A TREINTA
AÑOS DE LA MOVIDA MADRILEÑA: DEL MOVIMIENTO SOCIAL A LAS MANIFESTACIONES
CULTURALES
Por: Jorge Luis Gallegos Vargas
![]() |
Fuente de imagen: http://cargocollective.com/campamento/La-movida-madrilena |
La Europa a finales de la década de los setenta y principios de los ochenta
fue un reflejo de los movimientos que se gestaron en la segunda mitad del
siglo xx. La entonces decadente
Londres acuñó los principales movimientos underground:[1] movimientos
punk,[2]
skins, los góticos, new romatics, entre otros, se encargaron de
empapar, con su ideología, a las principales manifestaciones artísticas y culturales
del país ibérico.
Tras la muerte de Francisco Franco, en 1975, la
vida de los españoles dio un giro: dejó en la mayoría de ellos un sentimiento
de vacío al considerar al Generalísimo como un protector, como el
salvador de la patria, como el caudillo que tras la Guerra Civil gobernó
mediante un régimen fascista y defendió la identidad de los habitantes de su
país. La juventud madrileña adoptó las formas de vida de sus similares de Nueva
York y Londres. La cultura de masas formó parte de los jóvenes que dejaron
atrás las ideas fascistas que imperaron en el régimen anterior. El alcalde de
Madrid, Enrique Tierno Galván, ofreció una amplia libertad de expresión; las
calles de la capital española se liberaron, logrando que la vida nocturna se convirtiera
en una forma de vida.
El término movida se le dio a un grupo de
jóvenes, que entre 1975 y 1985 se encontraban vinculados por afinidades
culturales y amistosas, mismos que a través de las creaciones artísticas
–música, cine, literatura– emitieron mensajes con una carga semántica política
adjunta. Para Borja Casani, movida tiene que ver con estar dentro de
“del mogollón.”[3]
Fue hasta 1984 cuando los periodistas bautizaron al
movimiento, cuatro años después de haberse iniciado, esto porque sus integrantes
no se interesaban por otorgarle un nombre al proceso histórico, político y
social abanderando; únicamente buscaban sacudirse la represión de la cual fueron
objetos durante el régimen totalitario.
![]() |
Fuente de imagen: http://8tracks.com/demode/la-movida-madrilena |
Las nuevas generaciones de jóvenes buscaban erradicar
las ideas del pasado; indagaron, también, una unidad con las nuevas tendencias
culturales, políticas y sociales de Europa y América del Norte; comenzaron a
acoger las ideas de la cultura Pop,[4] en cuyas bases se
encontraban movimientos como el punk rock, el glam rock y los
últimos vestigios de la cultura hippie, abogando por el uso de los
psicotrópicos y el reconocimiento de los derechos de la mujer y los
homosexuales. Según Paloma Chamorro declaró: “en España estamos jugando al no
futuro, nos ponemos las estéticas del Punk, su radicalidad… las cosas en
realidad son justamente lo opuesto… Pasamos de tener a Franco a no tener a
Franco.”[5]
Almodóvar en Patty Diphusa y otros textos, editado
por primera vez en 1991, describe cómo se llevaban a cabo estas reuniones
juveniles y cuál era la dinámica de creación en la década de los ochenta;
asimismo, da los nombres de los personajes más representativos de este movimiento:
Los Mecano dan una fiesta en un gran chalé
para demostrar a los «mass» del mundo que ellos son auténticamente modernos, y
os invitan a todos. Por primera vez están reunidos todos los grupos de pop-rock
y sucedáneos que trabajaban en Madrid. (…) Carlos Berlanga y Tino Casal, (…) se
retiran a la cocina para componer el tema. En un pis-pas crean una melodía que
haría enrojecer de vergüenza al jurado de Eurovisión, y lo hacen a propósito.
Junto con Nacho Canut, Santiago Auserón, Vicente Molina y Marisa Medina, te
concentras en un cuarto de baño para escribir la letra (…) Alaska no ha
regresado todavía de Londres, donde se está cortando el pelo. Marisa Medina no
se presenta porque pensó que toda aquello era una broma. Carlos Berlanga se ha
quedado dormido. Nacho Canut se niega a que cualquier cámara le filme, porque
las odia. Santi Auserón no está seguro de que sea coherente con su carrera.
