Las Tonalidades del Alma
Laura Margarita Sánchez Peña
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Fuente de imagen: http://mensajesdelsur.blogspot.mx |
I
-¡Por fin viernes! –Dijo Karime, cuando salió de la
universidad rumbo a casa. El camino fue pesado, ella recordaba, mientras se
sentaba en un asiento vacío junto a la ventanilla del camión, que las clases de Farmacología habían estado
más complicadas que la semana pasada, recordaba con cierto desconsuelo el día
que su papá le sugirió que estudiara Medicina y se especializara en
Psiquiatría, cuando ella no acertaba con sensatez lo que sería mejor estudiar.
Había vivido escuchando durante toda su
vida, quizá con más
precisión durante su adolescencia, algunas historias sin nombre que a veces su papá contaba de su trabajo con pacientes y la verdad que eso de curar con medicina los padecimientos psicológicos siempre le pareció una medida drástica, aunque necesaria, sin embargo, creía que tal vez sería bueno encontrar un placebo que sustituyera tanta fórmula graduada en miligramos que pudiera tener el poder mágico de aliviar tanto padecimiento humano, porque realmente se preguntaba sin respuesta: ¿En qué momento las personas pierden la cordura y su conducta se transforma en conflictiva y viven con sufrimientos? Nadie le daba luces en el camino a sus pensamientos, lo único claro que creía era que actualmente existían más alteraciones en todas las personas y que por el momento parecía que poca gente se podía salvar del caos mental que lograba provocar con éxito las exigencias del mundo moderno; por supuesto, que ella también se incluía en el grupo, así que, lo único que brillo en su mente saturada era que lo más saludable sería olvidar los textos, la gravedad de las personas, los debates con los compañeros de clase, las sugerencias de sus maestros y hasta los consejos de su papá cuando le hablaba de las prácticas de terapias. Por lo menos, quería sentirse libre un fin de semana, el tiempo era corto y la vida tenía que aprovecharla, después de todo se había dado cuenta que la mente a veces funcionaba mejor con algunos engaños.
precisión durante su adolescencia, algunas historias sin nombre que a veces su papá contaba de su trabajo con pacientes y la verdad que eso de curar con medicina los padecimientos psicológicos siempre le pareció una medida drástica, aunque necesaria, sin embargo, creía que tal vez sería bueno encontrar un placebo que sustituyera tanta fórmula graduada en miligramos que pudiera tener el poder mágico de aliviar tanto padecimiento humano, porque realmente se preguntaba sin respuesta: ¿En qué momento las personas pierden la cordura y su conducta se transforma en conflictiva y viven con sufrimientos? Nadie le daba luces en el camino a sus pensamientos, lo único claro que creía era que actualmente existían más alteraciones en todas las personas y que por el momento parecía que poca gente se podía salvar del caos mental que lograba provocar con éxito las exigencias del mundo moderno; por supuesto, que ella también se incluía en el grupo, así que, lo único que brillo en su mente saturada era que lo más saludable sería olvidar los textos, la gravedad de las personas, los debates con los compañeros de clase, las sugerencias de sus maestros y hasta los consejos de su papá cuando le hablaba de las prácticas de terapias. Por lo menos, quería sentirse libre un fin de semana, el tiempo era corto y la vida tenía que aprovecharla, después de todo se había dado cuenta que la mente a veces funcionaba mejor con algunos engaños.
II
El camión se detuvo y ella bajo a tres calles de su casa,
caminó y pasó junto a la “Nostalgia de la vida”, era una tiendita de tiradero
de libros abandonados y que se vendían por cualquier cantidad insignificante de dinero.
La gente de las colonias cercanas iban a
dejar ahí los libros que les estorbaban en el librero de sus casas o quizá les
movía un sentimiento más altruista de que otras personas pudieran tener una
buena lectura o la necesidad de que les pudieran dar unos cuantos pesos para
darse el gusto de otras diversiones, en fin, el averiguar los motivos ya no era importante para las intenciones de
Karime que efectivamente sintió nostalgia por esos libros y se sintió atraída a
entrar y ver si encontraba algo que le gustará. Empezó a ver que los libros
estaban mezclados entre Contabilidad, Derecho, Medicina, Literatura, Sociología,
Pedagogía, Astronomía, Filosofía, Música, Pintura y hasta temática deportiva.
En el fondo de la tienda había unos libros que parecían
no entrar en ninguna de las clasificaciones anteriores, entre estos Karime
encontró un libro que se llamaba: “Las tonalidades del alma”, no tenía autor y
el libro tenía la pasta blanca y sucia, algunas hojas estaban rotas de las
orillas, no tenía el año de su publicación y llena de curiosidad decidió llevárselo.
Le pregunto al Sr que atendía la tienda: ¿Cuánto costaba
ese libro? A lo que el Sr. respondió que era gratis, pues los libros del fondo,
en su mayoría no estaban completos debido a que no todos estaban bien
empastados y varias hojas se habían perdido con el transcurso del tiempo, pero
le deseo que por lo menos el suyo pudiera estar entendible y completo. Karime
de todas maneras se lo llevo con gusto.
III.
