sábado, 12 de agosto de 2017

La función de la crítica en la sociedad posmoderna
Por: Noé Cano Vargas.[1]

Nada tiene de asombroso que un país retome así periódicamente los objetos de su pasado y los describa de nuevo para saber qué puede hacer con ellos: esos son, esos deberían ser los procedimientos regulares de valoración. (Barthes, 1972, pág. 9).




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En 1902, a los 19 años de edad, José Ortega y Gasset inicia su actividad intelectual en los medios masivos, sus primeras publicaciones son artículos y ensayos que versan sobre distintas temáticas pero que dibujan puntos focales desde el principio, y con el tiempo, permite ver su línea de investigación, uno de ellos es la descripción que hace de las multitudes y de los hombres de talento tomando como punto de partida la crítica.
El primer trabajo dado a la prensa Vida Nueva denominado De la crítica personal es una temática que hoy cobra relevancia, enfatiza la función de ésta como una lucha individual, no de imposición, sino con base en la razón, para esto deja claro que no se puede ser imparcial ni impersonal en una crítica, en la actualidad podemos afirmar la importancia de su postura, tomemos un caso cualquiera, al emitir una opinión una persona toma partido, busca su conveniencia e interés mediante un proceso desde la trinchera de su pensamiento: busca, estudia, interpreta, razona, construye, resuelve y explica; bueno, eso debería de hacer.
Los individuos se construyen en sociedad, ésta es la suma de elementos comunes y a la vez de elementos diferenciadores, estos últimos son los que hacen de un individuo lo que es, le imprimen al sujeto su sello, por lo que su comentario es subjetivo, he ahí que la crítica es personal, el problema es la falta de un proceso riguroso y metódico a la hora de expresar su opinión, el desconocimiento de la situación, de sus factores, características, el argumento y contrargumento, así como la poca pericia para consultar las perspectivas históricas sobre el tema, hace que se forme un juicio a no ser que un prejuicio, si esta acción la realiza no solo un sujeto sino diez, cien, mil o más, estamos en problemas, pues la opinión de estas personas va a ser muy parecida, a su vez, eso conlleva a tomar una postura general, afirmar lo que la mayoría afirma o negar lo que la mayoría niega, entonces ¿se puede considerar crítica a la postura que adopta lo que la mayoría dice? ¿qué dotes especiales tiene la mayoría para adoptar como crítico su punto de vista?
La crítica, al ser personal, debe tener como cimiento ese repertorio de conocimiento que va acumulando empírica y científicamente de manera reflexiva, es cuando puede expresar una crítica, en caso contrario, cuál sería el objetivo, sería más fácil tomar consenso de la situación que se pretende. Volviendo al punto central, cuando estos elementos diferenciadores de un sujeto se presentan al emitir un juicio y permean en el entramado social es cuando es posible un cambio en la estructura de la vida, en caso contrario “¿Qué acontece? En fin de cuentas, el procedimiento se reduce a sustituir las influencias personales, el determinismo individual, a las influencias de la masa. La multitud como turba, como Joule, es impersonal por suma de abdicaciones, involuntaria, torpe como un animal primitivo.” (Ortega y Gasset, Obras completas Tomo I (1902-1916), 1966, pág. 16)
La cuestión es precisar cuál es la función de la crítica en un mundo globalizado y cambiante, donde las formas culturales que dan identidad a un país se van perdiendo al irse vinculando economías diversas y dispares, las mayorías, motivadas por recursos del sistema -publicidad, mercadotecnia, medios masivos-  solo van adaptándose, no toman conciencia hacia donde van, por su consistencia liquida sólo se dejan llevar, aún esto pasa en el sistema educativo, antes, el productor de ideas escribía para satisfacer necesidades y resolver problemas fundados en la realidad, hoy todo se ha vuelto superfluo, sólo se consume sin una necesidad objetiva, se obedece al placer de consumir las modas, dejando de lado la memoria y la tradición, en momentos de adversidad no hay un hilo ideológico conductor que los una a pesar de tener elementos de consumo en común y  al presentarse problemas no saben cómo afrontarlos.
México se encuentra en esa situación, con tantos problemas, pero sin saber cómo afrontarlos, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos de América, la globalización, las transnacionales, el internet, la mercadotecnia, los medios masivos y el mexicano listo a consumir cualquier cosa sin preocuparse siquiera por resolverlo por sus propios medios, esto conlleva a que la economía este regulada por capital extranjero, con el capital humano mexicano no se hace nada, se mantiene estancado por la falta de cultura emprendedora, el mismo Estado interesado en acaparar capital para el bien de los grupos políticos oligárquicos no desarrolla como debiera la economía propia, más bien viven consumiendo el erario público en prejuicio de la masa social que no piensa, ya sea porque no quiere, a la vez porque no se le ha dedicado el tiempo y el talento para desarrollar este proceso mediante una educación de calidad y porque está manipulada por intereses específicos para que no salga de la fosa en la que está sumida, al final de cuentas, dónde encontrar el talento, el punto está en la crítica, porque el ejercicio de la misma permite el desarrollo intelectual y social.
…en un pueblo hay tanta mayor energía cuanta más grande diversidad de pareceres, sobre cosas nimias inclusive. En resolución, únicamente donde los ciudadanos piensan cada uno sus pensamientos, podremos esperar ponernos alguna vez de acuerdo, al paso que donde todos piensan a una no hay acuerdo posible en las opiniones, por la sencilla razón de que nadie opina y todos tienen uno o varios magistrados que se encargan de pensar por ellos. (Ortega y Gasset, 1966, pág. 47)