Javier Gurruchaga está tratando de adelgazar diez kilos y en esos dos días sólo
ha conseguido engordar otros dos. Rubí está con un ataque de nervios en casa de
Antonio Alvarado, esperando que termine de coserle el modelo. Los Gabinete se
niegan, porque encuentran blanda la canción. Las Vulpes preparan su comeback
y quieren hacerlo ellas solas y no junto a tanta gentuza. Bernardo Bonezzi
exige un contrato que se le aseguren cien primeros planos con pómulo y, si no,
no canta (…)[6]
Con la movida “Surgió (…) la necesidad de
conformar la sociedad española con la modernidad y crear mitos y figuras
exportables: los jóvenes fueron los candidatos perfectos, porque eran progres,
consumistas y se iban acercando a la estética punk, que ya se había
difundido en Inglaterra, Italia, Holanda y U.S.”[7]
Los jóvenes encabezaron este movimiento ya que
durante la dictadura encontraron un tapón generacional que los limitó a formar
parte de la cultura: Eran minimizados al no ser considerados como ciudadanos
españoles; se unificaron y promovieron las mismas prácticas: el gusto por la
moda de sus países vecinos, consumo de estupefacientes, liberación sexual,
aceptación y orgullo por vivir su homosexualidad, repercutiendo en la
renovación de la Constitución y en los estatutos del movimiento feminista español.
Rápidamente, España cambió su fisonomía. La
juventud se insertó en el nuevo sistema cultural y comenzaron a crear todo tipo
de manifestaciones artísticas: música, pintura, escultura, literatura, cine,
fotografía, etc.; todos ellos con un común denominador: la vida nocturna en los
bares.
Las tendencias políticas y culturales, que
llamaban a la liberación de la influencia paralizante del centro, se
cristalizaron en la imagen de la “Movida”, en la franja madrileña de los
años 70. Era un grupo de amigos entre ellos Pedro Almodóvar, el pintor
Guillermo Pérez Villate, el pintor y diseñador gráfico Ceesepe (Carlos Sánchez
Pérez), el pintor Costus, el fotógrafo Alberto García Alix, el artista de drag
y actor Fabio (de Miguel) McNamara, los músicos Alaska (Olvido Gara) y Ouka
Lele, y la productora y directora de televisión Paloma Chamorro. El denominador
común de todos estos artistas fue que vivieron una época que no les permitió
vivenciar la adolescencia internacional de los años 60 y estaban decididos a
vivirlos en los años 80. La gente de la Movida era activa en el underground
en forma intensa en diferentes áreas del arte plástico: pintura, libros de
cómic y moda, y a la vez música y cinematografía. La movida era la
imagen propia de Madrid[8]
A través de la revista La Luna se difundió
la ideología de la movida; el discurso ahí manejado se reflejó en
programas de televisión como La bola de Cristal o Si yo fuera
presidente, en donde figuraron los nombres de Paloma Chamorro y Carmen
Maura; asimismo, esta revista sirvió como trampolín para escritores amateurs
de cómic como Pedro Almodóvar, quien utilizó este medio para lanzar el
personaje que a la postre comenzaría con la tradición de las chicas Almodóvar:
Patty Diphusa.
Francisco Umbral hizo lo propio desde su columna en
El país. Los diferentes discursos reflejaban la misma tendencia:
retratar a la juventud madrileña de finales de los setenta y principios de los
ochenta. “La movida no se presenta como discurso oposicional,
acepta el discurso de normalidad institucional pero se aparta de él, pretende
ignorarlo a pesar de tener la necesidad de interaccionar con él. Por el
contrario, hay que considerarla como una lectura negociada.”[9]
(Fouce, s/d)
Inmediatamente, las artes
comenzaron a adoptar las ideologías provenientes de Inglaterra y Estados
Unidos, plasmándolas en las diferentes expresiones culturales. Retomaron las
características de artistas como Andy Warhol. Esta imitación, según Pedro Almodóvar,
tenía que ver con que
No conocíamos el
precio de las cosas, ni pensábamos en el mercado. No teníamos memoria e
imitábamos todo lo que nos gustaba, y disfrutábamos haciéndolo. No existía el
menor sentimiento de solidaridad, ni político, ni social, ni generacional, y cuanto
más plagiábamos más auténticos éramos. Estábamos llenos de pretensión, pero la
falta de perspectiva producía el efecto contrario.[10]
![]() |
Fuente de imagen: http://elpais.com/elpais/2006/11/29/actualidad/1164786534_850215.html |
EL DISCURSO MUSICAL
A pesar de la pretensión de la
no trascendencia, la ideología juvenil dejó un legado en las creaciones de la
época. El discurso musical, del que contamos con más referentes, retomó la idea
de los movimientos underground. La música fue el detonante para entender
la nueva forma de vida nocturna de Madrid; ésta, a su vez, impregnó al cine, el
cómic, los medios audiovisuales de información, el diseño, etc.
