jueves, 26 de julio de 2012

La Náusea


Por: Hugo Coronel

Óclesis


La trama de esta novela no se desarrolla con una intención puramente literaria, si no que el autor, Jean Paul Sartre, utiliza la forma novelística para exponer los planteamientos de la filosofía existencialista. En su obra, La Náusea, Sartre nos plantea su concepción filosófica a través del personaje central Antoine Roquentin, quien mediante el papel de narrador protagonista, y por medio de un diario, en el que junto a las actividades del personaje, nos permite conocer el pensamiento del autor y reflexionar sobre la “verdadera existencia”.
Roquentin, inicia el relato con el íntimo deseo de plasmar sus días en las hojas de un diario, esperando y cuidando que las palabras no menosprecien o, por el contrario, magnificar los hechos al llevarlos al plano de la escritura. Hombre de 30 años, dedicado al trabajo y por ello a constantes viajes, se encontraba realizando una investigación acerca de la vida de Monsieur Rollebon, aventurero del siglo XVIII, razón que lo lleva de París hacia Bouville, lugar en cuya biblioteca se encuentra la más completa información acerca de este histórico personaje, tema en el que, específicamente, la biografía de este personaje le resultaba a buen grado apasionante. Al llegar a esa ciudad se hospeda en la estancia Rendez-vous des Cheminots, donde vivía completamente solo, sin amistad alguna, salvo con Françoise, patrona de su posada, con quien solamente  mantenía contacto sexual o físico. Sus días transcurrían en la biblioteca de la ciudad, entregado por completo a la investigación de Rollebon, y a paseos casuales por la misma, deteniéndose en algún parque o café para inspirar su pensamiento y cuestionar su planteamiento sobre su existencia; un lugar de su predilección era el Café Mably, sitio que desde entonces a su llegada frecuenta y donde se dedica al análisis de sus propietarios, visitantes, objetos, etc. El tiempo de observación era infinito, toda pequeña figura u objeto servían para que éste pueda exponer sus sensaciones y afirmar que cada uno de estos existen a pesar de sí mismos; cada hombre, actividad o falta de la misma y hasta la misma idea de la vida producían en el hombre un sentimiento de profunda repulsión o, que en palabras del propio narrador, asco, el mismo que lo perturba por todo su cuerpo, al que el autor lo llama "la Náusea", describiendo esta impresión como una repulsión a la cotidianidad, banalidad e hipocresía de la sociedad, causándole el deseo "dulcemente insidioso de enfermarse".
Imagen extraída de:
http://yomismoono.blogspot.es/1225925820/
Regresando a la vida del solitario y analítico Roquentin, falta expresar que su interés y necesidad por su trabajo lo habían separado de Anny, su amor eterno, a quien a pesar de la poca descripción dada, permite conocer un profundo sentimiento, una relación y afecto que sin considerar la distancia se mantenía presente. En la biblioteca, conoce al Autodidacta, hombre de grandes conocimientos, entregado pasionalmente a la lectura, con quien mantiene una relación no cercana a la amistad pero con ciertos encuentros, un almuerzo representa la única ocasión en la que estos pudieron hablar, compartir su ideología y discutir a causa de la misma. Un día, inesperadamente, Roquentin recibe una carta de Anny, en la que expresa en breves palabras su deseo por verlo, y adjunto a ésta, la fecha y el lugar en el que se hospedaá. Este, colmado de expectativas y esperanzas, aguarda por el pronto encuentro con su amada, buscando inconscientemente en ella una salvación a sus náuseas. Mientras transcurre el tiempo de espera, su interés por la biografía de Rollebon venía agotándose, acabando por hartarlo, razón por la cual toma la decisión de aguardar unos días hasta encontrarse con Anny y retornar a París, ya no existía  pretexto alguno para quedarse.
