jueves, 19 de julio de 2012




Pérdida de la Realidad

Aún cuando sus pasos retumban en la escalera, la luz es blanca e ilumina el cubo, su mano toma el barandal y la otra siente el polvo de la pared... Se pierde en una dimensión extraña. Camina sobre sus pasos, con el déjá Vú de todos los días... –hoy ya había pasado por aquí– los arcos fantasmales de las puertas se encojen tan rápido que tiene que apresurar el paso para estar del otro lado antes de que estos desaparezcan... y ahí está, como otras veces... una voz que le repite "es un engaño... no es real... es una fantasía..." y despierta sudoroso, era tan real, las imágenes y las figuras, los brazos extendidos hacia él disolviéndose en el aire, desmaterializándose, corrió para tomarlos, para finalmente terminar con las yemas humeantes... se escapaba de la realidad, estaba ahí pero ya no, ni rastro, desperté cuando despertó, abrí los ojos y la habitación aún estaba ahí y pude escuchar su corazón acelerado y casi sentir la gota de sudor recorriendo la sien, pasé el revés de la mano por la frente... no había nada.
Se levantó y enjugó la frente. El pasillo no terminaba de reflejarse en sus ojos y miró al fantasma dentro de su cama, solo la miró, no quería que se volviera a desvanecer, en eso estaba cuando las muros empezaron a escurrirse sobre su manos, podía sentirlo, la pesadez de la realidad caía sobre él sin más remedio que el desapego, podría no notarlo para no darse cuenta o podría tratar de detener el magma en que se habían convertido esas paredes.
Traté de descifrarlo, cerré los ojos e intenté volver a soñar, solo imágenes borrosas... voces... risas infantiles... sollozos... ecos... pasitos... -¡papá!-... escuché una voz, abrí los ojos y no había nada.


Eduardo Bautista
Puebla, Pue. Agosto 27, 2009


Fotografía extraída de: http://www.pcworld.com.mx

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