Así, surgieron agrupaciones como Alaska y los
Pegamoides –quienes más tarde se convertirían en Alaska y Dinarama y
posteriormente en Fangoria–, Parálisis Permanente, Mecano, Nacha Pop, Las
Vulpess, Kaka de Luxe, Gabinete Caligari, Radio Futura, Secretos, Décima
Víctima, Refrescos, Los Toreros Muertos, Hombres G, Olé Olé, entre otras bandas
que exploraron entre el afterpunk, el rock subterráneo y
trasgresor. Reaparecieron cantantes como Joaquín Sabina, Miguel Ríos y Luz
Casal.
Aunque el centro del movimiento contracultural fue
Madrid, rápidamente abrió horizontes hacia las ciudades más importantes de
España. En Barcelona surgen grupos como Los Burros, los Rebeldes y Loquillo; en
Galicia: Siniestro Total; en la cordillera cantábrica: Duncan Dhu; en el sur:
Danza Invisible, Héroes del silencio, Peor Imposible y La Unión.
Los sonidos comenzaron a cambiar: se incorporaron a
la música ritmos como el techno, el rockabilly, el afterpunk, el
reggae, el funk, el pop y el gótico. Radio Futura
constituyó el paradigma más importante; con el LP Música moderna, comenzaron
a proponer y plasmar las ideas del pop art en líneas musicales, para que
tres años más tarde, es decir en 1983, se impusieran como una banda de ideas cuyos
discos y entrevistas reflexionaban sobre la cultura popular de España, la
urgencia de recuperar tradiciones urbanas, la conveniencia de establecer un
diálogo con América (…)”[11]
Especial mención merecen las creaciones musicales
de Ignacio Canut y Carlos Berlanga, quienes con sus composiciones, acompañadas
con la voz andrógina e imagen punk de
la mexicana Olvido Gara, mejor conocida como Alaska, lograron convertirse en el
icono de la movida madrileña. Las canciones interpretadas por Alaska y
Dinarama, agrupación nacida hacia 1983, contaron con letras fuertes,
irreverentes, agresivas y plagadas de una ideología social basada en la crítica
al fascismo, explorando en los terrenos underground, convirtiéndose en
estandarte para la juventud española y los grupos minoritarios.
“A quién le importa” se volvió, y sigue
siendo, un tema que sirvió como estandarte para los movimientos lésbico-gay:
La gente me señala/ me apunta con el dedo/
susurra a mis espaldas/ y a mí me importa un bledo/ qué más me da si soy distinta
a ellos/ no soy de nadie no tengo dueño/ Yo sé que me critican/ me consta que
me odian/ la envidia les corroe/ mi vida les agobia/ por qué será, yo no tengo
la culpa/ mis circunstancias les insulta/ Mi destino es el que yo decido/ el
que yo elijo para mí/ ¿A quién le importa lo que yo haga?/ ¿A quién le importa
lo que yo diga?/ Yo soy así, y así seguiré, nunca cambiaré.[12]
Por otra parte, La funcionaria asesina, muestra
algunos rasgos feministas:
Me casaron/ me obligaron a estudiar/ y yo
obedecía, me sometía/ mi marido era un déspota feroz/ lo quité de en medio, qué
remedio./ Mi vocación se reveló/ me fascinó la sangre/ maté al siguiente con un
alambre./ De noche soy otra mujer/ voy armada de cabeza a los pies/ soy la
funcionaria asesina/ ya no me aburro jamás/ siempre encuentro gente con quien
jugar/ soy la funcionaria asesina/ buscada por la policía/ y he degollado a más
de cien/ y con mi sierra sé qué hacer.[13]
Otras como Carne, huesos y tú, Vampirela y Mi
novio es un zombi, fueron consideradas como canciones de la estética dark
y punk.
