De qué hablamos cuando hablamos de
Nuevos escenarios mediáticos
Por: Óscar Álvarez Valera[1]
Se
denomina Digitalización al proceso de transición de medios analógicos a
digitales. En México sufrimos recientemente de este proceso con el cambio de la
recepción de canales de la señal de televisión abierta, si bien, es verdad que
nos dieron más y nuevos canales, también es verdad que las empresas que siempre
han sido dominantes en este sector lo siguen siendo, al menos esta vez podemos
presumir de tener más opciones para poder entretenernos “sanamente”.
Lev
Manovich sitúa a los nuevos medios como una convergencia que se dio a través de
la historia gracias a la informática y la mediática, desde la máquina analítica
de Badagge, diseñada para facilitar las operaciones matemáticas; hasta las
computadoras cuánticas que, gracias a la superposición, un comportamiento
físico particular, esta nueva computación puede resolver problemas que ni toda
la memoria de computación convencional podría solucionar al día de hoy, partiendo
también desde el Daguerrotipo creado en 1893 hasta llegar a poder reproducir
películas desde nuestros dispositivos y reproducirlos en nuestra pantalla o
computadora con tan sólo deslizar el contenido desde la pantalla de nuestro
dispositivo móvil.
El
mismo Manovich propone 5 principios para los nuevos medios:
1. Representación numérica. Propone que
los nuevos medios se componen por un código digital que puede ser sometido a
manipulación algorítmica, de esta manera los medios se vuelven programables.
2. Modularidad. Está compuesta por
elementos que se pueden aislar, cada una de las partes es independiente y
pueden componerse por otras más pequeñas.
3. Automatización. Permite automatizar
algunas operaciones implicadas en la creación, manipulación y acceso a los
nuevos medios, también ayuda a acceder de forma rápida y organizada a una gran
cantidad de información, implica creación, almacenamiento y recuperación.
4. Variabilidad. Los objetos de los nuevos
medios se encuentran en permanente construcción, puede existir una infinidad de
versiones de estos, mayor personalización, dinamismo y distribución.
5. Transcodificación. En esta parte,
podríamos pensar en los nuevos medios como dos capas paralelas que funcionan
juntas: la cultura y la información, intercambiando de formatos, lenguaje e
incluso ideas una con la otra.
Sin
analizarlo de más, los nuevos medios nos facilitan la vida, incluso, ya saben
más que tú mismo qué es lo que quieres ver, cuál es tu estado de ánimo e
incluso qué se te antoja para comer, lo bueno que esto lo hacen de una manera
desinteresada, sin ningún motivo extra, sin ninguna intención de control,
¿verdad?
Zygmunt
Bauman era sociólogo, él había acuñado los conceptos de modernidad líquida,
sociedad líquida o amor líquido para definir el actual momento de la historia
en el que las realidades sólidas de nuestros abuelos, como el trabajo y el
matrimonio para toda la vida, se han desvanecido. Y han dado paso a un mundo
más precario, provisional, ansioso de novedades y, con frecuencia, agotador.
Para
Bauman, la mayor preocupación de nuestra vida social e individual actualmente
es cómo prevenir que las cosas se queden fijas, que sean tan sólidas que no
puedan cambiar en el futuro. No creemos que haya soluciones definitivas y no
sólo eso: no nos gustan.
En
la actualidad, tenemos la oportunidad de estar en nuestra cama y usar un
servicio que te trae la comida que quieras hasta la comodidad de tu puerta,
podemos comprar ropa, videojuegos, calzado, libros, discos… sin necesidad de
acudir al supermercado. La empresa de transporte más usada no tiene ni un auto,
la tienda virtual que más vende no posee ningún artículo.
Así
como la sociedad va evolucionando, los medios de producción y los escenarios
mediáticos también lo van haciendo, es algo que necesitamos, ¿o no?
Cuando
la tecnología nos da algo nuevo los precios también los son, el dispositivo no
podrá ser muy diferente, pero el precio vaya que lo es, y mientras más avances
hay, mas elevados son los costos. Pareciéramos estar atrapados en un bucle en
el que tenemos que trabajar cada vez más para obtener los gadgets más
avanzados, la ropa más fina, el auto más rápido y lujoso, beber en el antro de
moda, comer en el restaurante nuevo de la ciudad.
Cada
vez nos vamos despersonalizando un poco más, con el afán de pertenecer y ser
aceptado en cierto grupo social, nos preocupamos más en tener y aparentar que
en disfrutar. A nosotros no nos conviene, pero seguramente a los dueños del
restaurante, al dueño de la compañía de carros, al de los aparatos electrónicos
más modernos y sofisticados sí. Pero mientras nosotros nos matamos por obtener
su simpatía y sus artículos, ellos ni siquiera saben que existimos, solo somos
un número más, sumando a su cuenta en el banco.
Entonces,
los avances que se van dando no son a nuestro beneficio, sino más bien, a una
narrativa de consumismo en la cual estamos inmersos desde que nacemos, y si,
adivinaron, hasta por morir nos van a cobrar.
[1] El presente trabajo es resultado
de una actividad de materia de Nuevos Escenarios Mediáticos de la Licenciatura
en Comunicación de la FCcom-BUAP, impartida por el Mtro. Hugo Isral López
Coronel.