Precio
Un viejo de pizarrón se me metió manchado, preciso
y reticente en mis pupilas justo en la hora en que la voz de la gran obesa
deshojaba la margarita: -tú no has pagado, tú ya, tú no has pagado, tú ya, tú
te sales, tú ya pagaste…
-¡Que pinche suerte de cabrón soy,
pinche Juanito! ¡Te estás mamando completo y sin pausa $20000 barotes y de paso
estos babosos están a tus pies, chamacos pendejos, hijo de pobre pendejito! Sin
pintura, y sin esas pinches computadoras que sirven para ni madres, ¡que cabrón
soy!
-Salgan a ceremonia- Don Alzheimer mueve lento el rabo, gesticula
lento y rabioso tres palabras que le
recuerden que es hombre entre niños, traje entre uniformados, directivo entre
alumnos. El muro se vuelve a levantar, el viejo Comte también.
Aplausos,
voucher, contratos rodeaban territoriales la vieja guardia de “maestros” que de
piel grieta y shampoo ego, perfumaban la patética realidad de haber cortado en
su ultima expedición devaluatoria, un grueso de cabecitas tan jugosas que ni la
ternura, ni la humedad, ni la última de las tarjetas navidadeñas pudieron
rasguñar aunque sea un poco la buena y eficaz decisión de volver a demostrar
quien manda en el feudo-escuela.
La mesa potestad de los exquisitos intercambian
saludos, sonrisas de satisfacción de haber ejercido con toda devoción el poder
–Estimada prefecta, no lo hubiéramos logrado sin usted-. Ay señor director es
gracias a usted que esta labor educativa
es digna de admiración y respeto.
La gran obesa en su gorda nube.
-Como es bruto el viejito culero,
está viendo que su cerebro ya ni jala y se atreve a decirme el muy imbécil qué tengo que hacer con estos mierdas haraganes, si de por si todos saben que la
que lleva los pantalones soy yo. Vieja pero chingona, a huevo, cobrando y
chingando. (El programa desde arriba también aplaudiendo)
-Estimados maestros es importante
que no nos olvidemos de hacer entender a los alumnos que nos deben de respetar,
de que si la sociedad está como está, es porque no se ha entendido que estamos
en un momento en que la gente se está volviendo por un camino donde las buenas
maneras… donde se pide no se…(chingaos ya se me fue otra vez).
El lumpemproletariado bostezando,
el ring redentor y la patria salva de nuevo al Alzheimer.
La merienda de las 12 del día no es suficiente.
El terrón de azúcar con su cabecita de cartón
indica que es momento de asistir hoy lunes a aclamar nuevamente a la bandera.
Todos solidarios patriotas uniformados, rodeamos con nuestro amor a las piernas
de la buenota de Margarita, Sofía, Belén, Karla, Silvia, pero sobre todo las de
la castrosa reina del acné alta y responsable:
Francis Julián Juárez Pek.
Luego de
los aplausos y de lamernos el bigote, somos llevados de vuelta al palomar a
hundir obedientes y sin remilgos la osamenta en el salón A de la tierra del 2 +
2= 4.
– Francis pasa lista a tus compañeros.
El goloso del Hernández “el robocop” ardía en
el motel Avia entre su esponja arriba del vientre y su desangelada sonrisa, intentando
con piruetas estilo huracarrana vertir tantos meses de acoso en la vagina mas
deseada por los comensales de corbata azul y gel del gorila; al tiempo en que
paseaba su luminoso saco blanco de manta
por los pasillos del salón, dictaba bien erecto mirándose al espejo del techo,
con el magistral rojo haciendo llorar el acrílico con la mano.
-El CPU es unidad principal, los gráficos sirven para
resumir en un dibujo toda una serie de datos que, presentados solos, resultan
fríos y poco expresivos. Una clase de modelo lógico de bases de datos que tiene
una estructura arborescente. Un registro se subdivide en segmentos que…
El
homo sapiens es invadido como el pan de cada día, por un ejército de datos,
formulas, conceptos, que dan como saldo perfecto un cartel terciopelo, donde el
honor se estampa en letras garigoleadas y menciones como estrellas de jardín de
niños. Algo se ha ganado. Mientras tanto las manos húmedas de tres terceros
dejan caer sus alas al compás de esa vieja “tal cual” la “exactamente como está escrito” del “diez es sólo para el maestro”, las sogas están listas, el
mercenario también.
Hoy
es viernes, eso alivia la redada, el rito conceptual de tratarnos como
estúpidos, de acelerarnos el ritmo cardíaco y ensombrecer con nombres extraños
el panorama azul de la libertad. El festival de pistolas de Dylan está a punto
de llegar a su fin. 1:29 p.m.
-Recuerden
jóvenes que el viernes 9 se vence el pago de la colegiatura.
¿Sabes
Belén? Allá en la esquina de mi casa existe un lugar bien chido para vivir, y
con lo que gano en el café nos alcanza para escaparnos de una vez por todas.
-De
verdad que sí, la simétrica y la historia de este viejo cascarón sólo me abren
heridas ¡pinche contradicción!
Somos
todos testigos de cuatro besos robados en la verja, de las rupturas del Checo y
la Toña, donde nuevamente la deshoja margarita vuelve a instalar la guillotina
ligera de eso que estresa, de eso que quita, de eso que aniquila, de eso que
tanto preocupa, de eso que impide de manera regular que lo regular baje y
llegue. El temblor se expande en los pétalos: la hija del vocho, en el que vive solo, en el hijo del
divorciado, en la mirada fugaz del adorador de Rockdrigo…
-¡Qué pinche suerte de cabrón soy, pinche
Juanito! Esto va que vuela para Universidad.
1:31
p.m. los mapas vuelven a quedarse solos, el hambre insatisfecha. La voraz
penumbra termina por hoy, el espasmo de los pétalos también.
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