A pesar de no encajar mucho en el discurso de la movida,
Mecano, grupo integrado por Ana Torroja, José María e Ignacio Cano, son
referencia obligada de la España de los ochenta, esto por ser una de las
agrupaciones que más impacto ha tenido, por lo menos, en Latinoamérica; además
marcaron una nueva forma de hacer pop: letras con un trasfondo social,
cargada de metáforas. Es quizá, lo más
interesante de Mecano el presentar letras escritas en masculino, todas ellas de
los hermanos Cano, e interpretadas por una voz extremadamente femenina, con
timbre muy suave, jugando con una imagen andrógina.
EL DISCURSO
LITERARIO
La posguerra, también, tuvo repercusión en la vida literaria; las letras
de la época se caracterizaron por un “insistente tono confesional, testimonial,
lacerado que muestra a un sujeto doliente y llagado por un mundo sumido en el
desastre”,[14]
esto debido a la ola de violencia vivida antes, durante y después de la caída
del régimen franquista.
Los creadores literarios de aquellos años tomaron
como fuente de inspiración a la generaciones
del 98[15]
y del 50,[16]
haciéndose llamar la generación del 68, del 70 o la generación del «lenguaje».
![]() |
Fuente de imagen: http://www.somosmalasana.com/exposicion-el-papel-de-la-movida/ |
Tanto la novela como la poesía estuvieron plagadas
de un neosimbolismo que “concedía las formas y estructuras, y descreía
del compromiso político e ideológico que debía ejercerse en otros lugares más
adecuados.”[17]
La literatura poco a poco comenzó a insertarse en los cánones estéticos y
vanguardistas, explorando en el pop art, el dadá, el surrealismo,
el neosimbolismo, el camp[18] y
la creación de una mitología basada en los mass media. Los creadores
artísticos lograron acercarse a un campo narrativo cimentado en el lenguaje joyceano,
haciendo de la literatura un campo ecléctico equilibrado entre lo tradicional y
lo novedoso.
Así, con la caída del régimen fascista, surgen
nombres en poesía como Miguel D’Ors, Fernando Ortiz, Rosa Romojano, Ana
Rossetti, Abelardo Linares, Justo Navarro, Blanca Andreu, Almudena Guzmán,
Álvaro García; en la narrativa: Eduardo Mendoza, Manuel Vázquez Montalbán,
Javier Marías, Adelaida García Morales, Miguel Espinoza; en teatro: Fernando
Arrabal, Francisco Nieva, Fernando Savater, entre otros.
Los jóvenes tuvieron en Eduardo Haro Ibars a uno de
sus principales representantes. Su libro, Gay rock, significó una
completa apertura para los homoerotismos literarios; la cantante Alaska declaró
al leer el libro: “Mamá, quiero ser un chico para ser maricón.”[19] Haro fue uno de los
máximos estandartes de los jóvenes españoles que crearon bajo la máscara de la
clandestinidad. La mejor forma de adentrarse al terreno antifranquista era la
poesía. Después de Gay rock, aparecieron los poemarios Pérdidas
blancas (1978), Empalador (1980), Sex Ficción (1981), En
rojo (1985) e Intersecciones (1991)
Haro fue hijo del controvertido periodista de
izquierda Eduardo Haro Tecglen, precursor del movimiento gay y de la
literatura queer en España. En la cárcel de Zamora coincidió con el
poeta, narrador y ensayista Leopoldo María Panero, famoso por ser el primer
autor en escribir versos sobre la heroína, con quien sostuvo una relación
amorosa.
