sábado, 12 de enero de 2013


RECETA LITERARIA (NO ES UNA SOPA DE LETRAS)

Sobre el mantel como hojas de papel, tomemos la tinta

 Por: Gilberto González Morán.


Fuente de imagen:http://www.leopl.com/contenido-especial/9329/marco-agusto-quiroa-artista-destacado-en-formalibro-multiarea-nivel-2-unidad-15














Ingredientes (4 porciones):
·         250 gr. de habas secas, de esas que cuelgan de los poros, trescientos kilos de aire lunar
·         1 cebolla en estado depresivo, capaz de arrancar los 100gr de felicidad de un servidor
·         1 diente de ajo fusilado por un batallón en Macondo  
·         Perejil.
·         Harina.
·         Polvo para hornear calles o estrellas.
·        Comino.
·        Sal (preferentemente marina o sino sal provinente de los besos extraviados en las recámaras de algún Motel.
·         Aceite de Oliva o de Teresa, dependiendo del gusto.

Preparación

·        Se pelan las habas desechando la capa gruesa que las protege y se dejan en remojo con agua durante unas seis horas. Mientras Uno Puede visitar las avenidas de un cuerpo desnudo o bien aburrirse en el desierto de algún libro de superación personal, sólo en casos extremos. De preferencia inventar la muerte de uno mismo.
·    Se ponen en una batidora  junto al televisor mitómano y se les añade la cebolla previamente pelada y troceada, un manojo de perejil,  el diente de ajo sin piel, sin zapatos y sin reclamo alguno ( total es parte de la vida), una cucharadita de comino en polvo, sal a gusto y una pizca de polvo para hornear.
·      Una vez que la mezcla tenga consistencia literaria o de puré se vierte en un refractario y se deja durante un rato en un lugar cálido para que aumente.
·        Cuando esto ocurra, se le añade un par de cucharadas de harina que se mezclan bien con la pasta de habas y se van formando pequeñas bolitas y palabritas (no mayores que el tamaño de una nuez grande cada una), y se vuelve a dejar que repose la preparación durante unos veinte minutos; los cuales pueden invertirse a la noble profesión de la masturbación,  luego las bolitas se pasan por harina.

Freír y a la mesa.
·    En un sartén hondo se pone a calentar aceite de oliva y la venganza de aquel amor que  pudo vivir sin nosotros, debe alcanzar la temperatura exacta.
·         El grado de calor del aceite y del discurso debe comprobarse siempre que se vaya a freír,
·        Se van echando las bolitas de esta mezcla y, a medida que estén doradas, se recogen, previamente con una charla (obviamente).

Se sirven calientes en una bandeja y se escriben aderezadas de sueños al borde de la realidad


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