viernes, 3 de junio de 2016

La música en la España de los ochenta

Por: Jorge Luis Gallegos Vargas[1]


Fuente de imagen:

https://www.pinterest.com/nitratobcn/musica/
La década de los setenta y ochenta en Europa, fue un reflejo de los movimientos sociales y culturales que se gestaron durante la segunda mitad del siglo XX. En España, tras la muerte de Franco en 1975, la vida de sus habitantes dio un giro: dejando en ellos un sentimiento de vacío al considerarlo como un protector; fue entonces, cuando la juventud madrileña adoptó formas de vida similares a las de Nueva York y Londres.
        En la música, surgieron agrupaciones como Alaska y los Pegamoides –quienes más tarde se convertirían en Alaska y Dinarama y posteriormente en Fangoria–, Parálisis Permanente, Mecano, Nacha Pop, Las Vulpess, Kaka de Luxe, Gabinete Caligari, Radio Futura, Secretos, Décima Víctima, Refrescos, Los Toreros Muertos, Hombres G, Olé Olé, entre otras bandas que exploraron entre el afterpunk, el rock subterráneo y trasgresor. Reaparecieron cantantes como Joaquín Sabina, Miguel Ríos y Luz Casal.
Aunque el centro del movimiento contracultural fue Madrid, rápidamente abrió horizontes hacia las ciudades más importantes de España. En Barcelona surgen grupos como Los Burros, los Rebeldes y Loquillo; en Galicia: Siniestro Total; en la cordillera cantábrica: Duncan Dhu; en el sur: Danza Invisible, Héroes del silencio, Peor Imposible, La Unión. Los sonidos comenzaron a cambiar: se incorporaron ritmos como el techno, el rockabilly, el afterpunk, el reggae, el funk, el pop y el gótico. Radio Futura constituyó el paradigma más importante.
Especial mención merecen las creaciones musicales de Ignacio Canut y Carlos Berlanga, quienes con sus composiciones, acompañadas con la voz  andrógina e imagen punk de la mexicana Olvido Gara, mejor conocida como Alaska, lograron convertirse en el icono de la movida madrileña.
A pesar de no encajar mucho en el discurso de la movida, Mecano, grupo integrado por Ana Torroja, José María e Ignacio Cano, son referencia obligada de la España de los ochenta, esto por ser una de las agrupaciones que más impacto ha tenido, por lo menos, en Latinoamérica; además marcaron una nueva forma de hacer pop: letras con un trasfondo social, cargada de metáforas.
Es quizá, lo más interesante de Mecano el presentar letras escritas en masculino, todas ellas de los hermanos Cano, e interpretadas por una voz extremadamente femenina, con timbre muy suave, jugando con una imagen andrógina.
La pretensión de la no trascendencia, la ideología juvenil dejó un legado en las creaciones de la época. El discurso musical, del que se cuenta con más referentes, retomó la idea de los movimientos underground. La música fue el detonante para entender la nueva forma de vida nocturna de Madrid; ésta, a su vez, impregnó al cine, el cómic, los medios audiovisuales de información, el diseño, etc.




[1] Acerca del autor: Es maestro en Literatura Mexicana por la FFyL – Buap, y miembro activo en Óclesis, Víctimas del artificio.

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