¿El
dinero te da poder?
Por:
Ana Karen Matías Enríquez[1]
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Fuente de imagen: http://mexicanaellh.wordpress.com/2011/11/03/ |
La
vida cotidiana que llevan los mexicanos se puede visualizar a través de la
lectura de la obra titulada el miedo a los animales, cuyo autor es Enrique
Serna. Este libro es el perfecto espejo del comportamiento que tienen a diario
las personas encargadas de la impartición
de justicia, es decir todas aquellas que “honorablemente” integran el poder
judicial de un país, y que en principio deben de mantener el orden público y
proteger a los ciudadanos. Sin embargo las funciones principales que establece
la ley no son llevadas a cabo; sino que al contario realizan todo lo opuesto a
éstas, pero sí aprovechan las atribuciones y beneficios que la ley otorga, y
haciendo un uso excesivo de las facultades que les son otorgadas ejecutan
acciones que en lugar de dar tranquilidad al pueblo, sólo lo hacen temblar.
La
filosofía que tales sujetos siguen, sobre todo los policías, se encuentra en el famoso dicho popular
mexicano: “con dinero baila el perro”; ya que únicamente les interesa el nivel
jerárquico dentro del lugar donde laboran, la imagen que puedan presentar ante
la sociedad y principalmente el dinero. Por tal motivo son capaces de hacer
hasta lo imposible por adquirir
cualquier cosa sin importarles las consecuencias de sus actos, pues dicen que
el dinero te da poder, seguridad, lujos, hasta incluso mujeres que las puedes
tratar como si fueran objetos materiales que están a tus ordenes, a tu
disposición y hasta podemos pensar que se sienten más hombres, pero hay algo
tan importante que ni todo el dinero del mundo te dará como puede ser: la
tranquilidad, la humildad, ni la honestidad y mucho menos la felicidad porque
sabes que allá fuera un individuo de los millones de personas que conforman
México, espera matarte en el lugar menos esperado, en el momento menos indicado
dejarás de existir.
Es
inverosímil ver cómo el mismo ser humano se destruye día a día por su ambición,
su avaricia, su rebeldía, su egoísmo, su codicia y el problema iracundo es que
no sólo se afectan a ellos, sino que perjudican a todo aquel que se cruce en su
camino, imitando el comportamiento de una jauría de lobos hambrientos luchando
por el poder. Sin duda alguna la realidad es que nosotros nos debemos cuidar de
ellos, y no ellos que cuiden de nosotros, así que su objetivo de lograr un
México próspero se ve lejano.
En
este escenario podemos encontrar de todo: soborno, violencia, robo, amenazas,
estafa, traición, deshonestidad, infidelidad, fraude, etc. que para la comunidad
mexicana ya no es novedoso pues lo han hecho un hábito. Así es como, si nos
infracciona un federal tiene una solución sencilla, rápida y común pues como
dicen: “un Sor Juan Inés de la Cruz, un Ignacio Zaragoza o aún mejor un Miguel
Hidalgo y Costilla resuelven todo” y evita mucho trámite administrativo. Que si
un reportero ya descubrió que eres parte de negocios ilegales y posees un buen
cargo pues paga (con el dinero baila el perro) sólo que siempre se vivirá con
esa amenaza, por eso otros optan por matarlo pues “en boca cerrada no entran
moscas”.
Hoy
en día y desde tiempos remotos, todos los mexicanos con obligación de
contribuir al gasto público han buscado la forma de poder evadir impuestos y
pagar la cantidad lo más mínima posible, por ello las personas que asisten al Servicio
de Administración Tributaria (SAT) a declarar sus ingresos y egresos no son
honestos en sus datos contables, pues inventan sus cantidades o disfrazan sus
datos para no pagar lo que les corresponde, pues dicen que “el que no tranza no
avanza”.
Si
nos damos cuenta México vive a dentro de esa burbuja donde lo importante es el
dinero, es el poder y los obtiene mediante la corrupción. Nosotros también
somos culpables de todas estas atrocidades pues en una, las aceptamos al no
hablar, y dos, al no hacer algo para evitarlas, es decir, esas personas que
matan a sangre fría prefieren ganar dinero con una bala sin importarles si
dejan a niños desamparados, cuando lo correcto sería que se buscaran un empleo
honesto, pero pasa que la característica del mexicano -la de flojos- la hacemos
más grande, y no nos deja hacer nada pues queremos todo fácil sin molestarnos.
El
mexicano nace, crece, se desarrolla y muere con una cultura, la que nos muestra
la familia con sus actos diarios. La educación inicia en el hogar, en el seno
familiar. La mayoría de los problemas que enfrentamos como sociedad mexicana se
originaron allí. Desde el comportamiento de la madre que no devolvió el cambio
en la tiendita de la esquina, o la cartera encontrada en la calle por papá y no
devuelta tampoco “porque nosotros lo necesitamos más”, son conductas que se
quedan tan marcadas en la memoria de un niño, que cuando crece, cree que robar
no es malo o que pedir la “mordida” tampoco, porque el que lo da lo tiene y “yo
lo necesito”. La corrupción está tan penetrada en el país que los que la llevan
a cabo cotidianamente, son tantas como las cucarachas en una casa abandonada.
El símil puede parecer irónico, pero así está México. Y es así cómo vivimos a
diario, que si volteas a la izquierda está la corrupción, que si volteas a la
derecha tal vez esté una bala, que si vez al frente no hay futuro y peor, que
no puedes ver atrás.
Referencia
forma básica
Serna,
E. (2012) El miedo a los animales. México
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