Eduardo fue conocedor de las vanguardias literarias
francesas y estadounidenses. Desde pequeño estuvo en contacto con las
creaciones de Lovecraft, Crowell, Burroghs, Rimbaud, entre otros. Él mismo se
declaró como “homosexual, drogadicto y delincuente”;[20] también, fue considerado
como polisexual, multicoxicómano, consumidor de heroína: “la perfecta vacuna
contra la rebeldía.”[21]
El poema Pecados más dulces que un zapato
de raso, sirvió como base para la canción más emblemática de Gabinete
Caligari, que aparece en el disco titulado Camino Soria: “Gula de tu
vientre satinado; / envidia de tu sudor, que/ emana de ti;/ avaricia de tus
miradas;/ ira de saberte lejos;/ soberbia de que me hayas/ elegido;/ pereza de
vivir sin ti./ Y –sobre todo–: lujuria,/ lujuria abrasadora que/ me hace desear
la vida entera/ cuando estoy contigo.” [22]
En El Culo del mundo, aparecido en su libro Intersecciones,
habla de la situación de Madrid y de esa gran oportunidad que España tiene
de convertirse en un país próspero, deseado por todos: como un culo:
EL DISCURSO
CINEMATOGRÁFICO
Por su parte, el discurso cinematográfico vio en Pedro Almodóvar su mayor
realización. El cine, antes de la muerte de Franco, contaba historias épicas
que exaltaban el amor sacrificado, el paisaje español. Según Carmen Marín Gaite
“los jóvenes de la posguerra sabíamos muy bien que una película española o nos
iba a contar una historia heroica de las que venían en los libros de texto o
nos iba a ensalzar las delicias de un amor sacrificado y decente.”[24]
Durante la dictadura franquista el séptimo arte
estuvo supeditado a las órdenes del Generalísimo, dejándoles a los
realizadores un estigma de autocensura; asimismo, la industria cinematográfica
española se debilitó por la presencia del cine hollywoodense.
cuando el cine mundial era todavía una industria con un
margen de autonomía considerable (económica y artística), el cine español era
un cine débil en sus raíces –la producción– y entregado al dirigismo
proteccionista con la connivencia de los sectores de distribución y exhibición.
Y paradójicamente, cuando empezó titubeante el camino a la libertad, la
situación del cine mundial había cambiado radicalmente. La crisis cinematográfica
derivada de los cambios internos dentro del mercado del ocio y las industrias
culturales, a su vez derivadas de muy precisas mutaciones sociales condujo al
cine (…) al carácter de la industria secundaria, la industria protegida a favor
de su valor cultural y de la resistencia al abandono de unas vías expresivas
autóctonas.[25]
El cine fue la manifestación artística que menos
repercusión e impacto tuvo sobre los jóvenes, esto tomando en cuenta que la televisión
y la prensa fueron quienes realmente los influenciaron. A la caída del
franquismo, el cine español hurgó entre el costumbrismo y una negación a olvidarse
del período culminado; comenzó una etapa de apertura temática, en donde el sexo
formó parte importante del discurso; en 1976, los guiones dejaron de pasar por
una etapa de censura, dando como resultado una etapa de destape. Los
tópicos manejados fueron: “las tendencias de moda, (…) turismo, inmigración
urbana y emigración exterior, servicio doméstico, consumismo, pervivencia de
las viejas tradiciones, etc.”[26]
![]() |
Fuente de imagen: http://forgottenyouthnews.blogspot.mx/ |
Fue en el mismo 1976 cuando la reforma
cinematográfica hizo que el séptimo arte virara, sentando las bases para la
Constitución promulgada en 1978. Esta reforma cinematográfica consistió en el derrocamiento
del control del aparato franquista, erradicando la centralización, la supresión
de la censura a guiones, anulación de aparatos sindicales, desaparición del
NODO –Noticiero Cinematográfico–, el afianzamiento de la creación de cortometrajes,
etc.
Los directores y creadores rápidamente buscaron
espacios para la proyección de sus realizaciones. El cine español se convirtió
en una ventana para la aparición de documentales, un nuevo cine costumbrista, lleno
de imágenes eróticas, así como un espacio de denuncia cívico-social. Temas como
el erotismo femenino, la homosexualidad, el fetichismo, el incesto, el porn
soft, y el hardocore se incorporaron a las pantallas. Nombres como
Carlos Saura, Gonzalo García Pelayo, Bigas Luna y Pedro Almodóvar saltaron a
las pantallas.
El discurso manejado por Almodóvar se empapó de los
demás, vinculándose con el pensamiento de los jóvenes madrileños, asiduos a
fiestas, a la frivolidad, con los que pensaban que Madrid era el centro del
mundo. Estas ideas las plasmó en sus primeros filmes: en Pepi, Luci, Boom y
otras chicas del montón trabajó con Alaska y los Pegamoides, el pintor
Fabio MacNamara y Carmen Maura.
