La puta más consagrada de todas las putas
Por:
Mariana Vázquez
Este
estado en el que me he permitido estar,
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Fuente de imagen: https://streetartnews.net/2018/01/lilith-alexis-diaz |
es una
suspensión en el tiempo,
en el
mismo espacio,
donde
sólo puedo idealizar
algo
que sé que jamás sucederá,
pues
la posibilidad es nula.
Verme
en tu reflejo
es la
clara muestra de lo que en verdad soy,
de lo
viva que sigo,
del
como con tan solo con la dirección de tu mirada,
haces
que mire hacia tu propio horizonte,
el
cual por pequeños instantes lo hago mío,
y en
un ensueño siento que al final del día
puedo
estar contigo.
Son
tus gestos los que me hacen sentir
que en
verdad puedo captar tu atención,
por
breve o fraccionaria que ésta sea,
esa
sonrisa tímida que me obsequias
acompañada
de la luz de tus ojos,
hacen
que te desee más que nada…
Por
momentos me gustaría estar
en un
lugar donde no existan el tiempo,
ni las
ataduras sociales,
un
espacio donde quizá pueda ser tan sólo para ti,
donde
pueda saciar mis deseos carnales
de
poseerte, de hacerte mío,
de
entregarme al mismo deseo
y
romperme en mil pedazos,
sentir
cómo cada una de mis células
que te
tuvo por unos minutos
suspendido
dentro de mí
y
ambos siendo uno mismo,
se
reúnen nuevamente para después reinventarme
y
comprender que el deseo aún vive en mí.
No
quiero mentirte,
porque
la verdad es que No te amo…
Te
quiero y te deseo…
Así
que decirte que te amo
sería
la peor traición que pudiera hacerte
y ese
acto sería muy egoísta.
Decirte
que no espero nada,
seria
mentirte y mentirme a misma,
porque
la verdad es que Sí espero…
Espero
estar en algún momento contigo,
para
calmar esta sed que tengo de ti,
esta
necesidad de tocar y besar
cada
centímetro de tu cuerpo,
grabarlo
en todos mis sentidos
y con
ello terminar de hacerte mío en lo imaginario
y con
ello lograr que jamás me olvide
de ese
espacio que es tu cuerpo.
Es la
primera vez que he iniciado
con la
domesticación de mis emociones
y de
mi cuerpo,
pues
ambos están que hablan y hablan,
pero
al mismo tiempo
están
amordazados por mi sensatez,
esta
sensatez racional
que
por vez primera quisiera doblegarla,
taparle
los ojos y la boca,
para
evitar que me mire y juzgue,
de que
se dé cuenta del enorme deseo
que
tengo de mandarlo todo al carajo.
Sí,
que se vaya todo al carajo,
pero
lo paradójico
es que
al final me resisto y no deseo hacerlo;
y no
es el convencionalismo el que me esclaviza,
eres
tú…
Tú
eres quien me pone los grilletes
que
llevan grabados “nada pasará”.
Y es
así, que, en estas altas horas de la madrugada,
entre
el humo del cigarrillo
y el
sabor intenso del café,
que no
puedo parar de pensar en la palabra puta
y todo
lo que ello implica,
en el
laberinto en el cual ahora me encuentro perdida,
podría
aceptar sin lugar a duda
que
hoy soy la puta más consagrada de todas las putas,
puta
acorde a los atavismos sociales,
pues
la mujer debe ser de un solo hombre
en
cuerpo y alma,
en
nosotras no es bien vista la poligamia
y nos
hemos condenado a esta sumisión;
la más
consagrada de todas las putas
porque
estoy adorando la divinidad de tu cuerpo,
el
aroma de tu piel,
tu
sonrisa a medias que brota de tus labios
que
prometen el desprendimiento de mí misma,
el
tono de tu voz que me hace vibrar
cada
vez que te escucho,
a la
luz de tus ojos que irradian
la
promesa de un turbio encuentro,
al
vaivén de tu andar,
y esas
manos que ruego que recorran
cada
centímetro de mi cuerpo ansioso
y
dispuesto por disfrutar del ritmo de tus caricias.
Lilith
2020
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