madrid era el centro del mundo. Estas ideas las plasmó en sus primeros filmes: en Pepi, Luci, Boom y otras chicas del montón trabajó con Alaska y los Pegamoides, el pintor Fabio MacNamara y Carmen Maura.
(…) Pedro Almodóvar ya había presentado un catálogo de rarezas sexuales en su primer largometraje Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), prolongadas en el ambiente del sorprendente convento de monjas de Entre tinieblas (1983) y en algunos personajes colaterales de ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984). Más incisivos desde el punto de vista erótico son sus siguientes filmes: Matador (1986), estilizada reflexión –con simbolismos taurinos– sobre las relaciones entre sexo, amor y muerte; La ley del deseo (1987), cuyo personaje central es un transexual interpretado por la inefable Carmen Maura y donde las relaciones homosexuales desempeñan un papel fundamental; Átame (1989), sobre unas relaciones a medio camino entre el sadomasoquismo y el amor; y Tacones lejanos (1991), bordeando los territorios del incesto y penetrando en los del travestismo.[27]

A partir de su quinto filme ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, el tema de la juventud se fue agotando y comenzó a retomar temas sociales, significándole un crecimiento, al ser considerado no sólo portavoz de la juventud madrileña, sino también de toda la sociedad española. Almodóvar asegura: “Yo no soy de tribus, voy por libre. Yo soy un itinerante que cruza a lo largo del día por muchas tribus. A mí no me gustan los ambientes concretos.”[28]
La muerte de la movida se dio cuando dejó de ser algo propositivo, ideológicamente hablando, y fue alcanzado por la moda. José María Álvarez del Manzano, en 1991, aseveró sobre la movida lo siguiente: “No hay que enterrarla porque se ha envanecido, ni siquiera tiene cuerpo para enterrar. Era algo etéreo, una propaganda política, no ha dejado sólo un paso. Yo no recuerdo un solo libro, un solo cuadro, un solo disco; nada, de la movida no ha quedado nada”[29]
Además, en la fotografía destacaron: Miguel Trujillo, Alberto García-Alix, Pablo Pérez-Minguez y Ouka Leele; en las artes plásticas sobresalieron pintores como Guillermo Pérez Villalta, El Hortelano, Sigfrido Martín-Bengué, Dis Berlin, Herminio Molero, Costus y Pablo Sycet.
De la movida ha quedado mucho: creadores, ideas, imágenes, formas, e incluso, nos atrevemos a pensar que este movimiento ha influido de gran manera para la conformación de la España actual.

REFERENCIAS
* Bibliográficas
Almodóvar, Pedro; Patty Diphusa y otros textos; 4ª edición, Barcelona, España; Edit. Anagrama, 2005; p.217

García-Posada, Miguel; Poesía Española 10. La nueva poesía (1975-1992); 1ª edición, Barcelona, España; Edit. Crítica, Col. Páginas de la Biblioteca Clásica, 1998; p.9-40

José Agustín; La contractura en México. La historia y significado de los rebeldes sin causa, los jipitecas, los punks y las bandas; 6ª edición, México, Ed. Grijalbo, 1996; p. 103-115

Monterde, José Enrique; Veinte años de cine español (1973-1992) Un cine bajo la paradoja; 1ª edición, Barcelona, España, Edit. Paidós, 1993; p.200


* Discográficas

Berlanga, Carlos; Canut, Jorge; “¿A quién le importa?” en Alaska y Dinarama, No es pecado; EMI-ODEÓN; 1986

---------------; “La funcionaria asesina” en Alaska y Dinarama, No es pecado; EMI-ODEÓN; 1986


* Electrónicas

__________. “VOCES. Eduardo Haro Ibars (1948-1988): no hay pelucas en la eternidad. Breve noticia para los más jóvenes, los extranjeros a ese pedazo del mundo que habitó y, en general, para los no informados” en amputacioneS; http://amputaciones.blogspot.com/2007_01_01_ archive.html; 2007

Baldi, Ángela; “Lenguajes y lengua en la obra de Pedro Almodóvar”. Centro de documentación Pedro Almodóvar. http://sdgoma.uclm.es/uclm/home.html, 2004?