Cuando una persona emite un juicio le deberían de acompañar dos componentes: tendencia y calidad, la primera enmarca la postura ideológica, la segunda el contenido de lo que enuncia, por lo que, si se repite en una gran diversidad de sujetos la misma situación fragmentaria carente de contenido, en qué proporción se puede considerar original y con calidad, más bien se le puede denominar vox populi, pero entonces deja de ser crítica y pasa a formar parte del repertorio ya sea consensado de cómo se ven las cosas, en otro caso, el discurso dominante es impuesto como dogma por aquellos con intereses específicos, el conocimiento es poder, el que lo domina, el que piensa por el resto es el depositario y ganador del consenso, lo impone como parte de la opinión pública.
Según sea la calidad de la crítica se puede utilizar para que cumpla una función dentro del entramado social, pero eso depende de los medios que se utilicen para que esa crítica llegue a la masa informe y la moldee, la propia crítica ya enmarca su tendencia ideológica, su táctica de guerra, su participación activa, ya sea a favor, en contra o como opción de cambio ante cierta situación, pues siempre dice algo a alguien, “…esa tendencia literaria, contenida de manera implícita o explícita en cada tendencia política correcta, es la que constituye, y no otra cosa, la calidad de la obra”   (Walter, 1934, pág. 1)
La crítica al ser personal, es un saber subjetivo que para ser en verdad crítico debe pasar por un proceso racional, además de vincularlo con el sentido común y la praxis, “<<Decir>> es expresarse en conceptos, y el concepto supone una actividad analítica, específicamente intelectual, que pocos individuos han ejercitado. El saber que se expresa en vocablos es superior al que se contenta con tener algo entre ente los ojos; (Ortega y Gasset, Estudios sopbre el amor, 2009, pág. 108), si ese decir se lleva al papel, el crítico tiene una función primordial al utilizar el lenguaje, “escribir es ya organizar el mundo, es ya pensar (aprender una lengua es aprender cómo se piensa en esa lengua) (Barthes, 1972, pág. 33).
El escritor desde su subjetividad y crítica personal piensa e interpreta el mundo, decir y escribir son la base, para existir debe de nombrarse, he ahí la función del conceptos, la primera barrera infranqueable para entender la realidad es el lenguaje, cualquier sujeto que quiera pensarse tiene que partir del lenguaje, tiene que conocer el lenguaje, tiene que aprender a leer, tiene que leer, resumir información, sintetizarla, y al final de este proceso puede ofrecer su crítica con base en el lenguaje articulado y lógico, pero antes de esta travesía tiene que conocer las reglas de juego, el uso del lenguaje, tiene que leer, porque “Es pues inútil (…) pedir al otro que se re–escriba, sino está decidido a re–pensarse.” (Barthes, 1972, pág. 33), o en palabras de Quino representado por la caricatura de Mafalda “Vivir sin leer es peligroso, te obliga a creen en lo que te digan”.
Concluyamos, la función de la crítica en los tiempos actuales es moldear mediante las opiniones de los hombres selectos el campo conceptual del hombre medio mediante herramientas que permitan captar esas ideas que con el tiempo se convertirán en ideologías que impacten con el tiempo las estructuras sociales, de eso depende el funcionamiento futuro de la sociedad con base en la influencia de los hombres egregios.
Cualquiera que sea su excelsitud y su perfección, no actuarán históricamente, sino en la medida que su ejemplo e influjo impregne al hombre medio ¡Qué le vamos a hacer! La historia es, sin remisión, el reino de lo mediocre. La Humanidad sólo tiene de mayúscula la hache con que la decoramos tipográficamente La genialidad mayor se estrella contra la fuerza ilimitada de lo vulgar. El planeta está, al parecer, fabricado para que el hombre medio reine siempre. Por eso lo importante es que el nivel medio sea lo más elevado posible… (Ortega y Gasset, 2009, pág. 108).

Esto sólo se puede lograr mediante la influencia de la crítica personal en el entramado social.

Bibliografía
Barthes, R. (1972). Crítica y verdad. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores. Obtenido de Uruguay piensa: www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/735.pdf
Ortega y Gasset, J. (1966). Obras completas Tomo I (1902-1916). Madrid: Revista de Occidente.
Ortega y Gasset, J. (2009). Estudios sobre el amor. México, D.F.: Fontamara.
Walter, B. (1934). El autor como productor. Obtenido de Archivo Chile: www.archivochile.com/Ideas_Autores/benjaminw/esc_frank_benjam0011.pdf



[1] Acerca del autor: Noé Cano Vargas es Maestro en Historia por la BUAP y miembro activo en Óclesis, Víctimas del Artificio.

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