sábado, 21 de julio de 2012


MARIDAJE ECONOMÍA POLÍTICA-LITERATURA COMO EJERCICIO DE LIBERACIÓN SOCIAL[1]

Noé Cano Vargas
Óclesis

En el reciente taller académico organizado por Óclesis. Víctimas del artificio llamado “El papel de la literatura en los cambios sociales” (Mayo, 2010), los asistentes tuvimos la oportunidad de presentar diversos trabajos en los que hicimos una especie de balance y "repaso" de lo que se ha hecho con respecto al papel que desempeña la Literatura cuando va más allá del simple goce espiritual o intelectual, tal y como lo dice la escritora Laura Angélica Martínez en las siguientes palabras: “Aquello del arte puro, de l’art pour l’art o de la literatura y la poesía como armas cargadas de futuro, son afirmaciones que en épocas de globalización y cambios tecnológicos nos obligan a cuestionarnos si hay una retórica al preguntarse si han contribuido a algún cambio profundo en las últimas décadas” (Martínez, 2009).
            Pero, para que estas últimas décadas se nutrieran de esa función crítica de la literatura que rompiera con la lánguida y pasiva idea de l’art pour l’art (arte por el arte: la irrealidad es condición del arte), se necesitó del empuje de numerosos cerebros que reflejaron una actitud comprometida a través de su pluma, contribuyendo a la preocupación del quehacer político y social de su país y del mundo, asuntos que hay que despejar, sólo que éste en particular, causa agrios debates.
Desde el siglo XVI, cuando la expansión y crecimiento generalizado en toda Europa (ocasionado principalmente por el expansionismo del Imperio Otomano y del Imperio Habsburgo, las guerras de España con Francia, con los Países Bajos y con Inglaterra.), genera aquel momento que Immanuel Wallerstein llama el sistema-mundo, también conocido como economía-mundo capitalista. Y será este esquema el que daría paso a que las ideas económicas necesitaran difusión por medio del periodismo y la literatura para llegar al público; esta situación nos permite aseverar que la economía no está al margen del clima cultural en el que se forma y divulga, y en ese clima cultural la literatura desempeña un papel importantísimo: los escritores tienen cosas que decir sobre la economía, y hay creaciones literarias que podemos entender mejor si nos fijamos en lo que dicen entrelíneas las estructuras socioeconómicas (Perdices y Santos, 2007).
Por ello, hubo casos de obras literarias escritas con la finalidad de propagar ideas sociales, el compromiso social de generar pensamiento crítico a las futuras generaciones para que crecieran en condiciones de igualdad y de libertad. La práctica literaria, se diga lo que se diga, implica ubicarnos en una posición política, de ahí que nosotros como profesionales de la educación debemos asumir el compromiso de una narrativa que se base en principios de diálogo, reflexión, tal como lo propone Justo Sotelo, quien, economista de línea keynesiana y literato a la vez, sigue la siguiente fórmula liberadora: “ajeno muchas veces al tedioso abismo administrativo de las universidades, tantas veces llenas de hombres y mujeres grises […] sigue la máxima de Luis Buñuel cuando dice que ‘la moda es la manada, lo interesante es hacer lo que a uno le da la gana’”.
Y es importante destacar que no será únicamente el caso de los hombres, sino también el de las mujeres, como lo podemos apreciar en la obra de la economista política y escritora inglesa Harriet Martineau, quien inspirada en la lectura de Conversaciones sobre Economía Política de Jane Marcet, su consciencia le dictó el deseo de dar a conocer los principios que este libro recomendaba, pero con la particularidad de que dicha información la daba a conocer a través de la Literatura.
De este modo el tema principal de sus escritos sería la Economía Política, dando nacimiento a una colección de folletos organizados sistemáticamente, que finalmente resultaron en 25 novelas, entre la que destaca, Illustrations of Political Economy (Ilustraciones de economía política, 1832), donde presenta los conceptos y explicaciones sobre la producción, la distribución, el consumo de la riqueza y el comportamiento y contradicciones que tendrían en los pobres. Su mayor influencia fueron las tesis económicas de James Mill, pero básicamente, la teoría económica que describe es completamente la de David Ricardo.
Hija de una familia de hugonotes franceses[2], Martineau había recibido una esmerada y muy completa educación, conversaba varios idiomas, estudió matemáticas, física, historia y astronomía. Se dedicó al estudio de la filosofía y de las ciencias sociales. Una formación, muy superior a la mayoría de las mujeres de su tiempo. Tras la muerte de su padre, en 1825, Harriet comenzó a trabajar bordando y a escribir en periódicos, lo que le dio independencia y prestigio, algo difícil de conseguir, para una mujer soltera, en esa época.
Gran defensora de los derechos de la mujer, considera que la educación general es la salvación de la sociedad: aconsejaba educar de forma equivalente a niñas y varones, pues las capacidades intelectuales eran las mismas. Viajó en 1834 a Estados Unidos donde apoyó activamente el movimiento abolicionista y proclamó muy duramente la diferencia entre los caballos y los esclavos: los dueños de los caballos no abusaban sexualmente de ellos. Aunque partidaria del laissez-faire y de la imposición directa, también defendió el derecho a la sindicación y a la huelga, postura muy poco habitual entre los economistas de su época.
Años más tarde, hizo un largo viaje por Oriente Próximo, Egipto y Jerusalén y sus experiencias las volcó en un libro publicado en 1848. Durante varios años colaboró con el periódico Daily News, escribiendo más de 1000 artículos. Al caer gravemente enferma, en 1855, escribió su Autobiografía, editada un año después de su muerte, la cual ocurrió en 1876.
En conclusión podemos decir que Martineau la gran enseñanza de esta mujer extraordinaria es el trabajo sistemático y metodológico que realizó para dar a conocer las investigaciones sociales y económicas mediante un estilo literario, un fino trabajo sociológico que muchos de nosotros como docentes nos debe inspirar para llevar a cabo nuestra tarea de manera comprometida, curiosa y abierta a las corrientes de la época que nos tocó vivir, y que en más de una ocasión se nos torna kafkiano.
            Que sirva este trabajo para motivar a Óclesis. Víctimas del Artificio el acercamiento sistemático de la obra de esta mujer —tanto novelesca como periodística— y a la difusión de su legado, de su originalidad, de su vocación y su compromiso político.


BIBLIOGRAFÍA

MARTÍNEZ, Laura Angélica (2009): “Destripar la realidad, labor para bisturí de la literatura y el arte”, en SDP Noticias (México),  http://sdpnoticias.com/sdp/contenido/2009/05/12/396813
O´BRIEN, D. O. (1989): Los economistas clásicos. Madrid: Alianza Universidad.
PERDICES DE BLAS, Luis y Manuel Santos Redondo (2007): Economía y literatura. España: Cartoné.
WALLERSTEIN, Immanuel (2006): Análisis de sistemas-mundo. Una introducción. Madrid: Siglo XXI Editores.


[1] La lectura de la presente ponencia se llevó a cabo dentro de las “Jornadas Ocléticas” de Mayo de 2010 que organiza el grupo literario-filosófico Óclesis. Víctimas del Artificio. En esta ocasión bajo la temática de “El papel de la literatura en los cambios sociales”.
[2] Nombre que se le aplica a los seguidores de la doctrina protestante de Jean Calvino en Francia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario