miércoles, 1 de agosto de 2012


Mundo Plástico

Por: Gilberto González Morán

Óclesis

Escucha, ¿te acuerdas?, ¡violeta!, debe ser violeta con azul. Líneas, líneas que dibujan alas de colibríes, líneas esparcidas, líneas creadoras de formas, de cerros perdidos bajo verdes árboles que gimen porque el viento los penetra. Todo se compacta en líneas.
Primero se traza un cabello, después tu frente, tus manos de olas, tu cuerpo se va trazando poco a poco.
Caes, te haces añicos, notas crean un nuevo mundo, Dvorak asesina serpientes de flores. El amarillo se hincha y revienta. Llegan tus ojos a tragarse la noche, pájaros mojan el cielo ahogando estrellas panegíricas, el mundo comienza a ser nombrado, las palabras se me queman, tu nombre se me quema.
Líneas, líneas curvas, comienza el monólogo de la línea recta, el canto de la mandrágora toca mis labios, apareces completa, dibujada, esculpida, cantada.
Rimski te sueña en escalas de violín 1… 2… 3… Salto, rompes el viento y ahora el viento es el que gime 1… 2… 3… eres la sílfide. Van dibujando, tus pies, trazos en el piso. Me nombras, imagino que me nombras. Se siembran alebrijes en el tiempo.
¡Para!
Luis, Alberto, Rosendo, ¡no!, ya no. ¡Qué nada se nombre! A la chingada las palabras, las historias que ya se contaron, los poetas fermentados en melancólicas tintas, a la chingada.
Sentado en alguna banca de algún país,  alguien se levanta y camina. Ya han pasado dos horas, ¿cuánto tiempo guarda cada palabra?, ¿acaso el tiempo ha mojado estas palabras? He caminado como treinta mil calles y hallo nada.
¿En dónde están?
¿Por qué?, por qué siento que me asfixias, ahora quiero contar nada y tú como siempre esperando la historia. Roberto, José, María, nadie, nadie quiere hablar. Tú tampoco.
Alguien quiere saber de los dos, tuesta nuestros nombres y se los traga. ¡Que pare!, dile que se detenga, lo único que deseamos es estar solos.
¡No quiero existir!
¿Por qué? M-a-r-i-n-a, calla, no eres tú, déjalo; quiero tocarte. ¡Basta!
M-a-r-i-n-a.
Shs…........
Todo se redujo, regresaron los colores, las líneas que marcan la nostalgia de todo, dije a la chingada y el olvido me trago. Quedan palabras, alguien canta:
Je suis la vie…Je suis la son et lumière…
Je suis la chair des hommes
Je suis la substance sacro-sainte qui sert
La panes d`où jaillit l`art, l`amour qui console

El mar se tiñe de tinta, vientos orquestales diseminan, sobre la hoja de papel, el canto atonal de la pluma fuente del poeta y del científico.
La palabra se abre,
Se abre como un fruto,
Como una piedra,
Como el sol que renace,
Como un violín en adagio,
Como el pincel de Monet que quiere cantar como los pájaros.
Las palabras tejen islas.   


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