sábado, 10 de agosto de 2013

"Ver cómo nos vemos, vernos y comprender
que para comprender hay que volverse ciegos"
Las Ansias Carnívoras de la Nada.
Alejandro Jodorowsky


Ulises Bernal. Una narrativa de alteridad


Un incierto punto de partida desde la perspectiva de nuestro tiempo, especialmente al iniciar la “modernidad humana”, ha sido la problemática entre lo que “parece” y “lo real” o, dicho con otras palabras, “el ser en sí”. La cúspide entre “parecer” y “el ser real” ha sido el punto de partida de muchas discusiones en diversos campos del quehacer humano, especialmente respecto de la simple apariencia, soslayando el nexo entre “el ser en sí” y “parecer”. Se afirma, sin embargo, que en tanto hablemos de realidad, siempre lo hacemos desde nuestro entendimiento; sin embargo no significa en lo más mínimo traducir la realidad en algo intrínseco a la intelección misma. “Yo soy Ulises”, y es así como se nos presenta el autor de esta obra gráfica.
Obra gráfica:
Úlises Bernal
Ulises Bernal Ramos es originario de la ciudad de Puebla. Artista de toda la vida, dibujante empírico, argumentista de su tiempo, autodidacta e identificado plenamente con la voluntad contraria a lo que el sistema dicta, nos muestra su lenguaje no convencional con aquellas, las máscaras y maniquíes superpuestos en el nombre mismo de las cosas, y que tejido a la sensación de elegir un propio camino, se ha permitido despertar como un ciudadano común, descubriéndose perennemente en la disciplina que concibe por propias palabras como arte de sí mismo: - ...Creo que nací y con el tiempo me rehice... Un día elegí renunciar al mediocre trabajo horrendo del asalariado. En el año del 97 hice cartonería, después, me encontré un alebrije y me metí. Mi trabajo lo hago porque me siento bien: pintar, la música, la narración con el dibujo, el cómic, la ilustración fantástica. El surrealismo es mi dogma, mi forma de vida. Crecí en las páginas de los cómics bajo la influencia del agresivo e incisivo arte de la ilustración, discursos como Alejandro Jodorowsky, Roland Topor, Gabriel Vargas, Elio Flores y el arte pánico son mi influencia; me gusta compartir mi agrado por desestabilizar el sistema, por incomodar a la sociedad con lo que más le molesta, lo hago bien. Soy Ulises y soy un ignorante, e ignoro hacia dónde voy, pero me siento cómodo con esa ignorancia.
Ulises concibe el arte como una forma de vida; ese es el mecanismo, se vuelve guerrillero antiarmas que a través de su visión del arte busca aquel alebrije que mimetiza la apariencia humana bajo la tutela de “la bronca es que te entiendan”, renegado del pensamiento sistémico, individualista, encontrado en el cómic desde donde nace y se rehace afirma que su arte es una forma de vida conjuntada de muchas filosofías. “Puedo estar sin nada, pero sin arte no podría. Eso sí me duele”. Un artista en búsqueda constante, en continua disciplina, con la necesidad de tiempo, susceptible de la ofensa, su obra narrativa navega en el dibujo, la cartonería y el cómic, sustentados sobre la experiencia del yo como tensión. El ser es creativo, el ser es urbano por esencia, lo que significaría, que únicamente se constituye dentro de un mecanismo de alteridad. El otro es el yo, el otro, la otra parte la que no existe sino es por la suma, la yuxtaposición de incontables yos,  y que al mismo tiempo son yo. Son esas narraciones del inconsciente, del surrealismo inmanente, caleidoscopios que integran sus sueños, sus experiencias y los símbolos resultantes de introspecciones para llegar al espectador, para luego incomodarlo, vapulearlo con las mismas afrentas que de su propia humanidad brotan, como él mismo lo refiere. Concibe al cómic como una de las artes más completas porque es la síntesis de todas las artes, y gracias a la tecnología puedes de manera individual crear lo que deseas, de trazar las variables de una época convirtiéndola en todas las épocas. Me interesa todo lo "kafkiano". Soy Ulises, es él, Ulises, un ser mental buscando ascender a otro nivel mental a través de sus capacidades, sumergido en una alberca de imaginación, sin tiempo, sin prejuicio pero no sin imaginación. La cartonería es uno de sus proyectos más personales y se llama instructor de la misma. En los últimos tiempos ha dedicado su imaginativa a la calavera como tema, “la calavera es un símbolo constante”, lo siente como un tributo a los muertos. “Dejé de creer en la muerte porque la muerte es una utopía y la han tomado como otra idea de intimidación. Yo veo a la muerte como un motivo de expresión, como una equidad representada sin género. Todo es transformación, todo debería ser a favor y la muerte no es la excepción”. La charla concluye: te hacen creer que no se puede, por eso debes ejercitar tu visión y dejar que la locura te salga. La obra de Ulises presentada son bocetos personales, así definido por él mismo, son aquellos bocetos que resguardamos bajo el cobijo al otro lado de la oblicua mirada, “son propios”; a entender, desde la alteridad de un presupuesto, los concebimos bajo el impregnado de quién le toca estar frente a lo que parece ser, y ser el ser mismo. Es así, que en la intención por contemplar a quienes somos en realidad nos empuja al deseo de evitar las consecuencias por tener conciencia de uno mismo, con resultados tan dolorosos;  y entonces, el impulso por trascender nos invoca, y miramos la creación no sólo desde la intención por impactar al otro, si no que también, en el golpe asestado que se encierra como bulto en la carne que mueve el pulso para dar paso a la paradoja de la creación, de su creación, allende, donde la alteridad de su oblicua mirada  nos enfrenta a la reacción de las otras, las ya dibujadas en los rostros personales que Ulises, desde esta enfermedad causada por la aglomeración de la gente nos pone al alcance, apenas  despegamos la mirada del incierto punto de partida desde la perspectiva de este, también nuestro tiempo.


Puebla, febrero de 2006.

Óclesis  





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