sábado, 1 de septiembre de 2012


Acteal  a  una  Década

Isis Samaniego    
Óclesis
 

Fuente de imagen:
http://lavozdelanahuac.blogspot.mx

 No bien me había despertado el primero de enero, cuando entre sueños la noticia corría como quien lleva prisa. Un levantamiento armado al sur del país embistió el panorama del nuevo año junto con todos los buenos deseos que teníamos ya guardados en la bolsa del pantalón. Los insurrectos tenían varios municipios contra la pared, las balas abatían hombres viejos, jóvenes y niños, algunas mujeres quedaron ahí, otras mas lloraban a sus muertos, iniciaba la entrada al primer mundo o bien el retroceso a la barbarie. Lo que pude ver a través de la televisión parecía tan ajeno, tan irreal como una película lenta y mal enfocada; absorto y descreído con los ojos pelones por el miedo y la rabia, me inundó una desolación terrible, el día anterior había cenado en uno de los mejores hoteles de la ciudad con todo lo que eso implica; kilos extras para los nuevos tiempos. Ni yo ni mucha gente habíamos reparado en las desigualdades que habitan  este país.
          A partir de ese día mi verdad fue otra y no volví a ver a México como lo decía la  publicidad gubernamental: país de oportunidades y de igualdad, no éramos ni ricos ni pobres, éramos y somos miserables. El tiempo desde entonces ha pasado y no supe si crecí o me estanqué como todo lo que puebla México, sólo los medios nos venden la idea de bienestar y el gobierno emite sendos comunicados para dormilarnos con la demagogia de que vamos por buen camino, que somos un país mas equitativo porque éste es un gobierno de resultados.
         Los días largos y tenebrosos a partir de ese primero de enero se repitieron con más frecuencia; y yo no quise irme a formar a la fila del IFE para sacar mi credencial de elector  porque aun hoy, me niego a ser parte y número de estos gobiernos de facto. El 22 de diciembre de 1997 son atacados los compañeros de las abejas, en un acto francamente criminal y abusivo;  masacran a ancianos, mujeres y niños, y Acteal comprobó el retorno a la barbarie; ¿Cómo fue posible esas matanza sin la aprobación del gobierno?, ¿cómo fue perpetrado  este ataque sin la mano invisible, que es la guerra de baja intensidad que dicen los malos gobiernos que no existe?; pero que se instauró firmemente con el gobierno de paz de Ernesto Zedillo.
         Lloré como se llora a un muerto que se ha querido tanto, lloré con la rabia de quien sabiendo qué pasa, tiene las manos y la boca calladas. Creo que de tanta lagrima nació mi rebeldía; estar ante el espejo de la realidad me hizo abstenerme de comprar cosas vanas para regalarme un poco de dignidad.

Fuente de imagen:
http://www.beatrizaurora.net/galeria/displayimage.php?album=1&pos=21

Cuarenta y cinco muertos, la mayoría mujeres y niños, mujeres embarazadas quedarían con sus vientres abiertos al cielo, niños lisiados de por vida, padres sin hijos. El gobierno quiere exterminar a los pueblos originarios, matar el producto de una mujer es querer matar la raíz de un pueblo. ¿Y si no tenemos raíz, quiénes somos?

El genocidio perpetrado desde las entrañas del gobierno sigue causando bajas en las comunidades Zapatistas, los desplazados se suman por miles, las carencias siguen siendo las mismas y aún hoy, no hay aspirinas ni tés para calmar el dolor, la cobija no alcanza para tapar a tanto desterrado; el conflicto sigue intacto y la impunidad reina en este país, que reactiva el esquema paramilitar en los pueblos y municipios autónomos.
             Recemos y tengamos miedo porque el ejército está en las calles para salvarnos de las drogas, y los derechos humanos han retrocedido en este maravilloso país gobernado con las patas y las botas. Las matanzas suceden todos los días a la luz de la señora justicia que como buena puta se vende al mejor postor y nadie tiene quince minutos para resolver el problema.

 “ YA BASTA “, ” NUNCA MÁS UN MÉXICO SIN NOSOTROS “
Texto publicado en Momento Diario. Diciembre de 2007.

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