Agniezka
Por: Miguel Ángel Vega
Háblame de los astros que conspiran en nuestro destino,
de la esencia invisible a los ojos,
de la nueva historia que causa deseo en nuestra piel ,
Kinga, háblame de ti...
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Obra de Ulises Bernal |
En el capitulo 11
del Génesis, tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas
palabras, y dijeron: Vamos, edifiquemos una ciudad y una torre, cuya cúspide
llegue al cielo... Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para
que ninguno entienda el habla de su compañero...
Existen millones de
personas que habitan en un país, miles que conforman culturas, pero también
existen personas que habitan en su propio cuerpo. El hombre existe, se comunica
con las demás personas gracias a su mutua apertura, pero...
¿Qué hacer si no
entiendo tus palabras?
Ella estaba ahí,
frente a mis ojos. Su cabello de sol y su mirar azuloso lleno de agua. Me
acerqué atraído por su ritmo, por la impasible armonía de su belleza lejana,
por los mares que flotaban en su cristal imagen. Quise empaparla de mi mundo,
contarle magias de mi universo, entrelazar letras infinitas, volcar palabras en
sus labios... pero todo fue inútil. Ella no entendía mi idioma. Ni yo pude
entender el suyo. Sólo le extendí la mano y bailamos toda la noche...
Lo primero que
debes hacer es sentir. Únicamente sentir. Usa todo tu cuerpo como una furiosa
tempestad. Traza pentagramas, círculos, leves respiros con la suavidad del
silencio, traza el tiempo mientras recorres cada milímetro, cada átomo, cada límite
ocasional. Arriésgate al contacto. A la comunión de la carne. Siente cómo las
entrañas son incansables guerreros que saben querer. Quiere. Aprovecha
cualquier momento para abrazar. Abraza con cuidado, no lo olvides. Lentamente.
La eternidad de la caricia. Moldea la piel, pinta en el lienzo de los músculos,
invoca poesías en el laberinto de la sangre. La capacidad del amor radica en lo
que quieras ofrecer. Ofrece. Imagina. Continúa. No ocultes miradas. No ocultes
labios. Amarra tu aliento y déjalo salir como un azul dragón en los horizontes de
la epidermis. Contrólate. Respira. Debes estar consciente del lenguaje de tu
cuerpo. Continúa. Es el momento. Atrévete a más. Nunca dudes. Nunca te quedes a
la mitad del océano. Date cuenta de que cada pieza muscular contiene sinfonías,
inexplorados terrenos donde se perpetúa la existencia, en donde se explotan las
extremas ansias de placer, en donde la improvisación cobra forma. Abre los ojos
y deja que la imagen secuestre a tus nuevos ojos. Asómbrate de la creación. Descubre
toda posibilidad que tiene el cuerpo de sumergirse en el espacio. De perpetuar
el cosmos con el movimiento, con la danza del cuerpo, entrégate completo, sin
pasados ni futuros, tu alma estalla en una lucha plena, el combate ha despegado
de la tierra firme. ¡Ahora vuela! ¡Vuela! ¡Extendiéndote en el cielo! ¡Copulando
en mareas fugaces! ¡Detente!...
La vida está llena
de momentos inesperados en los que reaccionamos de las maneras más diversas e
insospechadas, pero indefectiblemente honestas. La improvisación es sistema
refinado de comunicación corporal. Un conjunto de informaciones neuromusculares
que se transmiten instantáneamente entre dos o más cuerpos en movimiento. Estos
cuerpos están inmersos en un intercambio continuo de peso y de energía
cinética. Por este medio, todos los sentidos están en alerta, particularmente
el tacto. El entrenamiento y la práctica agudizan los reflejos y desarrollan
una presencia hacia una manera extraordinaria de comunicarte intensamente y sin
palabras. Nuestro cuerpo reacciona antes de que nuestro cerebro pueda ordenarle
nada. Improvisar es un ejercicio de entrega y requiere de la persona que lo
realiza un estado de apertura total, no importa que las palabras se entiendan,
la comunión es inigualable.
Platícame del sabor que tiene el viento,
de la profundidad que tiene el sol a la orilla del mar,
dime si algún día regresarás de la luna llena de
silencios,
Kinga, dime qué es amar...
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