Ben Habib, Liat; “Laberinto español: recepción y elementos culturales en la Parodia de Almodóvar”. Centro de Documentación Pedro Almodóvar. http://sodogma.uclm.es/uclm/home.html

Fouce, Héctor; “La cultura juvenil como fenómeno dialógico: reflexiones en torno a la movida madrileña”. http://www.ucm.es/info/per3/cic/cic5ar16.htm;s.a.

Memba, Julio; “Malditos heterodoxos y alucinados. Eduardo Haro Ibars, el poeta de la movida madrileña” (xviii) http://www.elmundo.es/elmundolibro/2001/09/16/ anticuario/10004706 93.html

Preciado, Beatriz; “Estéticas Camp: performances popo y subculturas “butch-fem”. ¿Repetición y trasgresión de géneros”; http://www.sindominio.net/ karakola/retoricas/camp.html; 2003

Xavalín; “Pecados más dulces que un zapato de raso” en Tal como éramos. http://tal-como-eramos.blogspot.com/2008/01/pecados-ms-dulces-que-un-zapato-de-raso.html; 2007


* Hemerográficas

Blanc, Enrique; “El punk y la anarquía que nos sedujo en Semanal Día Siete”; México; Ed. El Universal, 2007; p. 55

Manrique, Diego A.; “Lo que hicimos con la movida en El País semanal”; Madrid, Número 1492, 2005; p.47






