lunes, 23 de julio de 2012

20 días



Por: Hugo Coronel.
Oclético

El intento de construir un concepto de la vida – muerte, o bien si se quiere muerte – vida, es uno de lo temas más acuciantes en muchos de los quehaceres del ser humano, entre ellos el arte. La vida (del latín vita) es un concepto abstracto y por tanto difuso y difícil de definir. Por esto se suele definir en contraposición a la no vida o lo inerte, especialmente aludiendo a las propiedades diferenciadoras. La frontera entre lo vivo y lo no vivo tampoco está clara, como tampoco está clara la frontera entre la vida y la muerte, haciendo difícil determinar cuando acontece exactamente esta última.
Todas las definiciones de muerte plantean dilemas aún sin resolución. Contra lo que supone el sentido común, muchas veces la frontera que separa la vida de la muerte es difusa y difícil de establecer. La existencia del ser humano y su relación con el mundo terrenal es la temática del nuevo trabajo en teatro que presenta el grupo Óclesis. Veinte puede ser cualquier cifra, cualquier paradigma, cualquier asignación para intentar definir una experiencia vivida. El tiempo no es tajante; la muerte no es el final ni el principio. El ahora sólo existe, es el momento de tomar la decisión y morir para liberarse en la eternidad con el traslado desde el mundo onírico al plano teatral, que en palabras de su propio autor, Miguel Ángel Vega, 20 días es la intención de despertar en el espectador una perspectiva emocional; las acciones son reales, es llevar el texto al contexto real (una realidad reconstruida), ya que la magia envuelve a la obra. Ahora, el telón se abre...
 Abrir espacios para la creación y difusión artística teniendo como rectora a la lengua, imagen primigenia del pensamiento, es uno de los objetivos del grupo Óclesis. Somos los que pensamos que somos. Una enfermedad que nos sana, que nos aglutina en la espiral entre un mar lineado, amodorrados en las vertientes que el artificio humano nos deja... Y entonces, nos reconocemos entes envenenados en la multitud paradójica de nuestro ser, aquí: no escritores, no artistas, no eruditos; simple manifestación de los que no son porque están siendo.  
...”Después del aplauso o del silencio como respuesta del público que presencia el arte dramático, los actores regresan de ese plano volátil donde se toma prestada la vida de uno o más personajes, ese momento mágico que se contrae en la vida del espectador queda abandonado sólo en el recuerdo”[1]...

Óclesis es un proyecto que nace de la inquietud artística de quienes lo integran. Su primera materialización es en el teatro con una serie de presentaciones en la línea del performance. Más tarde, se integra a las actividades del grupo la realización de lecturas comentadas; y como primer foro, la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla para luego contar con residencia permanente en el Centro Cultural Creciente con domicilio en 11 oriente 205. Poco después la Revista Óclesis, de publicación trimestral y que en estos días està presentando su segundo nùmero y que representa una faceta más de este compromiso con la palabra, que bajo la enfermedad causada por la aglomeración de la gente nos amalgama en la esfera del principio. Somos la ficción de nuestro discurso, entes víctimas del artificio.  

Imagen: Fragmento de logotipo Óclesis. 


[1] “La perpetua paradoja del teatro...” en Óclesis, núm. 1. pág. 3, Puebla. México. 2005.

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