Sobre la mujer
Jorge Luis Gallegos Vargas
Óclesis
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Fuente de imagen: http://www.artelista.com/obra/5181356691598110-mujersentadasobremujer.html |
Para hablar de la presencia de la
mujer en la sociedad, específicamente en la mexicana, hay que remitirnos al
mundo mexica: la sociedad era primordialmente patriarcal; la mujer debía ser
dócil; las niñas eran educadas para las labores del hogar; el hombre podía
tener varias mujeres, sin embargo, una de ellas era considerada como la esposa
legítima.
A
la llegada de los españoles, las indígenas seguían bajo el yugo del hombre,
estuvieron condicionadas según al estrato social al que pertenecían: la mujer
española tenía que casarse antes de adquirir la mayoría de edad; las mestizas
realizaban actividades domésticas y mercantiles; las criollas recibían
educación, aunque estaban encargadas de su casa, mientras que las de mayor
status social sólo se encargaban de tener una gran descendencia.
Llegado
el siglo XIX la mujer comenzó a trabajar en actividades tales como tortilleras,
atoleras, tamaleras, costureras, otras más permanecían supeditadas a las
órdenes del hombre. A principios del XX la soldadera fue parte importante de la
Revolución; la imagen de la adelita apareció junto a la del hombre de sombrero
y bigote. En 1917 la mujer adquiere presencia jurídica, no obstante, fue hasta
1947 cuando participa por primera vez en comicios municipales y en 1953 en los
nacionales.
Así
pues, el rol de la mujer ha sido el de la mujer callada, la mujer silenciada,
la mujer sumisa, la mujer abnegada, la mujer prostituida, la mujer maltratada,
la mujer humillada, la mujer que se tiene que definir a partir de lo ‘otro’, la
mujer que es castigada con la menstruación, la mujer que desde niña es
mutilada, según de Beauvoir, “por la ausencia de un pene”.
La
misma Simone dice que el culpable de esta situación de inferioridad es el hombre,
ya que ha sido él el que ha organizado a la sociedad. Para la autora
existencialista francesa, la mujer es “un falso infinito, se descubre como
finitud y mediocridad y al mismo tiempo mentira. En verdad, ella representa lo
cotidiano de la vida y es tontería, mezquindad y fastidio”. Y es que la mujer
en su afán de ser hombre (entendido como ser humano) se encuentra consigo
misma, como un ‘algo’ inferior, como un ‘algo’ que se reprime y es reprimida
por la misma sociedad.
La
problemática de la mujer, según la periodista Cecila Loira, tiene que ver
“(...) con un asunto de cultura, en las que las mujeres deben cumplir el papel
de amas de casa, dependientes económicas, sin una opción y proyecto de vida
propios”. Quizá es ella misma la que se reprime por servir al hombre, por
servir a sus hijos, siendo quizá la familia la gran causante de que la mujer
permanezca reprimida en la sociedad, convirtiéndose la cocina en una forma de
vida.
La
también periodista Marta Lamas, dice que “la subordinación de las mujeres
parece enfrentarse con algo arcaico e inmodificable”. Hoy día, mientras el
feminismo está en boga y se tratan de alcanzar igualdades en todos los aspectos
(laborales, sociales, incluso sexuales), la mujer se ha dado cuenta de que
sigue sometida a las diferencias biológicas. La misma Lamas asevera que “la
diferencia sexual es, y seguirá siendo por algún tiempo, un abismo perturbador
entre las mujeres y los hombres”; tal parece que estas discrepancias son y
seguirán siendo el tormento de las mujeres.
Asimismo,
aunque actualmente se vocifere que hombres y mujeres son iguales, siguen
existiendo mujeres maltratadas mental y físicamente, mujeres que son golpeadas
y que, como asegura el periodista y escritor Héctor Aguilar Camín “su golpeador
nunca va a cambiar”.
Pero... ¿qué
sería del mismo hombre sin la existencia de la mujer? ¿Acaso no es ella la que
engendra? ¿No es de ella la culpa de que existan “los machos”? ‘¿Es la mujer
una simple máquina de hacer hijos? ¿Es un objeto de placer, un objeto sexual?
¿No es ella víctima de la misoginia y misógina al mismo tiempo?
Y...
¿qué sería de la mujer si el hombre fuera el humillado, el denigrado, el
prostituido? Posiblemente este mundo sería mejor, no lo sé, mi perspectiva de
“macho” no concibe esa idea, porque, como dice el escritor Augusto Monterroso, “hay
que estar loco para ser mujer.”
el problema de la mujer en nuestros tiempos tal vez sea esa charada de querer igualdad con el hombre en todo caso ya era igual al nacer humano algunas mujeres de tanto imtitar se contagiaron de los mismos defectos y vicios de los hombres es lo que buscaban acaso no pueden hacer la diferencia jajja.
ResponderEliminarConsidero que el mayor problema de la humanidad es diferenciar hombres de mujeres, heterosexuales de homosexuales, negros de blancos, orientales de occidentales. Muchas gracias por tu comentario y por participar en nuestro blog.
EliminarJorge Luis Gallegos. Óclesis.