LO LABORAL ANTE LA CIRCUNSTANCIA
Y EL CONOCIMIENTO
Paco Echeverría
Óclesis
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Es famosa la frase del filósofo
José Ortega y Gasset que reza: “Yo soy yo y mi circunstancia”, que puede leerse
como si dijera: “yo soy yo y todas mis relaciones”, sobre todo las más
próximas, y no sólo las “más importantes”, sino incluso las que solemos pasar
inadvertidas, las llamadas “cosas más sencillas de la vida” (Morales, 2012,
vol. III: 44). Sin embargo, cabe aclarar que no somos víctimas de las
circunstancias, éstas no nos pueden determinar. Al contrario, dice Ortega: “las
circunstancias son el dilema ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que
decide es nuestro carácter”. En
efecto, Rafael Limón Vigoritto, coach en
desarrollo humano y capacitación y autor de Cómo
triunfar con el mínimo esfuerzo (Panorama, 2011), nos dice lo siguiente:
“Nuestra
libertad también se ve afectada por las circunstancias, pero no somos esclavos
de ellas. Recuerdo cuando obtuve el puesto de Director de área de una
universidad en México. Me sentía feliz cuando comencé a trabajar ahí; las
personas eran eficientes, inteligentes y con gran espíritu de trabajo en
equipo. Parecía el empleo ideal, pero me di cuenta de que había cierta
competencia con respecto a quién se quedaba más tarde en la oficina. Mi horario
era hasta las 7 pm, sin embargo, nadie se retiraba a las 7 pm y era una especie
de prueba de honor quedarse
trabajando más tarde. Casi todos los días salía yo a las 9:00 o 9:30 de la
noche, además recibí la indicación de asistir los sábados y, más adelante,
también los domingos. Me di cuenta de que estaba perdiendo mi libertad.
“Cuidado
con esas circunstancias. ¿Valen la pena? En mi opinión, no, por lo cual
renuncié, decisión de la que no me arrepiento. No estoy diciendo que si tienes
un trabajo absorbente, renuncies, sino que te liberes de la idea de mantener
ese empleo en el que te esclavizan o te tratan mal, porque ‘la situación es
difícil’ y ‘no hay chambas’… libérate de estos conceptos; tú mereces lo mejor,
convéncete de ello y analiza si tus circunstancias están coartando tu libertad,
para que planees hacer un cambio al respecto, por ti, por tu familia, por tu
futuro.
“Todos
crecimos en un ambiente y circunstancias que no escogimos; éstas circunstancias afectan nuestra manera de
pensar; aprendemos ciertos conceptos o verdades que nos acompañan al
enfrentarnos a la vida, los cuales se van arraigando en nuestro subconsciente:
‘El dinero no nace de los árboles’, ‘la vida no es fácil’, ‘lo importante no es
lo que conoces, sino a quiénes conoces’, ‘ser rico es malo’, ‘hay que tener los
pies en la tierra’ y muchas más. Estos conceptos, mucho más que las
circunstancias, nos limitan para alcanzar nuestros objetivos, a pesar de que,
muchas veces, sentimos que son las circunstancias las que determinan nuestro
destino”.
Hasta
aquí Limón Vigoritto coincide con Ortega y Gasset en que cada uno de nosotros,
aplicando la razón, podemos trascender la circunstancia, porque para el
filósofo español no hay otro modo de conocimiento teorético que el racional.
Esta es la teoría del conocimiento orteguiano. Pero no debemos olvidar el conocimiento
que proporciona la praxis, que como
bien decía el filósofo alemán Karl Marx, es la auténtica actividad
teórico-practica por la cual el hombre transforma la realidad, y por ende puede
transformar las circunstancias surgidas de ese constructo de dominación y
explotación de la que surgieron dichos acontecimientos. Sólo podemos afirmar la
verdad de lo pensado cuando lo realizamos en el mundo. Una teoría únicamente metafísica
de la realidad resulta falsa. Por ello el hombre se realiza como tal al humanizar la realidad, realizando su praxis. Por tanto esta realidad externa —también
sus circunstancias—existe como forma social producida por el trabajo humano y
no como algo natural.
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