Obra: Francisco Luna Ruiz |
Cantos al silencio
Por: René Alejandro Valencia
Enmudeciendo la vida del ruiseñor;
juega en los nervios fatales de las
remembranzas,
cerca
de la sapiensa del alabado canto.
Débil sonido.
Un
reflejo silvestre expuesto en una ventana.
¿En qué piensas?
¿Qué habla?
¡Recita
mi vida en un aleteo de promesas!
¿Qué
miras desde el cielo? Un juego de perlas lluviosas,
apartadas
de las calles,
por
las maquinarias de Domingo, Dije.
Cerrar
la ilusión ahora mismo
que
va en los ojos de un amado cáliz del alma
a
través de tormentas de arena en las lunas de Marte.
Es
una claridad expulsada de decretos del Corán.
Parece
una advertencia
(tan
sólo veinte años)
No
puedo remediarlo, poniendo el rostro largo.
Son
las pastillas de resina que tomé,
(yo tomé un paquete entero para volver...)
Alha,
debe saberlo.
Los
dedos se adhieren a las últimas hojas,
--vuelve
ave rojiza--.
Tan sólo cántanos una
vez más.
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