Karime llego a casa con su nuevo amigo, el libro que ella
había escogido, se sentó en el sofá de la sala y empezó a leer el epilogo:
“La felicidad es la tonalidad del alma que tiene todos
los colores y se encuentra dentro de ti mismo”. Si quieres encontrarla tendrás
que platicar con los siguientes
personajes: Sinceridad, Tiempo, Amistad, Amor, Tristeza y Soledad, pues todos
ellos forman parte de la felicidad.
La segunda hoja decía:
Todo empezó cuando Felicidad convocó a su equipo de
trabajo, les dio una cena y les dijo: -La gente en el mundo anda confundida,
pues ya entre nosotros no existe armonía
y es el hecho de que la gente reduce su vida a “momentos que no los hace sentirse completos”. Hay
quienes gozan mucho de alguno de ustedes pero de manera inconstante, cuando
alguno de ustedes interrumpe a otro, la persona empieza a sentirse confundida y
desesperada, entonces ya no sabe qué hacer y vive pensando que hasta lo bueno
de sus vidas pasará pronto.
-Hoy quiero-dijo Felicidad, que cada una de ustedes exponga sus razones y
lleguemos a un acuerdo.
Sinceridad dijo: -A veces me cuesta trabajo decir la
verdad, aunque esa es mi chamba, cuando estoy con Amistad y Amor, me complico
en la mente de la persona, pues estos dos compañeros generan tanta química rosa
que aminoran mi trabajo, sobre todo Amor; en cambio cuando trabajo con Soledad,
la cosa cambia pues me meto en el interior de la persona y la invito a que
realmente me llame, sin embargo, a veces vengo cuando Tristeza quiere
instalarse y algunas veces esta compañera exagera con su tono azul marino y de
todas maneras ya no logro que nadie me escuche. Me siento incomprendida.
Tiempo dijo: -Yo no creo tener gran problema con los
compañeros, hasta efectos medicinales tengo con las personas que me esperan en
sus recuerdos y en sus procesos de curación cuando Amor se aleja de ellos, que sería el único con
quien tropiezo más seguido y me cuesta mucho trabajo curar esas heridas con las
que a menudo me encuentro.
Amistad dijo: - Pues yo le sonrió a todos, claro que con
Soledad no me llevo mucho, aunque debería de llevarme más, pues reconozco que
en el silencio también se construyen cosas hermosas que hasta fortalecen un carácter.
Tristeza dijo: -A
mí, nadie me quiere y quien vive sólo
conmigo hasta puede enfermarse, sin embargo, yo soy consecuencia de la ausencia
de Amor y Amistad, no me propongo hacer
daño, pero cuando ya va pasando Tiempo, este ingrato no es para llamarle a las
otras dos con más interés y liberarme a mí.
Amistad le interrumpió: - Es que casi siempre ando
divirtiéndome por ahí y la verdad con frecuencia me pasó de frente cuando noto
una cara triste. Perdóname Tristeza, de hoy en adelante cuando te vea iré a
cambiarte pronto.
Soledad dijo: -Yo soy el ingrediente más filosófico de
todos ustedes, conmigo entra la reflexión, Tiempo casi se detiene frente a mí, Amor y Amistad son más
valoradas cuando estoy yo, sin embargo, coincido con Tristeza, cuando nadie
llega a cambiarnos pronto nuestro estado se vuelve enfermizo.
Amor dijo- Pues yo soy
muy sensible y al mismo tiempo muy fuerte. A veces quiero llegar con
Tiempo y Amistad en las citas con las
personas pero ellos no están conmigo y si sólo tengo a Soledad y Tristeza pues
como que no me nivelo y la verdad me doy a la fuga.
De pronto Felicidad interrumpió- ¡Calma compañeros! -Ahora
que ya todos nosotros sabemos nuestras debilidades, ya pueden darse cuenta que
tienen que estar todas juntas dentro de una persona, no pelearse entre ustedes,
apoyarse y cuando vean que una permanece más en una persona será momento de que
cambien sus roles, sólo así podremos conseguir que las personas no se destruyan
ellas mismas o en contacto con otras personas.
IV
-Karime, Karime. –Se escuchó una voz. –Era su papá. –Hija,
hace rato que te llamó. ¿Qué haces?
-Estoy leyendo un libro que me ha dejado una lección. Aún
no lo termino papá, pero he comprendido hasta ahorita que la mejor medicina para cualquier persona
que se sienta mal de su ánimo es hablarle de los ingredientes de la felicidad e
invitarla a que no trate de sanar las ausencias sino a que comprenda que los
demás compañeros de la felicidad se han retrasado un poco en su vida porque
quizá aún no terminan de ponerse de acuerdo entre ellos o quizá porque siguen
teniendo una charla con una cena muy amena. Pero pronto llegaran y sanaran
viejas heridas.
Me parece interesante el cuento, tiene un mensaje para todo lector, además de que lo encontré ortográficamente bien. Felicidades por esta publicación y a su autora de este cuento. Que siga así para crecer literariamente
ResponderEliminarGracias por el comentario, el grupo Óclesis agradece la comunicación; haremos extensiva la felicitación a la autora.
EliminarSaludos.
Excelente! hay que atreverse, de nada sirven los cuentos guardados, a publicar!!! Saludos y abrazo!!!
ResponderEliminarGracias Juglar; fraternales saludos.
EliminarGracias Juglar; fraternales saludos.
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