miércoles, 24 de abril de 2013


Educación: Artificio de discurso en la condición pedagógica
Por: Hugo Coronel 

Óclesis

Fuente de imagen:
http://lacompetenciaemocional.blogspot.mx/2011/03/pedagogia-dialogica.html
No es exagerado escuchar a través de diversos medios, la idea de que en esta época el conocimiento es la base de desarrollo y de la expansión de las libertades humanas (no pretendo decir que en otras no lo fuera), por lo que la importancia del aprendizaje humano –de los individuos y de las organizaciones- resulta imprescindible como proceso fundamental que permita la construcción del conocimiento. Las Instituciones Educativas en un país son las bases sobre las cuales se apoyan las capacidades de las personas para aprender durante toda la vida; y su efectividad es la de promover el aprendizaje. Estas Instituciones son más que sólo enramados organizacionales de centros educativos e instancias administrativas que permiten la provisión de servicios; en realidad son un conjunto de significados compartidos en el terreno cultural, una forma de entender qué se aprende, quién debe aprender y para qué. Esta cultura se circunscribe en una totalidad en la que se integra el ser humano y así mismo, se extiende a una vasta red de personas interesadas y afectadas por el funcionamiento de tales instituciones. Son, por tanto, los significados compartidos por esta amplia red de personas los que deben perfeccionarse como resultado de la experiencia para que las Instituciones Educativas aprendan de dichas experiencias. Estos cambios y este perfeccionamiento permiten mejorar las oportunidades educativas para que los estudiantes puedan tener acceso a una mejor calidad de educación. Adicionalmente, la evidencia que provee la Investigación Educativa constituye un elemento fundamental para optimizar la toma de decisiones, además de apoyar el diseño, la evaluación y la retroalimentación de Políticas y de Programas Académicos.
Una condición hegemónica primordial dentro del proceso de educación radica en que los educadores tengan pleno dominio de los propósitos y contenidos del nivel educativo profesional en el que se desenvuelven. Esto es así, porque la labor docente exige una enorme capacidad creativa –no sólo la de aplicar planes y programas y secuencias didácticas prediseñadas- para identificar las características y las necesidades individuales de los alumnos, sus avances, alcances, logros y horizontes educativos –esto no sólo se remite al plano escolar, sino que también al extraescolar- y con esta base, lograr una adaptación de los contenidos para diseñar las estrategias pertinentes y más adecuadas para alcanzar los propósitos educativos en el ideal de nuestra sociedad.
Las reformas educativas son procesos que históricamente se presentan como prácticas sociales privilegiadas de proyectos e intereses políticos bien definidos y delimitados, y uno de sus principales medios para incorporar y modificar estrategias que afectan directamente el proceso de enseñanza–aprendizaje son los contenidos curriculares de los planes y programas. Así mismo, las reformas también están directamente relacionadas con la formación docente, y se circunscriben a la dinámica de los sujetos al interior de las estructuras políticas. De tal forma, dentro de la historia de la educación en México, podemos localizar a “la figura del maestro como el sujeto clave e ideal para realizar la tarea de preparación de las nuevas generaciones” (Arnuat, 1998). Es así que la pedagogía no sólo describe hechos; sino también investiga los valores, fines e ideales de la educación. Educar equivale tanto como cultivar, formar, integrar. En esta perspectiva se pretende que el educando adquiera cierto modo de vida considerado como valioso, digno, ideal; como algo que debe ser, y esto, precisamente porque aún no lo es. Toda reforma educativa supone una etapa para alcanzar un ideal que realizar. ¿En qué consiste este ideal, este fin? La educación del hombre reclama ciencia y moral, arte y religión, etc. ¿Cómo se descubren y fundamentan los valores, fines e ideales de la educación? Sólo el ser humano se pone así mismo fines, en particular como educador. ¿Hacia dónde vamos con las ofertas educativas que ofrecen nuestras instituciones tanto públicas como privadas?, ¿y a dónde iremos a parar con este discurso politiquero de ofertas educativas dentro de los discursos políticos si sólo son eso, simples artificios de discurso en la condición pedagógica? 

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