Fracasomanía
Por: Isis Samaniego
Óclesis
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Fuente de imagen: http://jovenesparalaeternidad.blogspot.mx/2011/09/mexico-creo-en-ti.html |
Nunca como hoy me he sentido tan desamparada, nunca como hoy veo como
los ciudadanos dormimos, el sueño de los justos, como en espera de ese cambio,
hemos visto desfilar la miseria en nuestras calles. Allá arriba la codicia
cambia de tonos, del azul al amarillo, del rojo al verde, etc.
Algo es claro; todos los pintados de cualquier color y los madrazos
vienen de arriba hacia abajo.
Estamos ante la derrota de los sueños; en este estado, el gobierno se
burla de sus gobernados, dice y se desdice; el poder lo puede todo:
Hemos perdido la batalla y también la palabra, a través de los medios y
su ley. La palabra ha sido usurpada y puede ser utilizada o más bien, ya se
hace uso de ella para justificar lo injustificable, para violar garantías y
derechos humanos. Los medios han comprado las voces de nuestros diputados y
venden sus espacios a aquellos que quieren gritar su verdad aunque sea falsa.
Por fin la radio y la televisión podrán educar a modo. Ya en sí, era la
segunda gran escuela del mexicano, pero ahora esa educación será obligatoria,
más no gratuita, y seremos felices, porque pa´ qué leer, si sólo hay
injusticias en el mundo; el panorama que nos sobreviene será mejor frente a un
aparato de televisión.
- “y soy rebelde porque no sigo a los demás” -
Al parecer hemos perdido la capacidad de indignación, cuanto más nos
agravian más dormimos, es una depresión generalizada. Estamos tan hartos de lo
mismo que votaremos por el menos malo.
Se aprobó la ley de radio y televisión y telecomunicaciones, sin
embargo las mayorías no han entendido qué significa esto: no habrá más verdad
que la divulgada por la caja negra, no habrá más cultura, ni más educación que
la de una telenovela.
Programas culturales donde los políticos e intelectuales harán frívolas
declaraciones sobre arte, cultura y los logros macro económicos de la gran república
de los tontos.
Los dueños del poder fáctico podrán juzgar a placer, no a todos, sólo a
quien les convenga ó en su caso a quien se necesite linchar para obtener el
rainting, tan necesario para los anunciantes de los mejores espacios
publicitarios.
Aquí, en esta república bananera, no habrá espacios para la libre
expresión, para el libre arte, para la palabra que camina; después de este asalto
a mano armada, hecho con alevosía y ventaja por la mayoría de los diputados y
senadores.
¿Qué será de la cultura?
¿Dónde expondremos los don nadie? ¿Dónde escribiremos la poesía aún no
escrita? ¿A quién me dirijo, si un poderoso me agrede o me persigue? ¿Llegará
el momento en que pregunte cuáles son mis derechos después de tantas
obligaciones?
Sólo hay un camino, la disidencia o la rebeldía.
Vale la pena intentar cambiar el estado de las cosas, vale la pena
salir a las calles e iniciar las protestas, no quiero caer en ese estado mental
llamado la “fracasomanía” y ver cómo se
derrumba el Estado Mexicano.
texto publicado en Momento Diario febrero de 2006.
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