(…) Pedro Almodóvar ya había presentado un
catálogo de rarezas sexuales en su primer largometraje Pepi, Luci, Bom y
otras chicas del montón (1980), prolongadas en el ambiente del sorprendente
convento de monjas de Entre tinieblas (1983) y en algunos personajes
colaterales de ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984). Más incisivos
desde el punto de vista erótico son sus siguientes filmes: Matador (1986),
estilizada reflexión –con simbolismos taurinos– sobre las relaciones entre
sexo, amor y muerte; La ley del deseo (1987), cuyo personaje central es
un transexual interpretado por la inefable Carmen Maura y donde las relaciones
homosexuales desempeñan un papel fundamental; Átame (1989), sobre unas
relaciones a medio camino entre el sadomasoquismo y el amor; y Tacones
lejanos (1991), bordeando los territorios del incesto y penetrando en los
del travestismo.[27]
A partir de su quinto filme ¿Qué he hecho yo
para merecer esto?, el tema de la juventud se fue agotando y comenzó a
retomar temas sociales, significándole un crecimiento, al ser considerado no
sólo portavoz de la juventud madrileña, sino también de toda la sociedad
española. Almodóvar asegura: “Yo no soy de tribus, voy por libre. Yo soy un
itinerante que cruza a lo largo del día por muchas tribus. A mí no me gustan
los ambientes concretos.”[28]
La muerte de la movida se dio cuando dejó de
ser algo propositivo, ideológicamente hablando, y fue alcanzado por la moda.
José María Álvarez del Manzano, en 1991, aseveró sobre la movida lo
siguiente: “No hay que enterrarla porque se ha envanecido, ni siquiera tiene
cuerpo para enterrar. Era algo etéreo, una propaganda política, no ha dejado
sólo un paso. Yo no recuerdo un solo libro, un solo cuadro, un solo disco;
nada, de la movida no ha quedado nada”[29]
Además, en la fotografía destacaron: Miguel
Trujillo, Alberto García-Alix, Pablo Pérez-Minguez y Ouka Leele; en las artes
plásticas sobresalieron pintores como Guillermo Pérez Villalta, El Hortelano,
Sigfrido Martín-Bengué, Dis Berlin, Herminio Molero, Costus y Pablo Sycet.
De la movida ha quedado mucho: creadores,
ideas, imágenes, formas, e incluso, nos atrevemos a pensar que este movimiento
ha influido de gran manera para la conformación de la España actual.
REFERENCIAS
* Bibliográficas
Almodóvar, Pedro; Patty Diphusa y otros textos; 4ª
edición, Barcelona, España; Edit. Anagrama, 2005; p.217
García-Posada,
Miguel; Poesía Española 10. La nueva
poesía (1975-1992); 1ª edición, Barcelona, España; Edit. Crítica, Col.
Páginas de la Biblioteca Clásica, 1998; p.9-40
José Agustín; La contractura en México. La historia y
significado de los rebeldes sin causa, los jipitecas, los punks y las bandas;
6ª edición, México, Ed. Grijalbo, 1996; p. 103-115
Monterde, José
Enrique; Veinte años de cine español
(1973-1992) Un cine bajo la paradoja; 1ª edición, Barcelona, España, Edit.
Paidós, 1993; p.200
*
Discográficas
Berlanga, Carlos;
Canut, Jorge; “¿A quién le importa?” en Alaska y Dinarama, No es pecado;
EMI-ODEÓN; 1986
---------------; “La
funcionaria asesina” en Alaska y Dinarama, No es pecado; EMI-ODEÓN; 1986
*
Electrónicas
__________. “VOCES. Eduardo Haro Ibars
(1948-1988): no hay pelucas en la eternidad. Breve noticia para los más
jóvenes, los extranjeros a ese pedazo del mundo que habitó y, en general, para
los no informados” en amputacioneS; http://amputaciones.blogspot.com/2007_01_01_
archive.html; 2007
Baldi, Ángela; “Lenguajes
y lengua en la obra de Pedro Almodóvar”. Centro de documentación Pedro
Almodóvar. http://sdgoma.uclm.es/uclm/home.html,
2004?
