sábado, 18 de agosto de 2012


Cultura y sociedad mexicana, un proyecto a replantear

Mtro. Noé Cano Vargas

Óclesis

La sociedad mexicana actual tiene como origen un pasado ancestral, las culturas que habitaron Mesoamérica y el hombre que habitó el territorio es por sí mismo un artífice, resultado de adecuarse al medio ambiente que le rodea, para subsistir tuvo que satisfacer necesidades básicas: abrigarse, protegerse del clima y depredadores, reproducirse, comer, de ahí que el concepto cultura se define en un principio como una actividad practica, acto y efecto de cultivar la tierra, específicamente el maíz. En esta faena cotidiana que duró miles de años el hombre creó una serie de elementos básicos que están presentes en toda sociedad: el lenguaje medio más idóneo para transmitir los conocimientos adquiridos; simultáneamente por la dificultad de explicar su origen, la muerte y el mundo que le rodea, surgen objetos de adoración, fetiches, mitos, leyendas, y con ello “la religión”; las necesidades junto con la experiencia le permiten desarrollar artefactos, surgen los oficios, la cerámica, los artesanos, la tecnología; con el tiempo, satisfechas las necesidades básicas el hombre transforma su entono, lo hacer agradable, lo estiliza.
Los elementos culturales existentes en nuestro país parten de este contexto mencionado, el pensamiento que el hombre siente y proyecta a su alrededor da como resultado las manifestaciones culturales existentes, “por una parte son producto espontáneo del sujeto viviente y tienen su causa y régimen dentro del individuo orgánico; por otra, llevan en sí mismos la necesidad de someterse a un régimen o ley objetivos.”  (Ortega y Gasset, 2002, pág. 21), la cultura es una función vital intrínseca en el ser humano. 
Imagen tomada del sitio de imágenes de Google
México, sociedad pluricultural con un bagaje ancestral es un lugar que desborda vitalidad, cada región tiene elementos culturales distintivos y únicos que no se pueden comparar con otra región, México son muchos Méxicos. En este espacio, el mexicano, como cualquier individuo es proyectado hacia la vida, el nacimiento es el punto de partida, con los años va adquiriendo competencias y habilidades, se va transformando, sus rasgos culturales producto de la relación existente entre él y su medio ambiente lo llevan a ver la vida desde diferente nivel por el conjunto de conocimientos, modos de vida y costumbres que adquiere, a esto se le suma el carácter específico como individuo, esto le permite desarrollar y emitir juicio. Esto es lo que debería seguir siendo México, un sistema social único en movimiento.
Cada mexicano es un ser sublime, pero en las últimas décadas conforme va entrando en contacto con otras personas y la diversidad de entornos existentes su vida se va perfilando a esquemas preestablecidos, los rasgos culturales propios del mexicano ya no lo son tanto como se piensa, se desvanecen poco a poco permitiendo el surgimiento de una sociedad compleja empapada de modismos extranjeros que coartan y conducen el modo de pensar del individuo circunscribiéndolo a un esquema establecido por el grupo hegemónico. La globalización, los medios masivos y la mercadotecnia son los mecanismos de transculturación que moldean el prototipo de cómo debe actuar y comportarse el ciudadano promedio, la masa mal informada y la juventud mexicana, al no tener mecanismos de defensa por la falta de reflexión y al estar desvinculados de la realidad que se envuelve en velos, recordando el concepto  del nini –ni estudio ni trabajo-, no le queda más remedio que darle la vuelta a los problemas, se vuelve indiferente o ni siquiera los perciben.
¿Será que el mexicano sigue conservando su cultura o se encuentra en agonía? ¿Las costumbres y tradiciones ancestrales siguen siendo práctica cotidiana en evolución o se han convertido en una actividad encapsulada que el turismo vende al extranjero? La mercadotecnia, la televisión y el estilo de vida a imitar estereotipos dejan en claro hacia donde se dirigen, la educación ha dejado de cuestionar y tomar posturas críticas, conformándose con ofrecer una enseñanza mediocre y sin una meta más que fabricar titulados, como autómatas se acepta todo sin cuestionar y entonces la cultura original se desvanece, lo que ocasiona que actualmente tengamos una inclinación hacia “un utopismo cultural. Se cae en él siempre que se reciben sin previa revisión ciertos principios intelectuales, morales, políticos, estéticos o religiosos, y dándolos desde luego por buenos se insiste en aceptar sus consecuencias.” (Ortega y Gasset, 2002, pág. 24)
Los resultados pueden ser catastróficos si los mexicanos y las generaciones en formación no comienzan a reflexionar sobre los cambios culturales a los que nos esta llevando el desarrollo mundial, el capitalismo ya muestra su lado oscuro; El promedio de los mexicanos no lee, no genera ideas ni soluciones para transformar su vida, no piensa a futuro, es necesario comenzar a criticar nuestro entorno  y buscar un proyecto que guíe nuestro andar hacia una meta que fundamente lo que es ser mexicano, hoy es el momento porque “De lo que hoy se empieza a pensar depende lo que mañana se vivirá en las plazuelas” (Ortega y Gasset, 2002, pág. 14)

 
Bibliografía
Elías, N. (2011). El proceso de la civilización. México: Fondo de Cultura Económica.
Ortega y Gasset, J. (2002). El tema de nuestro tiempo/La rebelión de las masas. México: Porrúa.

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