viernes, 1 de febrero de 2013


Inconclusa una tiempo el Sonoridad flauta en...
Sonoridad inconclusa... el tiempo en una flauta

Por: Jorge Luis Gallegos Vargas
Òclesis

Es el viento el instrumento que se lleva al tiempo. Es el tiempo el instrumento que se lleva al viento. Es la flauta el instrumento encargado de materializar al viento y llevarse el tiempo. Es la flauta la encargada de materializar al tiempo y llevarse al viento. Son la flauta, el viento y el tiempo los creadores de El dulce porvenir.
Un pueblo, la muerte de catorce niños, una tragedia,  y en medio ellos: los conflictos que se dan en la familia. Es El dulce porvenir la historia que retrata la pérdida de la sensibilidad humana ante la presencia de una tragedia. Un accidente automovilístico marcará la vida de cuatro familias; un abogado (Mr. Stephens) buscará a toda costa encontrar el medio perfecto para justificar dicho accidente; y un cuento (el flautista de Hamelin) enmarcan a esta historia: una historia de tristeza y vacío existencial.
Fuente de imagen:
http://elcinematografodebarranco.blogspot.mx/2007_08_01_archive.html:
En primera instancia, se encuentra difícil la lectura de El dulce porvenir. Tal parece que  para comprender la película hay que dividirla en cuatro momentos. El primer momento se marca con la primera escena, que nos muestra una familia: la Familia Stephens. El segundo momento se da antes del accidente en la carretera. El tercero, se da con el accidente y  el juicio. Un cuarto y último momento se da con el viaje de Mr. Stephens en avión para encontrarse con su hija, dos años después de ocurrido el accidente. Dos datos nos sirven para distinguir pasado y presente: un calendario que marca diciembre de 1995 y la pantalla del televisor que nos dice que es 1997.
El flautista de Hamelin (Browling), es la pauta para el desarrollo de El dulce porvenir. El flautista de Hamelin, cuenta la historia de un hombre que fue contratado por un pueblo para terminar con una plaga que los azotaba, y que, al no recibir paga alguna, decide llevarse a sus niños; pero no se lleva a todos, sólo uno no puede seguirle: porque era cojo.
La metáfora utilizada por el director es aplicable para muchos de los personajes. Muchos son los flautistas: el abogado que guía a los padres para la obtención del pago de un seguro; Sam, padre de Nicole, quien seduce a su hija y con quien además mantiene una relación incestuosa; la conductora del autobús: Dolores, quien guía a catorce niños a la muerte, y deja a una más paralítica. Y también muchos más son los niños: Nicole, Mr. Stephens, los Otto, Dolores, los Wendell, Zoe...
Otra metáfora presente en la película es el invierno, utilizado mientras las condiciones adversas permanecían en el pueblo. El invierno simboliza la frialdad de los corazones de los habitantes. Pero sobre todo, la frialdad del Mr. Stephens, que es el encargado de recuperar de alguna manera a los hijos del pueblo, mediante el cobro de un seguro, pero que no es capaz de recuperarse a sí mismo, y a su propia hija. Es otoño cuando se va fraguando la muerte, la caída; es otoño cuando Nicole canta sus creaciones en el parque de diversiones. Es primavera cuando todo renace, es primavera cuando Stephens va en busca de su hija.
Asimismo, es difícil esclarecer en dónde inicia y en dónde acaba el filme. La película inicia por donde debe iniciar: el principio; y sin embargo, no termina por donde debe terminar: el final. Pareciera ser que el final es feliz: Nicole en el parque de diversiones, sin embargo: ¿por qué no está en la silla de ruedas, si quedó paralítica? Tal parece ser que es un recurso utilizado por el director para hacernos creer la existencia de un final feliz, y mostrarnos el por qué del nombre del filme. Así pues, el final de la película se plantea cuando Mr. Stephens sube al autobús conducido por Dolores.
Y es que aunque la estructura es difícil de leer, la historia está bien trazada, bien definida, bien contada, no pierde detalle alguno de lo sucedido, de lo que sucede, y de lo que sucederá.
En un inicio se nos presenta la imagen de una familia. No es gratuita la presentación de una escena así. Durante toda la película se muestra a la familia como un elemento indispensable dentro de la formación humana; se muestra el cómo los padres son capaces de buscar la el bienestar de sus hijos, pero al mismo tiempo, se muestra el cómo los mismos padres no son capaces de recuperarlos,  ya sea por la irrupción de la muerte, o por el distanciamiento que existe entre ellos.
Es una película en donde no hay buenos ni malos, simplemente hay personas; personas que tienen como mayor cualidad ser eso: personas. Personas que, como se ve en la imagen en donde Nicole canta al principio, tienen dos caras.
Además, la música, es un elemento primordial dentro de la película. Mediante la intromisión de flautas, nos damos cuenta de la relación entre la historia del flautista y la del pueblo. Cabe hacer la aclaración que la utilización del instrumento de viento aparece sólo cuando es necesario. No se hace un manejo falaz, ni se abusa del elemento.
Al mismo tiempo, la fotografía es antitética: mientras la mayoría de las imágenes del paisaje presentan un panorama frío, los objetos, las prendas, y elementos accesorios son presentados con colores cálidos (rojo, amarillo, naranja, verde).
El dulce porvenir, es un drama que conmueve, que convence, que confunde, que juega con estructuras narrativas, que es capaz de confundir y que crea en el espectador un sentimiento de intriga e incertidumbre.
Pasado, presente y futuro; primavera, otoño e invierno; la sonoridad de la flauta y la sonoridad del tiempo: son los elementos que se conjugan para conformar: “un dulce porvenir”.

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