Ben Habib, Liat; “Laberinto
español: recepción y elementos culturales en la Parodia de Almodóvar”. Centro
de Documentación Pedro Almodóvar. http://sodogma.uclm.es/uclm/home.html
Fouce, Héctor; “La
cultura juvenil como fenómeno dialógico: reflexiones en torno a la movida
madrileña”. http://www.ucm.es/info/per3/cic/cic5ar16.htm;s.a.
Memba, Julio; “Malditos
heterodoxos y alucinados. Eduardo Haro Ibars, el poeta de la movida madrileña”
(xviii) http://www.elmundo.es/elmundolibro/2001/09/16/
anticuario/10004706 93.html
Preciado, Beatriz; “Estéticas
Camp: performances popo y subculturas “butch-fem”. ¿Repetición y trasgresión de
géneros”; http://www.sindominio.net/
karakola/retoricas/camp.html; 2003
Xavalín;
“Pecados más dulces que un zapato de raso” en Tal como éramos. http://tal-como-eramos.blogspot.com/2008/01/pecados-ms-dulces-que-un-zapato-de-raso.html;
2007
*
Hemerográficas
Blanc, Enrique; “El
punk y la anarquía que nos sedujo en Semanal Día Siete”; México; Ed. El
Universal, 2007; p. 55
Manrique, Diego A.; “Lo
que hicimos con la movida en El País semanal”; Madrid, Número 1492, 2005; p.47
[1] El arte underground se aleja de la cultura oficial para conformar una nueva
cultura, en donde los jóvenes son los que se encuentran encabezando los
denominados movimientos contraculturales; se aleja de los medios de
comunicación oficiales, creando espacios en donde se puedan expresar
libremente, sin necesidad de estar al margen de los que el gobernante en turno
dicte y alejado del ocio y las banalidades que se ofrecen.
[2] El movimiento punk tuvo su mayor efervescencia durante los años 80 entre los
jóvenes europeos, principalmente en Inglaterra, que experimentaban un estado de
hastío ante lo planteado por el sistema. Los punk “Primero se vestían con ropa de piel y las mujeres en la moda
del sadomasoquismo y de la
Mujer Fatal ; usaban los cabellos cortísimos y pintados de
colores; después vinieron las cabezas con largas puntas, mucho maquillaje en
las mujeres, collares de perro, aretes, zapatos puntiagudos y demás.” José
Agustín; La contractura en México. La historia y significado de los rebeldes
sin causa, los jipitecas, los punks y las bandas; 6ª edición, México, Ed.
Grijalbo, 1996; p.103
Ellos consideran al amor como un
sentimiento retrógrado y bajo. Este movimiento, a la postre, tuvo influencias
sobre el surgimiento de algunos grupos skinheads
o fascistoides en diversos países de Europa. El tono anarquista que tomó
este movimiento se opuso a “la corriente política encabezada por Margaret
Tacher en Inglaterra. Su filosofía era la de provocar a todo sistema
establecido. Igual rompía con los movimientos contraculturales vigentes que con
las corrientes musicales que dominaban la escena pop.” Blanc, Enrique; “El punk
y la anarquía que nos sedujo” en Semanal Día Siete; México,; Ed. El Universal,
2007; p. 55
Aunque el movimiento punk tuvo sus
antecedentes con grupos como Velvet Underground, New York Dolls, Ramones y
Patty Smith –quien con su LP Horses (1975)
declaró que Jesús murió por los pecados de los demás, mas no por los míos, el
primer grupo punk que saltó a la escena musical fueron los Sex Pistols,
condensando todos los movimientos anteriores. La música fue la primera de las artes
en influirse del punk para posteriormente saltar a las demás.
[3] Baldi, Ángela; Lenguajes y lengua en la obra de Pedro Almodóvar. Centro de
documentación Pedro Almodóvar. http://sdgoma.uclm.es/uclm/home.html,
2004?
