Por: Hugo Coronel.
Oclético
El intento de construir un concepto de la vida – muerte, o
bien si se quiere muerte – vida, es uno de lo temas más acuciantes en muchos de
los quehaceres del ser humano, entre ellos el arte. La vida (del latín vita) es
un concepto abstracto y por tanto difuso y difícil de definir. Por esto se
suele definir en contraposición a la no vida o lo inerte, especialmente
aludiendo a las propiedades diferenciadoras. La frontera entre lo vivo y lo no
vivo tampoco está clara, como tampoco está clara la frontera entre la vida y la
muerte, haciendo difícil determinar cuando acontece exactamente esta última.
Todas las definiciones de muerte plantean dilemas aún sin
resolución. Contra lo que supone el sentido común, muchas veces la frontera que
separa la vida de la muerte es difusa y difícil de establecer. La existencia
del ser humano y su relación con el mundo terrenal es la temática del nuevo
trabajo en teatro que presenta el grupo Óclesis. Veinte puede ser cualquier
cifra, cualquier paradigma, cualquier asignación para intentar definir una
experiencia vivida. El tiempo no es tajante; la muerte no es el final ni el
principio. El ahora sólo existe, es el momento de tomar la decisión y morir
para liberarse en la eternidad con el traslado desde el mundo onírico al plano
teatral, que en palabras de su propio autor, Miguel Ángel Vega, 20 días es la
intención de despertar en el espectador una perspectiva emocional; las acciones
son reales, es llevar el texto al contexto real (una realidad reconstruida), ya
que la magia envuelve a la obra. Ahora, el telón se abre...
Abrir espacios para
la creación y difusión artística teniendo como rectora a la lengua, imagen
primigenia del pensamiento, es uno de los objetivos del grupo Óclesis. Somos
los que pensamos que somos. Una enfermedad que nos sana, que nos aglutina en la
espiral entre un mar lineado, amodorrados en las vertientes que el artificio
humano nos deja... Y entonces, nos reconocemos entes envenenados en la multitud
paradójica de nuestro ser, aquí: no escritores, no artistas, no eruditos;
simple manifestación de los que no son porque están siendo.
...”Después del aplauso o del silencio como respuesta
del público que presencia el arte dramático, los actores regresan de ese plano
volátil donde se toma prestada la vida de uno o más personajes, ese momento
mágico que se contrae en la vida del espectador queda abandonado sólo en el
recuerdo”[1]...
Óclesis es un proyecto que nace de la inquietud artística
de quienes lo integran. Su primera materialización es en el teatro con una
serie de presentaciones en la línea del performance. Más tarde, se integra a
las actividades del grupo la realización de lecturas comentadas; y como primer
foro, la Facultad
de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla para
luego contar con residencia permanente en el Centro Cultural Creciente con
domicilio en 11 oriente 205. Poco después la Revista Óclesis, de publicación trimestral y que
en estos días està presentando su segundo nùmero y que representa una faceta
más de este compromiso con la palabra, que bajo la enfermedad causada por la
aglomeración de la gente nos amalgama en la esfera del principio. Somos la
ficción de nuestro discurso, entes víctimas del artificio.
Imagen: Fragmento de logotipo Óclesis.
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