Finalmente, llegó el momento del encuentro, acude al lugar señalado y pronto la observa cambiada, fría, cortante, orgullosa y distante, el tiempo la había separado, e irónicamente aprovecha las circunstancias emocionales para reclamarle por hechos pasados, recordando  discusiones que sólo alimentaron la distancia entre ellos. Tras la conversación y las explicaciones entre ellos, Anny le pide que se vaya, puesto que esperaba a alguien más; Antoine decepcionado en cierto modo, se aleja. No la volverá a ver, apenas la había encontrado y la perdía nuevamente, con las ilusiones desvanecidas camina forzando una nueva casualidad, pero todo concluyó al mirarla partir a lo lejos, acompañada de otro hombre. Roquentin regresó hasta su hotel en Bouville, acudió a despedirse de todo lo que constituyó su vida, sus rutinarios días; en la biblioteca tuvo la oportunidad de encontrarse con el Autodidacta, y frente a la situación que lo instala en la comprensión de que el humanismo de éste personaje, no es más que  vana sensualidad y deseo por los hombres. Finalmente recoge todas sus cosas y retorna a París.
¿Qué nos deja esta “novela” La Nausea de Sartre? Dos puntos, desde mi entender: 1) Identificar el papel del hombre en sociedad y 2) Las debilidades como hombre.
Actualmente, el hombre mantiene un papel histórico, que es cumplir con la sociedad, mantener las leyes y reglas, convivir con lo ya establecido, desenvolverse frente a sus hábitos y costumbres, no olvidar sus responsabilidades, su trabajo, su vida, y "día a día cumplir con lo de todos los días". Esto es precisamente lo que critica Sartre, lo que produce la Náusea, hombres que solamente cumplen una rutina, y monótonamente desarrollan sus quehaceres, individuos que al esforzarse por demostrar su existencia olvidan lo que ésta realmente significa y la opacan con apariencias, búsqueda de superioridad y actos "heroicos". El hombre, como desde hace mucho tiempo, acepta al mundo con sus principios inalterables, su vida casi predeterminada, sus órganos, su naturaleza ordenada y organizada, y en esto se encuentra su papel social, desarrollando así su vida, manteniendo la planificación, la estabilidad dentro de la sociedad. La característica más importante de la primera filosofía de Sartre, expuesta en La náusea a través de su personaje central Roquentin, es, instalarnos en "la vida desde sus más lúgubres colores" y su insípida obscenidad que hace afirmar a éste que hasta la misma idea de la vida le causa el deseo de la "Náusea. Sartre expresa que no es necesario hacer evidente hacia los demás nuestra existencia, no hay que demostrarlo a nadie, ya que simplemente el hombre existe por sí mismo. Así lo expresa él, "soy porque pienso". "La existencia no es algo que se deje pensar de lejos: es preciso que nos invada bruscamente, que se detenga entre nosotros, que pese sobre nuestro corazón como una gran bestia inmóvil; si no, no hay absolutamente nada."
Por otro lado, un aspecto muy interesante en la obra es, que en él no hay el más mínimo esfuerzo por entender el valor de lo social, de la colectividad de los hombres, del fin político de la persona; no hace la menor referencia al desarrollo social, al ambiente mundano, a la historia y se concentra simplemente en el individuo, en su desarrollo y en la repugnancia que éstos pueden producir. Su escritura más que literatura constituye una expresión filosófica, ya que el interés se centra básicamente en su análisis, en el mensaje, haciendo que el relato y la historia pasean a un segundo plano. Y ¿usted, qué piensa de la existencia?

2 comentarios:

  1. El pensamiento existencial como modelo de lógica de vida, más que de una forma de pensamiento destina a teorizar, va más allá de la simple descripción fenomenológica, del solo hecho de anclarnos a la vida a través de nuestros sentidos y privados de todo contacto más profundo; es sumergirnos en la angustia que el aplastante ritmo de lo cotidiano que nos atrapa y muchas veces nos define y conduce. El hecho de escribir un libro como gáncho único hacia la vida, no supone la última esperanza de un condenado que vuelve a nacer, es más bien como la última carta que se tiene que jugar antes de retirarse de la fiesta porque se intuye en lo profundo que es la hora... es una excusa donde no hay nada a que aferrarse, para aplazar la bien sabida y postergada jugada final. La nausea es el invisible compañero umbilical, es la sensación de saberse atrapado tras haber ido demasiado lejos, un malestar ajeno al ignorante feliz.

    La nausea que transmiten las escenas y las sensaciones a través de las palabras en esta obra es un lujo para aquellos que se atreven a vivir porque, quién dijo que las cosas "deberían ser", son y se descubren como tales para quienes tienen el valor de soportar la nausea y saben que el idealismo es anacrónico.

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