[4] La cultura Pop surge con el
florecimiento del arte pop, alimentado por el auge del imperialismo norteamericano,
la imposición del modelo de vida estadounidense –american way of life– en donde predomina la cultura de masas
consumista. El pop art tiene como
origen el expresionismo abstracto y el minimalismo, en los años cincuenta en
Inglaterra y posteriormente en Estados Unidos; asimismo, retoma del dadaísmo el
espíritu sarcástico; además, impregnó de valor estético a los objetos triviales
de la vida cotidiana como carteles, latas, basura, automóviles, etc., dándoles
un valor de fetiche a algunos objetos significativos de consumo. El más famoso representante del arte pop es
Andy Warhol, quien en su obra retrató a la sopa Campbell’s, Coca-Cola, Marilyn
Monroe, Elvis Presley, entre otros, consiguiendo la desmitificación de imágenes
producidas y reproducidas por los mass-media.
[5] Cit.
pos. Ben Habib, Liat; “Laberinto español: recepción y elementos culturales
en la Parodia de Almodóvar”. Centro de Documentación Pedro Almodóvar.
http://sodogma.uclm.es/uclm/home.html
[6] Almodóvar, Pedro; Patty Diphusa y otros textos; 4ª
edición, Barcelona, España; Edit. Anagrama, 2005; p.p. 2004-206
[7] Op.
Cit. Baldi
[8] Op.
Cit. Ben Habib
[9] Fouce, Héctor; “La cultura juvenil
como fenómeno dialógico: reflexiones en torno a la movida madrileña”. http://www.ucm.es/info/per3/cic/cic5ar16.htm;s.a.
[11] Manrique, Diego A.; “Lo que
hicimos con la movida en El País semanal”; Madrid, Número 1492, 2005; p.47
[12] Berlanga, Carlos; Canut,
Jorge; “¿A quién le importa?” en Alaska y Dinarama No es pecado; EMI-ODEÓN;
1986
[13] Berlanga, Carlos; Canut,
Jorge; “La funcionaria asesina” en Alaska y Dinarama No es pecado; EMI-ODEÓN;
1986
[14] García-Posada, Miguel; Poesía
Española 10. La nueva poesía (1975-1992); 1ª edición, Barcelona, España; Edit.
Crítica, Col. Páginas de la Biblioteca Clásica, 1998; p.9
[15] Miguel de Unamuno fue de
nueva cuenta apreciado, así como Antonio Machado.
[16] La generación de los 50 tenía
como principal característica la llamada poesía de la experiencia. Gracias a la
influencia de esta generación vieron la luz algunos autores como José Hierro,
Blas de Otero y Jon Juaristi.
[17] Op. Cit. García-Posada; p.12
[18] El término camp significa “afeminado en inglés
clásico, se comenzó a utilizar a partir de los años 60 para referirse a la
teatralización hiperbólica de la feminidad en la cultura gay, sobre todo en
relación a una serie de prácticas performativas que adquirieron un carácter de
colectivo y político (drag queens, demostración
pública de la homosexualidad…) Estas prácticas tenían un enorme potencial
subversivo al poner de manifiesto la artificiocidad de las diferencias de
género y romper la frontera entre el ámbito cerrado de la representación
escénica (o de la recreación doméstica) y
el espacio público de la reivindicación política.” Preciado, Beatriz;
Estéticas Camp: performances popo y subculturas “butch-fem”. ¿Repetición y
trasgresión de géneros?; http://www.sindominio.net/
karakola/retoricas/camp.html; 2003
[19] Cit, pos Memba, Julio; Malditos heterodoxos y alucinados. “Eduardo
Haro Ibars, el poeta de la movida madrieleña” (xviii) http://www.elmundo.es/elmundolibro/2001/09/16/anticuario/10004706
93.html
[20] __________. “VOCES.
Eduardo Haro Ibars (1948-1988): no hay pelucas en la eternidad. Breve noticia
para los más jóvenes, los extranjeros a ese pedazo del mundo que habitó y, en
general, para los no informados” en amputacioneS;
http://amputaciones.blogspot.com/2007_01_01_
archive.html; 2007
[22] Xavalín; “Pecados
más dulces que un zapato de raso” en Tal
como éramos. http://tal-como-eramos.blogspot.com/2008/01/pecados-ms-dulces-que-un-zapato-de-raso.html;
2007
[23] Op. Cit.
[25] Monterde, José Enrique;
Veinte años de cine español (1973-1992)
Un cine bajo la paradoja; 1ª edición, Barcelona, España, Edit. Paidós,
1993; p.p. 16-17