Francisco de Arcaya y Compludo nació en Vitoria en 1492, perteneció a la Orden mendicante de los Predicadores; tuvo amplios conocimientos
en filosofía-teología y derecho. Se dice que para él no había separación entre
filosofía y teología; al respecto dice Ferrater Mora que “no había en la mente de Vitoria separación entre ambas disciplinas” (Véase
el artículo que dedica a Vitoria en Diccionario de Filosofía) y que remitía
cuestiones de dichos campos al propiamente jurídico.
Sabido es que la dirección de su pensamiento sigue la línea tomista,
pero no se puede decir que sea un mero repetidor pues, a través de dicha base,
sienta sobre ella nuevas problemáticas del momento implicando con ello
necesariamente la redimensionalización de las antiguas doctrinas heredadas a su
bagaje intelectual.
La originalidad teórica de este filósofo español –y por lo que más se le
recuerda- estriba en el tratamiento que hace de los Indios, basándose como es
de obviar, en “una ley que debe conciliar
lo divino y lo natural y no debe jamás anegarse en la mera arbitrariedad” (íbidem).
Así como Sto. Tomás en otro tiempo teoriza al respecto de la ley en sentido
material y formal; en cuanto a su permisibilidad y sus debidas y justas
aplicaciones, del derecho de guerra y demás cuestiones; y detrás de él una
larga tradición (san Isidoro, san Agustín, etc…), así Vitoria toma la palabra e
s tiempo.
Antonio Gómez Robledo dice que “discurrió
sobre lo aprendido, tanto o más de lo que intuyó lo inexplorado” (Véase Vitoria, comentador de Sto. Tomás en
Tomo I, obras completas), de ahí que debamos entenderlo al hilo de la
tradición.
Por lo que a esto toca puede verse la influencia que tienen los
presupuestos y los hilos temáticos en que enraiza dentro de su propio
pensamiento. ¿Qué hubiera sido de Sto. Tomás sin Aristóteles o de Kant sin la
edad moderna?, ciertamente hubieran aportado grandezas por la genialidad de su
espíritu, mas sin embargo, probablemente no hubieran llegado al nivel al que
llegaron por la razón de que en un ciclo vital humano no puede abarcarse la
totalidad eidética que a venido almacenando la humanidad en siglos de reflexión
y enseñanza.
Se nos dice que la tarea de Vitoria era comentar al santo (como Averroes en otro tiempo lo hiciera con
Aristóteles), “y en esto de comentar a Santo Tomás (…) llevó a cabo una
revolución de trascendencia incalculable. Fue innovador comentado” (íbidem).
¿A qué se debe el carácter innovador del trabajo, si se piensa que una
teoría ya está fundada en la verdad?, pues a la aplicación de la misma y su
corrección específica (si lo ha menester) en los matices que sean necesarios
para ello; ya que en la época de Vitoria había problemas de urgencia a
resolver; y eso no indica que fuesen cuestiones no tratadas implícitamente en
lo general por el santo; sino que eran “problemas del mundo moderno que Santo
Tomás no alcanzó a sospechar” aunque en su teoría hubieran sido tácitas de
algún modo.
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Imagen extraída de http://humanismoyvalores.blogspot.mx/2012/05/francisco-de-vitoria.html |
Hay veces en que no es visible para los no iniciados la resolución del
llevar a cabo las acciones del mejor modo en una situación problemáticamente
específica. Esto es que no entiende el puente a la praxis misma, dejando a la
fundamentación de lado e inutilizándose para entender que la teoría en cuestión
no es utopía irrealizable.
Tenemos como prueba de lo antes dicho el trabajo de los críticos pues “Cuando se han contrapuesto y aquilatado
todos los textos, los tomistas y los vitorianos, percíbase con meridiana
claridad que la doctrina discriminatoria de los títulos de dominio sobre el
continente americano, está contenida in nuce en la Suma Teológica , si
bien Vitoria la lleve hasta su última perfección, y la aplique genialmente a
las nuevas contingencias históricas” (íbidem. Nota: No representa este
estudio una valoración peyorativa en el sentido de poner a Vitoria por debajo
del santo; sino más bien una justa valoración de la totalidad de su
pensamiento, pues arguye Gómez Robledo que no solo la innovación ideal es la
aportación de Vitoria, sino toda la labor de su vida entera que fue, comentar
al Angélico; tanto es así que ya en su época la Suma Teológica pasó
a ser el texto oficial en los estudios, sin menoscabo del anterior que eran Las Sentencias de Pedro Lombardo.)
Nos parece corta pero suficiente esta reseña, para darnos una idea como
primer acercamiento al filósofo español, cabeza de la escuela de Salamanca en
sus inicios: Francisco de Vitoria.
Rómulo Ramírez Daza y García
Colaboración a la revista Óclesis
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