viernes, 1 de febrero de 2013


Fracasomanía
Por: Isis Samaniego
Óclesis


Fuente de imagen:
http://jovenesparalaeternidad.blogspot.mx/2011/09/mexico-creo-en-ti.html
Nunca como hoy me he sentido tan desamparada, nunca como hoy veo como los ciudadanos dormimos, el sueño de los justos, como en espera de ese cambio, hemos visto desfilar la miseria en nuestras calles. Allá arriba la codicia cambia de tonos, del azul al amarillo, del rojo al verde, etc.
Algo es claro; todos los pintados de cualquier color y los madrazos vienen de arriba hacia abajo.
Estamos ante la derrota de los sueños; en este estado, el gobierno se burla de sus gobernados, dice y se desdice; el poder lo puede todo:
Hemos perdido la batalla y también la palabra, a través de los medios y su ley. La palabra ha sido usurpada y puede ser utilizada o más bien, ya se hace uso de ella para justificar lo injustificable, para violar garantías y derechos humanos. Los medios han comprado las voces de nuestros diputados y venden sus espacios a aquellos que quieren gritar su verdad aunque sea falsa.
Por fin la radio y la televisión podrán educar a modo. Ya en sí, era la segunda gran escuela del mexicano, pero ahora esa educación será obligatoria, más no gratuita, y seremos felices, porque pa´ qué leer, si sólo hay injusticias en el mundo; el panorama que nos sobreviene será mejor frente a un aparato de televisión.
                   - “y soy rebelde porque no sigo a los demás” -
Al parecer hemos perdido la capacidad de indignación, cuanto más nos agravian más dormimos, es una depresión generalizada. Estamos tan hartos de lo mismo que votaremos por el menos malo.
Se aprobó la ley de radio y televisión y telecomunicaciones, sin embargo las mayorías no han entendido qué significa esto: no habrá más verdad que la divulgada por la caja negra, no habrá más cultura, ni más educación que la de una telenovela.
Programas culturales donde los políticos e intelectuales harán frívolas declaraciones sobre arte, cultura y los logros macro económicos de la gran república de los tontos.
Los dueños del poder fáctico podrán juzgar a placer, no a todos, sólo a quien les convenga ó en su caso a quien se necesite linchar para obtener el rainting, tan necesario para los anunciantes de los mejores espacios publicitarios.
Aquí, en esta república bananera, no habrá espacios para la libre expresión, para el libre arte, para la palabra que camina; después de este asalto a mano armada, hecho con alevosía y ventaja por la mayoría de los diputados y senadores.
¿Qué será de la cultura?
¿Dónde expondremos los don nadie? ¿Dónde escribiremos la poesía aún no escrita? ¿A quién me dirijo, si un poderoso me agrede o me persigue? ¿Llegará el momento en que pregunte cuáles son mis derechos después de tantas obligaciones?
Sólo hay un camino, la disidencia o la rebeldía.
Vale la pena intentar cambiar el estado de las cosas, vale la pena salir a las calles e iniciar las protestas, no quiero caer en ese estado mental llamado la “fracasomanía” y  ver cómo se derrumba el Estado Mexicano.

texto publicado en Momento Diario febrero de 2006.

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