[1] El arte underground se aleja de la cultura oficial para conformar una nueva cultura, en donde los jóvenes son los que se encuentran encabezando los denominados movimientos contraculturales; se aleja de los medios de comunicación oficiales, creando espacios en donde se puedan expresar libremente, sin necesidad de estar al margen de los que el gobernante en turno dicte y alejado del ocio y las banalidades que se ofrecen.
[2] El movimiento punk tuvo su mayor efervescencia durante los años 80 entre los jóvenes europeos, principalmente en Inglaterra, que experimentaban un estado de hastío ante lo planteado por el sistema. Los punk “Primero se vestían con ropa de piel y las mujeres en la moda del sadomasoquismo y de la Mujer Fatal; usaban los cabellos cortísimos y pintados de colores; después vinieron las cabezas con largas puntas, mucho maquillaje en las mujeres, collares de perro, aretes, zapatos puntiagudos y demás.” José Agustín; La contractura en México. La historia y significado de los rebeldes sin causa, los jipitecas, los punks y las bandas; 6ª edición, México, Ed. Grijalbo, 1996; p.103
Ellos consideran al amor como un sentimiento retrógrado y bajo. Este movimiento, a la postre, tuvo influencias sobre el surgimiento de algunos grupos skinheads o fascistoides en diversos países de Europa. El tono anarquista que tomó este movimiento se opuso a “la corriente política encabezada por Margaret Tacher en Inglaterra. Su filosofía era la de provocar a todo sistema establecido. Igual rompía con los movimientos contraculturales vigentes que con las corrientes musicales que dominaban la escena pop.” Blanc, Enrique; “El punk y la anarquía que nos sedujo” en Semanal Día Siete; México,; Ed. El Universal, 2007; p. 55
Aunque el movimiento punk tuvo sus antecedentes con grupos como Velvet Underground, New York Dolls, Ramones y Patty Smith –quien con su LP Horses (1975) declaró que Jesús murió por los pecados de los demás, mas no por los míos, el primer grupo punk que saltó a la escena musical fueron los Sex Pistols, condensando todos los movimientos anteriores. La música fue la primera de las artes en influirse del punk para posteriormente saltar a las demás.
[3] Baldi, Ángela; Lenguajes y lengua en la obra de Pedro Almodóvar. Centro de documentación Pedro Almodóvar. http://sdgoma.uclm.es/uclm/home.html, 2004?
[4] La cultura Pop surge con el florecimiento del arte pop, alimentado por el auge del imperialismo norteamericano, la imposición del modelo de vida estadounidense –american way of life– en donde predomina la cultura de masas consumista. El pop art tiene como origen el expresionismo abstracto y el minimalismo, en los años cincuenta en Inglaterra y posteriormente en Estados Unidos; asimismo, retoma del dadaísmo el espíritu sarcástico; además, impregnó de valor estético a los objetos triviales de la vida cotidiana como carteles, latas, basura, automóviles, etc., dándoles un valor de fetiche a algunos objetos significativos de consumo.  El más famoso representante del arte pop es Andy Warhol, quien en su obra retrató a la sopa Campbell’s, Coca-Cola, Marilyn Monroe, Elvis Presley, entre otros, consiguiendo la desmitificación de imágenes producidas y reproducidas por los mass-media.
[5] Cit. pos. Ben Habib, Liat; “Laberinto español: recepción y elementos culturales en la Parodia de Almodóvar”. Centro de Documentación Pedro Almodóvar. http://sodogma.uclm.es/uclm/home.html
[6] Almodóvar, Pedro; Patty Diphusa y otros textos; 4ª edición, Barcelona, España; Edit. Anagrama, 2005; p.p. 2004-206
[7] Op. Cit. Baldi
[8] Op. Cit. Ben Habib
[9] Fouce, Héctor; “La cultura juvenil como fenómeno dialógico: reflexiones en torno a la movida madrileña”. http://www.ucm.es/info/per3/cic/cic5ar16.htm;s.a.
[10] Op. Cit. Almodóvar; p.p. 8-9
[11] Manrique, Diego A.; “Lo que hicimos con la movida en El País semanal”; Madrid, Número 1492, 2005; p.47
[12] Berlanga, Carlos; Canut, Jorge; “¿A quién le importa?” en Alaska y Dinarama No es pecado; EMI-ODEÓN; 1986
[13] Berlanga, Carlos; Canut, Jorge; “La funcionaria asesina” en Alaska y Dinarama No es pecado; EMI-ODEÓN; 1986
[14] García-Posada, Miguel; Poesía Española 10. La nueva poesía (1975-1992); 1ª edición, Barcelona, España; Edit. Crítica, Col. Páginas de la Biblioteca Clásica, 1998; p.9
[15] Miguel de Unamuno fue de nueva cuenta apreciado, así como Antonio Machado.
[16] La generación de los 50 tenía como principal característica la llamada poesía de la experiencia. Gracias a la influencia de esta generación vieron la luz algunos autores como José Hierro, Blas de Otero y Jon Juaristi.
[17] Op. Cit. García-Posada; p.12
[18] El término camp significa “afeminado en inglés clásico, se comenzó a utilizar a partir de los años 60 para referirse a la teatralización hiperbólica de la feminidad en la cultura gay, sobre todo en relación a una serie de prácticas performativas que adquirieron un carácter de colectivo y político (drag queens, demostración pública de la homosexualidad…) Estas prácticas tenían un enorme potencial subversivo al poner de manifiesto la artificiocidad de las diferencias de género y romper la frontera entre el ámbito cerrado de la representación escénica (o de la recreación doméstica) y  el espacio público de la reivindicación política.” Preciado, Beatriz; Estéticas Camp: performances popo y subculturas “butch-fem”. ¿Repetición y trasgresión de géneros?; http://www.sindominio.net/ karakola/retoricas/camp.html; 2003
[19] Cit, pos Memba, Julio; Malditos heterodoxos y alucinados. “Eduardo Haro Ibars, el poeta de la movida madrieleña” (xviii) http://www.elmundo.es/elmundolibro/2001/09/16/anticuario/10004706 93.html
[20] __________. “VOCES. Eduardo Haro Ibars (1948-1988): no hay pelucas en la eternidad. Breve noticia para los más jóvenes, los extranjeros a ese pedazo del mundo que habitó y, en general, para los no informados” en amputacioneS; http://amputaciones.blogspot.com/2007_01_01_ archive.html; 2007
[21] ídem.
[22] Xavalín; “Pecados más dulces que un zapato de raso” en Tal como éramos. http://tal-como-eramos.blogspot.com/2008/01/pecados-ms-dulces-que-un-zapato-de-raso.html; 2007
[23] Op. Cit.
[24] Op Cit. Baldi
[25] Monterde, José Enrique; Veinte años de cine español (1973-1992) Un cine bajo la paradoja; 1ª edición, Barcelona, España, Edit. Paidós, 1993; p.p. 16-17
[26] Ídem, p. 39
[27] Idem., p. 167
[28] Cit. pos. Op. Cit. Baldi
[29] Op. Cit. Manrique, p.46