domingo, 29 de diciembre de 2013

Un poco de diversión
Por: Laura Lima


Fuente de imagen:
http://neuroniando.blogspot.mx/2010_10_18_archive.html

Cuando la vi le troné la cabeza como a la de una gallina y poco a poco le fui arrancando cada parte de su cuerpo. Eso se merecía, ¿no? Suspiré y me sentí la mujer más dichosa en este maldito mundo terrenal. A decir verdad, guardé la cabeza en una bolsa negra de basura la cual olvidé en casa cuando iba saliendo de rápido porque tenía otro encargo.
Días después llegué a casa, me tapé nariz y boca porque percibí un olor inolvidable, llevé la bolsa al patio y finalmente saqué la asquerosa cabeza. Vi que los ojos me estaban mirando, tomé un fierro y troné los dos ojos de la delicada cabeza, ¿Quién se creía? ¿Con qué derecho me veía?
Después, vi que se estaba riendo y no lo toleré. Tomé la pala y le zafé sus amarillentos dientes. Me metí a la casa por unas tijeras a hacer lo que faltaba, claro, hacerla un poco de estilista. Por cierto, el corte le quedó ¡muy bien! Imagínate sin ojos, los dientes mochos y un buen corte.
Ya cansada de tanto pensar y trabajar, nuevamente entré a la casa, me puse mi chamarra nueva para tomar la foto del recuerdo.

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